Por Armando Ribas.-

La llegada de Trump a la Casa Blanca ha enrarecido aún más el panorama mundial. Todo parecía y así lo creía yo, que el Trump presidente sería diferente al Trump candidato. Todo parece indicar que estábamos equivocados, porque salvo en algunas instancias que sus decisiones políticas, que a mi juicio pueden ser relativamente favorables, tal como el acuerdo con Putin, el resto parece partir de una confusión prístina de los objetivos expuestos.

Voy a comenzar con el muro de México, que pretende que su construcción sea pagada por México. En primer lugar, a nuestro juicio, si el objetivo del muro es evitar la entrada de latinoamericanos -mexicanos incluidos- en Estados Unidos, el muro debía construirse en territorio americano. Consiguientemente, el pago le corresponde al que considera conveniente su construcción por objetivos que les son propios.

De más está decir que la amenaza de imponer un impuesto del 20% a las exportaciones de México a Estados Unidos evidentemente implicaría un mayor costo para los consumidores americanos. Por otra parte, según las noticias al respecto, el comercio con México crea numerosos puestos de trabajo en Estados Unidos. Esa política supuestamente no se habría basado en un interés económico, sino en la pretensión de la lucha contra el terrorismo, lo cual a nuestro juicio constituye una falacia adicional. Ya durante su campaña se había referido prejuiciosamente contra la nacionalidad de los mexicanos, pero al respecto se retractó. Vaya la discordancia.

Si bien el muro entraña una contracción del comercio y la inmigración, a su llegada la Casa Blanca dictó el decreto referente directamente a la inmigración. Así la supuesta lucha contra el terrorismo pretende justificar la emisión del reciente decreto por el cual se suspende por 120 días la entrada en el país de los musulmanes procedentes de siete países del medio Oriente. Puedo decir que en primer término esa decisión implica una violación de la Enmienda 1 de la Constitución americana que dice: “El Congreso no hará ninguna ley respecto a un establecimiento de religión o prohibir el ejercicio libre de la misma; o de acortar la libertad de expresión o de prensa. O el derecho del pueblo de reunirse pacíficamente; y reclamar al gobierno por la reparación de una reivindicación”.

Al establecer esa medida, Trump convierte la lucha contra el terrorismo en una lucha de religiones, que como antes dijimos es inconstitucional. Pero peor aún, genera una lucha entre naciones. No podemos menos que recordar que los musulmanes todavía tienen el resentimiento por las Cruzadas, y al respecto lo enseñan en los colegios. La realidad es que los musulmanes todavía hoy enfrentan la situación que enfrentaran los cristianos por siglos y que llegara hasta el siglo XX con la Segunda Guerra Mundial. Por ello Montesquieu en Las Cartas Persas recuerda que los musulmanes consideraban que los cristianos eran los que más se mataban entre ellos.

Evidentemente los musulmanes padecen la situación de no haber logrado separar al estado de la Iglesia, lo que implica per se la falta de libertad. Cuando es Dios el que gobierna, el que se le opone es un hereje y hay que matarlo. (La Inquisición) Pero hoy ante la realidad del mundo los musulmanes pretenden alcanzar la libertad y por ello emigran de sus propios países donde persiste la guerra, como en Siria. Si bien han emigrado a Europa, no es de extrañar que hoy elijan a Estados Unidos. “El sueño americanos”. Como he dicho en otras ocasiones, el sueño no es americano, es universal, lo que es americano es la posibilidad de hacerlo realidad.

Otro aspecto que ha deteriorado lo que se puede considerar las relaciones de Occidente, ha sido su declaración denigratoria de la NATO. Esa declaración incluye la decisión de eliminar algunas de las sanciones a Rusia por haber intervenido en Ucrania. Si bien su declaración respecto a que la Unión Europea debía participar en mayor medida en el pago del costo de la NATO y así como su intención de arreglar las relaciones con Rusia pueden ser razonables, en la práctica parece haber causado un enfrentamiento político con la Unión Europea. En particular con la Sra. Merkel que sostiene que el veto a la entrada de los musulmanes constituye una violación del acuerdo de la Convención de Ginebra, conforme a la cual se establece la obligación de los países participantes de proteger a los refugiados. En fin estas discordancias pueden definir la eliminación del pacto trasatlántico, lo que tendría un efecto en la economía americana y en la mundial.

Otro aspecto de la política de Trump que a nuestro juicio implica también una violación de la Constitución Americana es su decisión de prohibir a las empresas americanas de invertir en otros países. Ello a mi juicio implica la violación del derecho de propiedad que es uno de los principios fundamentales de los derechos individuales. Y asimismo desconoce el principio que Locke consideraba fundamental de la libertad que es el derecho a la búsqueda de la felicidad.

Por otra parte la tendencia proteccionista decididamente no mejoraría la situación económica de Estados Unidos, que entre el 2007 y el 2016 tan solo creció un 1,39% por año. Ello se ha debido tanto como en la Unión Europea al aumento del gasto público. Al respecto Trump dijo que reduciría el impuesto a la renta, lo cual si aceptamos la teoría de Laffer al respecto determinaría un incremento en la recaudación. Pero hasta la fecha no ha hecho ninguna declaración al respecto de la necesidad de reducir el gasto público, sino tan solo de modificar el Obamacare, pero tampoco ha dicho como.

Otro aspecto a tener en cuenta es su declaración previa al respecto de romper las relaciones con Raúl Castro. Hasta la fecha el muro de México parece monopolizar sus decisiones respecto a las relaciones de Estados Unidos con América Latina. Por supuesto en sus últimos días de presidente Obama eliminó el llamado sistema de pies secos y pies mojados por el cual los cubanos tenían el privilegio de entrar a Estados Unidos. Hoy parece lógica esa decisión que implicaba un privilegio de los cubanos respecto al resto de los latinoamericanos. Pero permítanme recordar la causa de la misma. La responsabilidad por la falta de libertad en Cuba la tuvieron los americanos durante la presidencia de Eisenhower y Kennedy. No olvidemos que durante la crisis de los misiles Kennedy acordó con Krouchew entregar a Cuba a la órbita soviética.

En fin Trump ha alterado la visión del mundo en que vivimos. Y particularmente como reconoce The Economist ha desarticulado las normas que regulan la política en Estados Unidos y así como su rol como preminente poder en el mundo. Pero se sigue ignorando el fracaso y la crisis de la Unión Europea en manos de la demagogia del socialismo que ahora denominan populismo. Así no parece reconocerse que el mundo enfrenta políticamente el sistema que cambió la historia del mundo, en nombre de la falacia de la igualdad. Al respecto un artículo de Foreign Affairs señala que el capitalismo está en crisis por su enfrentamiento con la democracia. En otras palabras, se ignoran los principios en que se basa el Rule of Law, que no es la democracia mayoritaria.

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