Por Guillermo Cherashny.-

Sorprendió el flamante presidente con la designación como ministros de la Corte Suprema Horacio Rosatti y Carlos Rosenkranz utilizando el inciso 19 del artículo 99 de la Constitución Nacional en épocas de receso parlamentario y que 2/3 del Senado deberán convalidar a partir de marzo próximo. Si no lo hacen, en noviembre del 2016 quedarán cesantes o bien. Hace unos meses señalamos que el ex senador santacruceño Nicolás Fernández estaba colaborando con Ricardo Lorenzetti, ya que Fernández le había propuesto a Néstor Kirchner al actual presidente de la Corte y, después de la caída de Béliz, lo mismo hizo con Horacio Rosatti. En 2011, en medio de la campaña electoral, Cristina Fernández quiso humillar a Carlos Verna, entonces senador pampeano, imponiendo como diputada nacional a la Dra. Alonso -de La Cámpora- y la historia es conocida: Verna se enojó y borró a Nico Fernández en su reelección como senador nacional, por lo cual éste se dedicó a su estudio y hace un año se acercó a su viejo recomendado Ricardo Lorenzetti. Y no hay que descartar que Nicolás Fernández, con hombres cercanos a la mesa chica del nuevo Presidente, idearan esta salida ante la renuncia anunciada del Dr. Carlos Fayt. Era obvio que los opositores que recibió el viernes pasado se opondrían a tal procedimiento, pero el costo político que paga Macri se debe a razones que son difíciles de conocer, pero se supone que son graves, porque nadie deja un antecedente de este tipo a un presidente/a autoritario/a sin un motivo grave que no podemos conocer. Es posible que se presente una medida cautelar y seguramente será rechazada por la justicia, con lo cual la designación será constitucional, porque así lo dicen los jueces que son los intérpretes de la Constitución y caso contrario, el Frente para la Victoria -hoy en día una bolsa de gatos- se pone de acuerdo para rechazarlas, en tanto todos sus fallos serán válidos y quizás ahora Lorenzetti no le traiga sorpresas a Macri.

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