Por Luis Razzolini.-

Si debiera responder a esa pregunta me inclinaría por la última opción. Daré mis razones.

¿Cuáles son los indicios que tenía para sospechar de un suicidio?

Respuesta: Ninguno.

¿Cuáles eran los indicios para sospechar que se trataba de un homicidio?

Respuesta:

  • El contexto en el cual se produce la muerte del Fiscal, luego de una denuncia contra la persona más poderosa del país en ese momento, la presidente Cristina Kirchner y alguno de sus allegados.
  • La sospecha de que hubieran intervenido personas ligadas a organismos de inteligencia, manejados por el Estado, y que lo venían siguiendo desde su llegada a Ezeiza, como pudimos verlo por televisión.
  • La declaración de las personas que compartieron los últimos momentos con el fiscal, que ninguna de ellas manifestó haberlo visto abatido, decaído o desalentado, sino todo lo contrario, y el convencimiento de todos ellos de que se trataba de un hombre valiente y luchador.
  • Nadie le deja a la empleada una lista de cosas que debía comprar el lunes si pensaba quitarse la vida antes.
  • El escenario donde se produce la muerte, con la mayoría de las cámaras de seguridad que no funcionaban, como si se tratara de una zona liberada y la actuación incomprensible de los custodios, que al llegar ese domingo entre las 10 y las 11 hs. ven en la puerta del departamento del fiscal los diarios que no habían sido recogidos por Nisman algo totalmente inusual según ellos.
  • Que al llamar la puerta o intentar comunicarse por medio del celular, no recibían respuesta; ante estas circunstancias se comunicaron con la secretaria del fiscal a la que comentan lo que ocurría, por lo que ella busca comunicarse con el fiscal con resultado negativo; a pesar de todo eso demoraron más de 10 horas en abrir la puerta del departamento, no sin antes buscar a la madre como sabiendo de antemano con que se iba a encontrar.
  • La alteración que sufrió la computadora de Nisman, donde se borró gran cantidad de información del modo “borrado seguro” realizado por un informático ya que el occiso no tenía los conocimientos para hacerlo.
  • La falta de una nota a su círculo íntimo que explique el porqué de su decisión de quitarse la vida, algo común en aquellos afrontan estas circunstancias.
  • Algo que no cierra, que le pidiera un arma a Lagomarsino, teniendo él una similar.
  • La ubicación del orificio de entrada del proyectil, en la cabeza, detrás y arriba de la oreja, un lugar sumamente difícil por lo incomodo para dispararse, y para hacerlo a cierta distancia, ya que el arma no estaba apoyada sobre su cabeza, como lo indican las pericias. Algo que al más neófito en el manejo de un arma le parecerá increíble que una persona trate de suicidarse de ese modo. Lo lógico era que lo hiciera con el arma apoyada en la sien o bien en la boca en la bóveda palatina.

Dejé para el final la evidencia que me parece más contundente para descartar la hipótesis de suicidio: la falta de pólvora en la mano del fiscal.

Esta circunstancia, por sí sola, tira por tierra cualquier hipótesis de suicidio. El peritaje sobre el arma con la que se le disparó a Nisman deja rastros de pólvora en todos los casos.

Creo que no hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que todas estas evidencias que apoyaban la tesis del homicidio, pero la fiscal Fein nunca avanzó en ese sentido, ya sea, porque tenía instrucciones de Gils Carbó, o por amenazas anónimas recibidas y se perdió un año sin definiciones.

Hoy, cuando un fiscal federal afirma que a Nisman lo mataron, y cuando ya casi no existen dudas de que se trató de un asesinato, nos deberíamos preguntar quiénes lo hicieron y por orden de quien.

En ese sentido, creo que las sospechas recaerán sobre el núcleo duro del kirchnerismo, es decir, La Cámpora. No nos olvidemos que gente de esa organización política mafiosa está enquistada en la ex SIDE, y quizás ya hayan tenido una experiencia anterior en esto de silenciar personas con el periodista Juan Castro, quien falleció en extrañas circunstancias cuando decía tener fotos comprometedoras de Cristina.

Por lo menos, así lo veo yo.

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