Por Carlos Tórtora.-

El grupo de empresarios que continúan detenidos en la causa de los cuadernos por orden del juez federal Claudio Bonadío se atropellaron para interponer sus respectivas apelaciones ante la Cámara Federal al rechazo de las excarcelaciones para los que continúan presos. Allí, los camaristas Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia deberán decidir si validan los métodos aplicados por el magistrado, ante la batería de escritos que presentarán abogados de los estudios más importantes del país. Será sólo el primer paso del contragolpe que desplegarán los hombres de negocios: con ayuda de los exfuncionarios buscarán que se declaren nulas las indagatorias, argumentarán un «fórum shopping» diseñado para que el caso quede en manos de Bonadío, y replicarán que el origen de sus detenciones está basado en escritos de un «arrepentido» que no podrán ser peritados. Ayer, en Comodoro Py se daba por sentado que la Cámara va a ratificar lo actuado hasta ahora por Bonadío y que no existe el riesgo de una resolución que dé marcha atrás en la causa.

Muchos quieren hablar

Pero también circularon ayer análisis acerca de la probable evolución de la causa. El éxito de la aplicación de la figura del arrepentido es acá, como lo fue en el Lava Jato brasileño, la única solución para los empresarios involucrados. Así que se estima que, hasta en forma preventiva, podrían presentarse numerosos nuevos arrepentidos. Esto, a su vez, determinaría una inflación también de imputados y un crecimiento del volumen de la causa. Hay que prepararse, en suma, para una explosión de nuevas denuncias. Siempre, según las mismas fuentes de Comodoro Py, lo que se cree improbable es que los procesamientos avancen hacia las cúpulas empresarias. “El límite es Calcaterra”, definió un camarista poniendo el ejemplo.

La perspectiva de que, con el aumento de los arrepentidos, queden involucradas muchas más empresas y aumente el malestar de los mercados no es entonces ninguna fantasía.

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