Por Hernán Andrés Kruse.-

Pese a no haber tenido una relación de años, los presidentes de Argentina y Brasil mostraron una gran empatía al reunirse el lunes en Buenos Aires. La breve visita de Michel Temer a Argentina fue un explícito respaldo a su gestión, surgida luego de la destitución de su antecesora, Dilma Rousseff, a quien acompañó en la fórmula presidencial. Macri recibió al presidente de facto de Brasil en Olivos donde dieron una conferencia de prensa conjunta. Fue tal la empatía entre ambos mandatarios que el anfitrión se permitió bromear con el fútbol expresando que con Brasil está todo bien, todo jolgorio, todo legal. Las cancillerías difundieron luego un documento en el que se hace énfasis en el acercamiento de ambas naciones a la Alianza del Pacífico y la posibilidad de explorar acuerdos de libre comercio entre ambas naciones. El presidente de facto brasileño arribó a nuestro país a las 10, la primera que efectúa luego del escandaloso proceso de destitución de Dilma Rousseff. Acompañaron a Temer el canciller José Serra y sus ministros de Defensa y Justicia. El anfitrión agasajó a la comitiva con un asado. Antes de degustarlo mantuvieron una reunión a solas y otra con los funcionarios. En la conferencia de prensa todo fue buen humor. La buena sintonía entre Macri y Temer era evidente. “Me siento muy cerca de Brasil, más allá de nuestras rivalidades futbolísticas”. “Tenemos un gran eje de coincidencia, que es reducir la pobreza en nuestros países”, enfatizó Macri, quien manifestó que uno de los principales temas tratados con el visitante fue el de la lucha contra los grandes males que aquejan a Latinoamérica: el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo. “Eso es un trabajo”, destacó el mandatario argentino, “para hacer en la unión y en la potencialidad de nuestras fronteras”. Por su parte, el presidente de facto brasileño señaló que Argentina y Brasil trabajarán “no solo para fortalecer el Mercosur” sino para ampliar los acuerdos comerciales. Sostuvo que “Uno de los principales ahora es formalizar un acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Y al mismo tiempo flexibilizar un poco las reglas del Mercosur para dar una cierta autonomía a los Estados en sus relaciones internacionales”. Refiriéndose específicamente al vínculo con la Argentina Temer advirtió que buscará “ajustar una serie de puntos para incrementar estas relaciones de naturaleza comercial entre Brasil y Argentina”. Además, le recordó a su anfitrión que hay muchas empresas de Brasil radicadas en Argentina y muchos empresarios argentinos en Brasil. Por su parte, el presidente argentino expresó que “Queremos seguir pavimentando este camino de integración sabiendo que los que nos sucedan tienen que seguir en la misma línea, porque Argentina-Brasil, Brasil-Argentina, sumados a Uruguay y Paraguay, tienen un enorme camino de construcción de unidad”. Uno de los temas que sobrevoló la conferencia de prensa fue Venezuela. Al respecto, Temer señaló que “Venezuela debe cumplir con los requisitos necesarios para la integración definitiva al Mercosur. Fue dado un plazo hasta diciembre para que estas medidas sean tomadas”, para luego advertir que tiene “una preocupación por la preservación de los derechos políticos y los derechos humanos en Venezuela”. Macri respaldó la postura de su visitante: “Claramente le hemos dado un plazo en el cual si no cumplen perderán su condición de miembros activos del Mercosur, que estaba con carácter suspensivo” (…) “es mucho más preocupante lo que está pasando en términos de violación de los derechos humanos y la no aceptación que ha tenido el gobierno de Venezuela respecto del referéndum que se planteó, pero seguiremos atentamente como lo hemos estado en todo momento siguiendo lo que pasa en Venezuela”. Ambos presidentes hicieron alusión a lo que aconteció este fin de semana en Colombia. Al respecto, Temer señaló que “En la consulta popular hubo una votación de cerca de 40 por ciento de los electores, y la diferencia fue mínima. Nuestros esfuerzos y nuestros deseos es que llegue a buen puerto la paz en Colombia”. Macri, quien estuvo recientemente en ese país para respaldar al presidente Santos, dijo que “Colombia seguramente seguirá buscando vías para lograr esa paz que es importante no sólo para los colombianos, sino para la región y para América Latina entera”. Y agregó: “Es fundamental y abogamos porque continúe el cese del conflicto, el cese del fuego, para que realmente haya un espacio donde se puedan encontrar alternativas, porque el resultado ha sido muy parejo, o sea que se demuestra que hay mucha gente que cree en la vía del acuerdo, y seguramente muchos de los que votaron en contra deben querer lo mismo, pero querrían otro tipo de acuerdo” (…) “esperemos que se generen las condiciones para que sigan las negociaciones”. Ante una pregunta formulada respecto a la relación comercial entre ambos países el presidente de la nación señaló que “Nos tenemos que preparar para integrarnos con el mundo. Es una gran oportunidad para ir empezando a buscar coherencias y coincidencias macroeconómicas, porque también eso distorsiona mucho entre nuestros países” (…) “En las últimas décadas hemos triplicado la pobreza”. Por su parte, el invitado expresó: “Tenemos los mismos problemas: la pobreza y el desempleo bastante acentuado” (fuente: Werner Pertot, “Tudo joia” entre Macri y Temer, lejos de la gente”, Página 12, 4/10/016).

Mientras el presidente de facto brasileño dialogaba amigablemente con su par argentino, hubo varios escraches y protestas. Residentes brasileños, sindicatos y organizaciones K y de izquierda, sembraron el ingreso a la residencia de Olivos de ratas hechas de virulana, en señal de protesta por la presencia del mandatario brasileño. También hubo protestas en la Plaza de Mayo y en la Cancillería. Denisse Braz, miembro de una de las agrupaciones convocantes a las protestas (Coletivo Passarinho), expresó: “Rechazamos su gobierno por ilegal y golpista. Rechazamos también sus políticas, que están recortando derechos laborales y sociales: si las hubiera propuesto en las elecciones, no hubiera llegado a la presidencia. Nosotros no votamos a un gobierno de derecha”. Un grupo de manifestantes se reunió ayer (lunes 3) por la mañana en la entrada a la residencia de Olivos portando carteles de “Fora Temer”. Sus convocantes plantearon que “Michel Temer es un gobernante sin voto. Llegó al gobierno de manera ilegal, después de un juicio político completamente fraudulento contra Dilma Roussef, que burló abiertamente la voluntad de más de 54 millones de brasileños que hace menos de dos años eligieron a su presidente en elecciones libres”. A su vez, denunciaron que “el programa neoliberal, de retrocesos en materia de derechos que viene a imponer Temer cuenta con el apoyo automático del gobierno de Mauricio Macri, que alía a los golpistas para desmantelar las bases de un proyecto de desarrollo regional autónomo”. En la protesta frente a la Casa Rosada estuvieron presentes la CTA Capital, Patria Grande, la Tupac Amaru, ATE Capital, Peronismo de Base y judiciales porteños. También se detectó la presencia de delegaciones de Venezuela y Paraguay. Dos jóvenes brasileños, una estudiante de medicina y la otra de periodismo, se hicieron presentes en la protesta. La estudiante de medicina señaló que “En las elecciones no me gustaba ni Aécio Nieves ni Dilma, hubiera votado en blanco”. “Pero seguí el juicio por la TV y creo que estuvo muy mal. Temer no tendría que ser presidente ni tendrían que haberlo invitado a venir”. Por su parte, la estudiante de periodismo manifestó que “lo que pasa en Brasil es similar a lo que vemos en toda América Latina, la vuelta del neoliberalismo y las políticas conservadoras”. Un jubilado de 72 años, viajó desde Temperley hacia el centro porteño para hacer escuchar su voz de protesta: “Todos estos atropellos que venimos viendo de la derecha” (…) “ahora le tocó a Brasil, pero antes pasó en Paraguay y ahora van por Venezuela. Yo creo que hay que salir a la calle a quejarse. A esta altura, me autoconvoco solo”. Otro joven manifestante dijo que “Estamos ante un segundo plan Cóndor que ya destituyó a un presidente” (…) “Y como parte de lo mismo están sacando el aparato represivo a la calle, hay una avanzada contra los barrios y las villas, están criminalizando a los jóvenes” (fuente: Laura Vales, “El “Fora Temer” en Buenos Aires”, Página 12, 4/10/016).

El mundo sindical está convulsionado. La tregua de diez días que la CGT concedió al presidente de la nación puso en evidencia la existencia de diversas posturas dentro de la central sindical unificada. Las expresiones del Ministro de Hacienda y Finanzas -“No se acordó absolutamente nada”- confirmó el enojo que reina en aquellos sectores de la CGT que no están de acuerdo con el bono de fin de año propuesto por el gobierno para compensar la espiral inflacionaria. Luis Acuña, del tronco barrionuevista y miembro del triunvirato cegetista, destacó que no se había hablado sobre un monto para un bono de fin de año. Sin embargo, se mostró alejado de la idea de convocar a un paro general: “¿Por qué no llamamos a un paro? Porque sería apretar. Lo prudente es agotar todas las instancias de diálogo que pueda haber. No queremos parar, queremos respuestas porque son los compromisos que se hicieron en campaña”. Juan Carlos Schmid, otro miembro del triunvirato, destacó la prudencia de la central obrera: “Hemos tenido esta ronda de encuentros y esta prudencia a la hora de ver cuál es la resolución del gobierno”. También remarcó que la prudencia no es indefinida (“No más de diez días”). Ese es el plazo que la CGT le puso al gobierno para que cumpla su compromiso de analizar el pago de un bono de fin de año para empleados y jubilados, y la “exención del pago de Ganancias del medio sueldo anual complementario de diciembre”. Para Abel Frutos (secretario de finanzas de la CGT) la demanda de la CGT fue de “un bono de fin de año universal para privados y estatales y que contemple a los jubilados y a los que perciben asignaciones sociales”. El gobierno debe ahora responder, enfatizó el gremialista. Hay sectores cegetistas que se muestran muy escépticos respecto a que las negociaciones arriben a buen puerto. Omar Plaini admitió que tiene “pocas expectativas” en la respuesta del gobierno porque “el que se quema con leche, ve una vaca y llora, y esto ya se vivió en los 90” (…) “Si uno mira por estos diez meses de gobierno, claramente queda establecido que solamente transfirió recursos a los sectores más concentrados de la economía, eso está muy claro, y los sectores populares son los que lo vienen pasando realmente muy mal”. Destacó también que la central sindical no renunció al paro general: “El paro no se bajó de ninguna manera. Son diez días en los que el gobierno tiene que dar respuesta a la agenda que planteó la CGT. Si no hay respuestas, hemos facultado al Consejo Directivo para un plan de lucha o para una medida de fuerza”. Andrés Rodríguez (UPCN), secretario adjunto de la CGT y enrolado en la corriente “dialoguista”, reclamó al gobierno que advierta que hay “una situación de urgencia en vastos sectores poblacionales”. Por su parte, Abel Furlán, titular de la UOM Campana, expresó: “Entiendo que el movimiento obrero debe ser responsable y medir los tiempos, hay que hacer entender que la CGT tiene una demanda insatisfecha y debe resolverla el gobierno”. Uno de los dirigentes más reacios a negociar con el gobierno, el bancario Sergio Palazzo, señaló: “Más que un bono de fin de año, hay que reabrir las paritarias” y comentó que su gremio dio comienzo a un plan de lucha que incluye asambleas sorpresivas y cese de actividades en horarios de atención al público con el evidente propósito de forzar al gobierno a reabrir las negociaciones salariales (fuente: “La CGT autoelogia su “prudencia”, Página 12, 4/10/016).

Prat Gay fue terminante: “no se acordó absolutamente nada”, en relación con la reunión que mantuvo el gobierno con la cúpula cegetista la semana pasada.”Tomamos nota de los reclamos”, enfatizó el funcionario. “Ya veníamos abordando algunas alternativas. La idea es que cualquier ayuda de fin de año esté concentrada en los sectores más vulnerables”. La inflación provocada por la devaluación, el tarifazo y la quita de retenciones dañó el poder adquisitivo del salario y las jubilaciones. Los acuerdos paritarios y una merma en el ritmo de los aumentos de precios lograron amortiguar el retroceso de los salarios. Con ese telón de fono la CGT se sentó a “dialogar” con el gobierno nacional. José Urtubey, vocal de la UIA, advirtió que “las paritarias y los bonos dependen de cada sector”. “Hay realidades disímiles. Suena difícil que pueda haber un parámetro común para todos. Me parece bien como concepto buscar un bono para fin de año, pero dependerá de cada sector”. El ministro de Hacienda y Finanzas, en una entrevista con Radio Mitre, manifestó: “El año pasado nadie nos lo pidió y eximimos de Ganancias al aguinaldo y dimos un bono de 400 pesos a ocho millones de personas. Estamos dispuestos a hacerlo”. “Este siempre iba a ser un año de transición y que las cosas iban a mejorar en el segundo semestre. Teníamos claro la profundidad de los problemas heredados. Se hicieron cambios muy profundos que generaron efectos no deseados pero cada vez más sectores muestran una incipiente recuperación”. Además, consideró que el encuentro con los popes sindicales significó el “inicio del diálogo social en el que van a participar las tres patas: el gobierno, los empresarios y los sindicatos”. Por último, el extorsionador (“los sindicatos van a tener que elegir entre empleo y salarios”) dijo que “Nos llena de satisfacción y orgullo que haya una franja de la población que tiene paciencia y piensa que vamos en la dirección correcta” (…) “el año que viene con la recuperación proyectada pueden venir 250 mil puestos de trabajo y se va a notar que estamos haciendo las cosas bien” (fuente: “No se acordó absolutamente nada”, Página 12, 4/10/016).

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