Por Juan Manuel Otero.-

El Dr. Zaffaroni debe estar orgulloso

Otra víctima inocente asesinada por un criminal, otra persona honesta y trabajadora que cae bajo las balas de un delincuente, un joven que formaba parte de esa sociedad, sociedad que según la pervertida óptica del ex juez garantista, «no les da oportunidad de triunfar a los vagos y delincuentes» y por eso no les queda más remedio que caer en el crimen.

David Varlotta, el joven de 24 años asesinado en la localidad bonaerense de Villa de Mayo en medio de un asalto en la puerta de su casa, fue un científico reconocido por la NASA por trabajar en una estación de tratamiento de aguas contaminadas por la actividad minera en la provincia de Jujuy.

Un argentino que nos honraba, que nos enorgullecía. Un futuro brillante le esperaba a este joven quien junto a sus compañeros de la Escuela Técnica Nº 12 fue reconocido con el segundo premio en la categoría Ciencias Ambientales en la 62° Feria Internacional de Ciencia y Tecnología en la ciudad estadounidense de Los Ángeles.

Su proyecto permitía descontaminar el agua en el noroeste argentino para cultivar alimentos, mediante un «sistema de destilación de bajo costo, propulsado por energía solar, que libera de metaloides y bacterias el agua volviéndola nuevamente apta».

«No podía creerlo. Creo que es algo que me supera, algo que nunca esperé y es muy asombroso», atinó a expresar al ser notificado por la NASA mediante un certificado que por su logro llamarían a un asteroide con su nombre y el de sus compañeros de equipo.

En la puerta de su casa fue asesinado por dos ladrones que pretendían robar su automóvil.

Es evidente, el Dr. Zaffaroni debe sentirse orgulloso, su doctrina sigue vigente.

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