Por Guillermo Cherashny.-

«Nuestro gobierno fue el primero y único en repudiar al régimen de Maduro». Esas fueron las presuntuosas palabras de Paula Bertol, embajadora argentina en la OEA, en su reunión para tratar la situación del país caribeño. Bertol es una ex diputada nacional del PRO desde sus inicios y fue designada para ese cargo diplomático hace dos años. Ya señalamos que el gobierno de Mauricio Macri, ante el agravamiento de la recesión, que todavía no tocó piso, saca conejos de la galera para que el tema del día no sea la economía. Así abrió la puerta a la agenda de la inseguridad, con Patricia Bullrich a la cabeza, en una clara «bolsonarización», y por último fue el DNU por la extinción de dominio para firmar la paz con Lilita Carrió, pero ese tema duró apenas día y medio y apareció la situación venezolana, donde Juan Gaudió se proclamó de acuerdo a la constitución bolivariana como presidente encargado y llamó a las fuerzas armadas a que depusieran a Maduro a cambio de una amnistía. De inmediato recibió el apoyo de Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos, y de Jair Bolsonaro de Brasil, a los que le siguieron muchos presidentes de Latinoamérica y del mundo. Entonces Macri se subió a la corriente y, como presidente pro tempore del Mercosur, no para de hablar del tema, al igual que el canciller Jorge Faurie, y de ahí las instrucciones para la sobreactuación a favor de Gaudió a través del manejo de los medios de comunicación masivos que el gobierno maneja con la pauta publicitaria. Esta sobreactuación no sólo sirve para no hablar de la crisis económica sino para hacer olvidar la vacilante política ante Maduro que propició el gobierno macrista con la canciller Susana Malcorra durante 2016, cuando aspiraba a la secretaría general de las Naciones Unidas y la posición del gobierno era apoyar el diálogo infructuoso que hacía Rodríguez Zapatero, ex presidente socialista del gobierno español, que avalaban Barack Obama y el presidente Santos de Colombia. Malcorra fue propuesta como canciller por German Kamerath, el ex líder de la Ucedé cordobesa y entonces suegro de Nicolás Massot y e íntimo de la senadora nacional Laura Rodríguez, macha del pro cordobés. Malcorra buscaba votos para su nominación y no quería enemistarse con Maduro y sus aliados latinoamericanos y del Caribe y tampoco con Rusia y China, que apoyaban al dictador caribeño. Así fue que se planteó expulsar a Venezuela de la OEA, a lo cual Macri, asesorado por Malcorra, se opuso firmemente y sólo a fin del 2018, cuando Malcorra dejó la cancillería por su fracaso en su candidatura, el gobierno se endureció con Maduro, de ahí que el encendido discurso de la embajadora Bertol en el plenario de la OEA fue otra maniobra del marketing del PRO.

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