Por Giuliano Iezzi.-

La Iglesia, las organizaciones de derechos humanos y los peronistas, por razones que ya no sorprenden a nadie, no se han pronunciado sobre la violencia y la ilegalidad de los hechos que están destruyendo y enlutando a Venezuela. El resto del país condena abiertamente el accionar de Maduro.

Cuando esto termine, Maduro, junto con sus secuaces, aparecerán como responsables. Sin embargo, Maduro es el efecto de la maduración de un tumor en Venezuela, pero no es la causa.

Esto que está viviendo hoy el hermano país es la maduración irremediable y fatal de un tumor que ha comenzado a crecer desde hace mucho tiempo. Y Maduro es una metástasis solamente, así que con removerlo a él no se resolverá mucho, solo habrá un interregno más o menos tranquilo hasta que vuelva a aparecer. La enfermedad no es Maduro, ojalá lo fuera y con él se acabara el padecimiento, es inútil esperar una remisión extirpándolo a él. Es necesario pero no suficiente. Del mismo modo que el naranjo no deja de serlo porque le saquemos las naranjas, a pesar de que se lo reconoce como tal precisamente por sus naranjas. El naranjo, vida biológica mediante, siempre producirá naranjas, toda su estructura está diseñada para eso, porque esa es su esencia, es tonto creer las promesas de que dará otra cosa, sencillamente no puede.

“Por sus frutos los conoceréis”. Mussolini, Hitler, Stalin, Mao y otros monstruos fueron frutos del mismo árbol, todos prometieron el bienestar derivado del socialismo y siempre terminó en lo mismo. El socialismo y su primo lejano el keynesianismo atrae a los políticos porque engaña fácilmente a los crédulos y confiere muchísimo poder. Y lo mejor es aquello de: El que parte y reparte se queda con la mejor parte. Cuanto más poder se tiene, más se dice repartir, y más corrupto se es. Por lo tanto es seguro que perdiendo el poder se va preso, así que se intenta lo que sea para no claudicar porque les va la vida. De aquí la necesidad de mantener el poder aun cuando el fracaso se hace evidente. Siempre los llevó a la opresión de los que decía defender, y lo más tétrico es que decían hacerlo precisamente por aquellos a quienes asesinaban. Y a las pruebas me remito.

Esta idea le ha costado hasta hoy a la humanidad más de cien millones, más cien millones de asesinatos.

En nuestro continente y salvando algunas diferencias, pero no muchas, sus frutos fueron, y sin agotar la lista, Perón, Allende, Mujica, Menem Duhalde, los dos Kirchner, Chávez, Maduro, Evo Morales. Todos prometieron el mismo socialismo, siendo así frutos del mismísimo árbol. Se lo incluye a Menem en esta lista, que escandalizará a mucho izquierdoso, que quiere condenar al liberalismo tildándolo a él de liberal, o como “neoliberal”. Menem dejo un desastre económico que estalló al poco tiempo, dejó el gasto público duplicado y empresas vendidas a sus amigos, muchas como monopolio. Eso es estatismo puro y duro, al que llamamos de entre casa, peronismo, justicialismo o como se lo quiera llamar. Alfonsín, debe ser incluido en la misma lista, no como peronista, pero si como primo hermano socialista. “Pour la galerie”, se hacía llamar social demócrata, cumpliéndose inexorablemente la máxima que dice que el socialismo dura mientras dura el dinero ajeno.

Los defensores de estas ideas simpáticas pero nefastas, cuando se la ven mal inmediatamente hacen referencia a los países nórdicos. La diferencia vale la pena de ser comentada.

Cuando Suecia lo implementó era un país rico, y el costo en ineficiencia fue minando la economía, a punto tal de necesitar desactivarlo, y hacen malabares para lograrlo. Para detalles me remito a dos libros de Rojas Mullor, quien siendo chileno de nacimiento fue miembro del parlamento sueco, es economista y profesor en Universidades de Suecia y Chile. Uno: “Suecia luego del modelo sueco”, en el que explica claramente el fracaso del modelo y la dificultad para salir de él, aún con el deseo de todos los suecos. Demuestra que un país rico por un tiempo puede darse el costoso gusto, pero jamás con ese sistema un país podrá crecer. Lo reafirma junto con Ampuero en el libro: “Diálogo de conversos”.

Y aquí en nuestros países es clara la dificultad para crecer, con el socialismo del siglo XXI. Donde los ricos son los políticos y los sindicalistas defensores del sistema.

Para terminar de plantear el problema, basta con decir que aunque se amputen los tumores el cáncer sigue vivo.

Y vendrán otros con las mismas mentiras, y si no henos aprendido les creeremos.

¿O cómo se explica la intención de voto de Kristina, Massa, Stolbizer, Randazzo y todos los que prometen que el socio/peronismo traerá felicidad y estado benefactor? Lo mismo promete la oposición venezolana, por temor a no ser acompañados.

Europa ha eliminado el fascismo y el nazismo, pero la Argentina sigue siendo peronista, y Venezuela junto con casi toda Latinoamérica se embelesa con el canto de las sirenas socialistas, o como se llame al lobo con piel de oveja, y así nos va.

El socialismo/comunismo/peronismo/progresismo se ha erigido en una superestructura cultural que está por encima de las leyes, y constituciones, matando a las instituciones de inanición

La metástasis ni siquiera es vista y reconocida por muchos, por eso la cura es muy difícil de realizar. Alguna remisión temporaria siempre hay pero ahí estará esperando la mínima baja de defensas.

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