Por Carlos Tórtora.-

Ni bien recomenzó la actividad judicial, se reprodujo el esquema del primer semestre: los jueces y fiscales tienen la iniciativa política y el gobierno claramente da un paso atrás, en la inteligencia de que la continuación de los escándalos por corrupción del kirchnerismo, por comparación con el actual gobierno, seguirán generándole crédito a éste. Dos encuestas que están por difundirse ratifican exactamente esto: Macri está amesetado desde hace cuatro meses y su no descenso se debe sobre todo a CFK, Báez, López, etc.

Como contrapartida a los beneficios que la Casa Rosada está recibiendo de Comodoro Py, en el fuero contencioso administrativo la tendencia a frenar los tarifazos se profundizó con el fallo de ayer de la jueza federal de San Martín Martina Fornes dejando sin efecto el aumento de las tarifas eléctricas en todo el país. El gobierno se beneficia así con la imagen de una justicia efectivamente independiente pero en los mercados se encienden también luces amarillas. Son muchos los que se preguntan si con una tendencia tan fuerte a la independencia judicial podrán avanzar las licitaciones de obras públicas que el gobierno promete día y noche. Da la impresión de que puede darse un proceso de impugnaciones que demore largamente las adjudicaciones, siempre que haya algún grupo oferente que se considere perjudicado o sectores que invoquen el interés público.

El tembladeral judicial se hace sentir en todos los ámbitos y ayer a la tarde se daba por hecho que la justicia bonaerense iba a revocar el sobreseimiento de Daniel Scioli por enriquecimiento ilícito y que se avanzaría en las nuevas denuncias -iniciadas por Elisa Carrió- sobre una multimillonaria extracción de fondos. El caso es que si Scioli se cristiniza judicialmente, muchos funcionarios de su gestión que siguen ocupando cargos cerca de Maria Eugenia Vidal pueden vérselas mal. Para empezar, el Ministro de Justicia Gustavo Ferrari, ex asesor general de gobierno de Scioli.

La Corte se mueve

A todo esto, en la Corte Suprema se preparan para recibir a Carlos Rosenkrantz, que juraría el 20 de este mes. Éste es de perfil más bajo que el otro nuevo ministro, Horacio Rosatti, pero ambos ya hablan con Elena Highton y Juan Carlos Maqueda acerca de imponerle ciertos límites al presidente Ricardo Lorenzetti, que presentiría que su tiempo de poder pleno está pasando. Por ejemplo, habría mayoría de ministros que consideran que se debe desactivar el sistema de cámaras de vigilancia que Lorenzetti montara en el cuarto piso del Palacio y por el cual él se entera de quien visita a cada uno de sus colegas, secretarios y demás funcionarios. También los nuevos jueces opinan que se les deben devolver funciones a las vocalías, que fueron marginadas por Lorenzetti en función de las secretarías letradas. Pequeñas batallas, en fin, que van a mostrar si el zar de la Corte empieza a perder terreno.

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