Por Rodolfo Patricio Florido.-

¿Alguien cree que alguna explicación ideológica puede mitigar que un informe no político ni partidario afirme taxativamente que el 80%, leyó bien, el 80% de los niños venezolanos de menos de 5 años sufren desnutrición?

Esto ya es una locura insana, casi como cuando en la 2da Guerra Mundial nadie quería creer en los campos de concentración y el exterminio sistemático de los judíos, gitanos, discapacitados o disidentes políticos. El cinismo político y la “inconveniencia” fueron también culpables de millones de vidas perdidas. Pero el hombre es el único animal que se tropieza dos y más veces con la misma piedra y en Venezuela lo está haciendo.

La información es apabullante. Tan apabullante que ni siquiera muchos medios de comunicación de América Latina quieren darle validez a los datos objetivos que entregan, ya no políticos opositores al Chavismo, sino incluso extranjeros que llegaron a Venezuela por la persecución política en sus naciones (en distintos momentos de la historia de esos países), pero que, aún siendo socialistas, sienten que expresan que no hay excusas ideológicas para hacerse los distraídos frente al “totalitarismo estalinista”, los campos clandestinos de detención y la presunta domesticación por hambre de su propio pueblo.

Como señalaba antes, no es un partido político opositor o una ONG en colisión con el chavismo, la que denuncia este virtual genocidio infantil. Es la “Sociedad de Pediatría” de Venezuela quien lo denuncia, en la desesperación que implica el ver, incluso, el regreso de enfermedades derivadas del hambre, que tiempo atrás ya no existían o casi no existían. 80% del total de los niños de hasta 5 años con distintos signos de desnutrición, es un dato global o general. Luego, están los datos más precisos dentro de ese 80% y algunos de ellos son escalofriantes.

Como por ejemplo el informe de CARITAS Venezuela que afirma que el 54% de los niños de menores a un año presenta algún grado de desnutrición, mientras que un 3% no tenía una enfermedad base pero si desnutrición severa. ¿Espero que los lectores hayan comprendido bien? El 54% de los menores de un año tienen algún grado de desnutrición y el 80% sufre lo mismo si llevamos la medición a los 5 añitos de edad.

¿Alguien que sea padre, madre o tenga algún grado de parentesco o simplemente humanidad puede intentar alguna dialéctica ideológica para sentir menos culpa frente a este genocidio que, para muchos de estos niños, se extenderá en el tiempo por las malformaciones o carencias neuronales que le implicará para el resto de sus vidas tener limitaciones de trabajo, estudio y forma de vida?

Y no es que este sucede desde hace 30 días. La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría viene realizando advertencias desde 2016 sobre el aumento de la desnutrición infantil debido a la crisis social y económica que vive el país.

Además, el estudio médico profesional señala que a ese 54% de menores de un año con desnutrición que señala CARITAS se le superpone un 20% de prevalencia de desnutrición severa en menores de un año. Estos niños fueron diagnosticados en la emergencia y acudieron al centro de salud por otra enfermedad, destacó la Dra. Machado.

La pediatra explicó que la desnutrición, antes era un fenómeno observado en familias de muy bajos estratos socioeconómicos, aunque desde hace un año, se observa en familias de clase media que a pesar de tener capacidad monetaria para comprar las fórmulas lácteas, “nos dicen que no las consiguen, y cuando las consiguen son a través del mercado negro a precios impagables. Es impensable que una familia con un niño mayor, tenga un infante de seis meses desnutrido por no poder conseguir las fórmulas”. La contradicción ideológica del hambre es flagrante. Maduro y los Generales dicen que hacen esta revolución para redistribuir mejor la riqueza, pero la realidad es que son los bebés y niños más pobres los que más sufren el hambre y a los que su destino en la vida estará por siempre amenazado.

Estas cifras elevarán la mortalidad infantil (que se ubica en 30% según el informe anual del Ministerio de Salud en 2016), y muestran la reaparición de enfermedades como el kwashiorkor, pelagra o marasmo, detalló la doctora Machado, por lo que solicitó a la OPS, OMS y UNICEF para que se pronuncien sobre este problema.

Nadie lo hace. Parece que el truco de llamar socialismo bolivariano del siglo XXI a una suerte de estalinismo totalitario con matriz de burguesía zarista, da resultados. Las izquierdas callan porque no quieren perder una batalla ideológica, la que por otra parte no es tal porque Venezuela ya no es un proyecto revolucionario sino que es una suerte de zarismo de izquierda totalitario mezclado con bandas de delincuentes comunes con discursos que maquillan su voracidad de dólares y propiedades dentro y fuera del país. Una pena por cierto. Podría haber sido una experiencia distinta y terminó siendo una experiencia de extremo capitalismo de amigos, mezclado con una nueva burguesía militar y un toque de discursos revolucionarios para entretener a quienes creen que Atila es Robespierre o Dantón.

En él mientras tanto, los niños se mueren o se quedan sin futuro sin siquiera haber podido transitar el presente. Viejas y pérdidas enfermedades del hambre más extrema como la Pelagra, el Kwashiorkor y el Marasmo volvieron para amenazar a ese 80% de niños de hasta 5 años, que no deberían esperar que un final demorado les robe definitivamente su destino.

Recordemos brevemente qué son esas enfermedades que volvieron:

Pelagra: Es causada principalmente por una deficiencia alimentaria de niacina, se asocia en general con una dieta básica de maíz. Las personas a menudo se sienten débiles y tienen poco peso. La enfermedad está caracterizada por «las Tres D»: dermatitis, diarrea y demencia. Se presentan ligeros cambios sensoriales y motores, así como una disminución de la sensibilidad al tacto suave, algo de debilidad muscular y temblor. Los casos de pelagra no tratados pueden causar la muerte.

Kwashiorkor: Es el trastorno de la nutrición más común y generalizado en países en desarrollo. Es una forma de desnutrición por la falta de suficiente proteína en el régimen alimentario. Los niños que desarrollan el kwashiorkor podrían no crecer o desarrollarse correctamente. Es una enfermedad muy grave y puede poner la vida en peligro si no se le trata.

Marasmo: Es un tipo de malnutrición energética y proteínica severa acompañada de emaciación (flaqueza exagerada), caracterizada por una deficiencia calórica y energética. Se considera marasmo cuando se presenta un peso disminuido 60% de lo normal.

Según el informe de CARITAS, la situación es tan grave que los médicos residentes piden no ver más niños y familias con desnutrición (…) Hemos enviado múltiples comunicaciones al ministerio de Salud y la Defensoría del Pueblo sobre las carencias de los hospitales, pero no hemos obtenido respuesta”. Probablemente no haya para un médico una peor situación que tener diagnóstico y carecer de posibilidades reales de tratamiento. Esto es como tener el conocimiento para curar y tener que limitarse a mentir o a decir… “sé lo que tenés, se como curarte, pero te vas a morir igual”.

Un amigo entrañable, médico él, que reside en Venezuela, me confirmaba todo esto y me agregaba… se suspendieron las diálisis renales por falta de insumos, no hay drogas para quimioterapia oncológica, se suspendieron todas las intervenciones quirúrgicas cardiológicas, falta absoluta de insumos, no hay radioterapia porque están cerrados 60 centros públicos en todo el país de radioterapia por falta de repuestos a los aceleradores lineales y porque prohibieron el funcionamiento de equipos de cobaltoterapia por el negociado con la compra de aceleradores lineales para radioterapia, hoy no hay repuestos y por falla de voltaje externo (apagones diarios de energía) no funcionan, hay déficit total de analgésicos, antibióticos, medicamentos cardiológicos e insulina.

Cada hora que América Latina demora en exigir una salida democrática, republicana y electoral sin manipulaciones para Venezuela, serán decenas o cientos de criaturas, bebés, niños, adolescentes y abuelos que habrán muerto, asesinados por las peores balas que el hombre ha creado, que son la ignorancia, el olvido, la cobardía, el cinismo y el hacerse los distraídos para ver si las cosas se acomodan solas. Seguramente los Presidentes de este continente no querrían tanta ausencia de decisiones si fueran sus países y sus pueblos los que sufran una Dictadura. Parece que los Centro de Detención Clandestinos adonde son llevados los jóvenes que protestan contra el Gobierno, no son repudiados por los Organismos de Derechos Humanos. ¿O será que la tortura en un centro de detención clandestino para jóvenes no chavistas, lejos de ser una práctica fascista es un amoroso recordatorio para que no pierdan el norte revolucionario? Cuanto cinismo.

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