Por Israel Rabinowicz.-

Salvo cambios espectaculares de último momento, todo indica quién será el próximo Presidente argentino, detrás del mismo se han encolumnado los principales grupos mediáticos y sectores económicos de adentro y de afuera, los jueces también detectaron hacia donde sopla el viento, ellos tienen un privilegiado olfato, de los políticos nada decir, en ellos la puerta giratoria es lo común.

En mi anterior contacto con mis lectores lancé mi imaginación sobre el hipotético diálogo entre el Presidente Obama y Netanyahu en el encuentro que en ese momento estaba a punto de producirse, ahora la llevaré a imaginar cómo serán los primeros días del nuevo Presidente.

Como tengo la suerte de un fluido contacto con varias de las primera espadas económicas que trabajan con principales candidatos a la presidencia no resultará nada alejado de la realidad, más cuando ideológicamente ambos son casi idénticos, me atrevo a pronosticar que no es descabellado suponer que algunos de los intervinientes en el equipo perdedor serán invitados para ocupar posiciones claves en el nuevo gobierno.

Luego de los decretos de designación de los nuevos ministros, comenzarán a lanzarse las primeras medidas económicas, feriado bancario y cambiario incluidos. Como están convencidos que todo debe ser simultáneo, que así menos dolerá, actuarán en consonancia, además el público ya está preparado, hay una fuerte campaña de preparación previa, todo muy bien organizado.

Apoyados en promesas de créditos ya gestionados cercanos a los 30 mil millones de dólares, liberación total del mercado cambiario, eliminación de las retenciones, blanqueo de capitales en condiciones muy blandas, rápido arreglo con los fondos buitres bajo las explicaciones válidas para una terapia psicológica, además dirán que ellos no son los responsables de ellas sino que vienen a solucionar errores de anteriores gobiernos, apoyos masivos a la capitalización de la industria, eliminación de subsidios con fuerte suba de tarifas…

Una fenomenal transferencia de ingresos a los mismos sectores que siempre se benefician con éste tipo de medidas, son los mismos que siempre caen parados, ninguna de ellas es nueva, nada original que haya significado el desgaste de alguna neurona, la gran diferencia entre hoy y antes es que ahora no existe líder político, el nuevo Presidente no lo es, con las espaldas suficientemente fuertes para soportar las consecuencias.

En su tiempo Menem compro a Bunge y Born un plan económico con beneficio de inventario, a libro cerrado, él pudo hacerlo, Cavallo pudo instrumentar el suyo porqué disponía de un gran apoyo, detrás, equivocado o no había un líder con suficiente respaldo y piel de elefante como para soportar los enfrentamientos, pero los que pretenden ser los Cavallo de hoy no son ni cerca el Cavallo de antes, con sus errores y aciertos ni en capacidad ni en inteligencia.

Cuando los cientos de millones de dólares que los mismos nombres de siempre se cobrarán en comisiones y honorarios, cuando gran parte de los créditos obtenidos comiencen a salir del país para aterrizar en los paraísos fiscales, los mayores evasores son los Venezolanos y los Argentinos, cuando la fiesta comience a aflojar y los mismos que al comienzo gritaban las loas de alabanzas los cambien por los reclamos por las faltas de ventas, porque no pueden hacer frente a los precios de importación y los conflictos gremiales ya sea cuestión del día a día, allí será cuando la UCR se mire al espejo y se pregunte, qué hacemos aquí lejos de nuestras bases y del pueblo.

Para ello no habrá mucho que esperar, tampoco al gobierno lo ayudará la guerra interna dentro del Peronismo que desde el primer día comenzará para los que pretenden quedarse con su liderazgo, las huelgas y conflictos gremiales serán parte de las herramientas a utilizar, el parlamento también.

Cuando los grandes medios comunicacionales y los formadores de opinión comiencen a hablar de gobernabilidad será señal que los tiempos ya cambiaron, que los vientos comenzaron a soplar en otra dirección.

Hasta la próxima.

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