Por Guillermo Cherashny.-

Ayer se conoció que la gobernadora Vidal y Cristian Ritondo estaban molestos con el accionar del Procuradora General de PBA, Dra. María del Camen Falbo, porque el fiscal Citterio -a sus órdenes y a cargo de la fuga- no autorizaba allanamientos.

A Falbo se la vincula con Aníbal Fernández pero en realidad provienen del duhaldismo y fue elevada a ese cargo cuando León Arslanián asumió el Ministerio de Justicia y Seguridad y esa mediocre abogada lomense se convirtió en una predicadora del «garantismo» que impulsaba el ministro. Y así fue como llenó de fiscales de esa tendencia toda la PBA, a lo cual se suma que en el SPB se venden las fugas, las salidas transitorias y las libertados condicionales, que terminan en crímenes horrendos. Y si bien el SPB vende las buenas conductas, no alcanzaría si no estuvieran en sus cargos los fiscales garantistas que otorgan esos beneficios a granel, confirmados por los jueces de garantías, a los cuales se les iniciaronn juicios políticos pero nunca se los pudo desplazar -en algunos casos defendidos por el Dr. Eugenio Zaffaroni.

Aparentemente, el fiscal Citterio no autorizó cinco allanamientos importantes para la investigación y fue avalado por Falbo que, como dijimos, no está en ninguna conspiración pero es muy afecta a los tecnicismos para otorgar libertades y muy restrictiva a los pedidos de allanamiento. Y junto con una parte importante de la bonaerense y el SPB forman un engranaje de impunidad en la Provincia, muchas veces por corrupción y en muchos casos por el garantismo.

Falbo está en esa corriente y no pertenece al circuito de la corrupción y seguramente no quiere desestabilizar al gobierno de Vidal. Pero está claro que es una piedra en el zapato para saber algo de los prófugos con un sector de la policía y el SPB cómplice de los Lanatta y los Schillaci. De ahí que le vendría muy bien al nuevo Gobierno que Falbo actúe rápidamente o pida su jubilación, ya que su presencia es un impedimento para terminar con el delito en la PBA.

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