Por Raúl Cuello.-

Cuando asumió como Presidente de la Nación Argentina la Sra. CFK, en no pocas oportunidades aludió a la necesaria recuperación del orden institucional. Era y es una condición indispensable para el progreso de la República, que en sus bases legales debe lamentar que tales aspiraciones sean nada más que discursos de circunstancias. Con el devenir del tiempo y como en ocasiones anteriores, la ciudadanía (ilustrada y bien intencionada, porque hay de la otra), aprecia que, como punto de partida, no se respeta la Constitución simplemente porque la mayoría de aquellos “que juraron respetarla y hacerla respetar (jurando por Dios y/o la Patria)” no la conocen. Y me refiero tanto a la Primera magistrada, como a cada uno de sus Ministros y Secretarios de Estado, pero también le cabe el sayo a no pocos legisladores “que llegaron por el dedismo a las bancas que ocupan sin mérito alguno para ello”.

El caso del Dr. Fayt y el manejo que hicieron autoridades nacionales con amplia difusión mediática es paradigmático al respecto y si bien no reviste las proporciones que tuvo el tratamiento de los incidentes en la cancha de Boca Juniors, recientemente y antes de la muerte del Fiscal Nisman, del que todavía no se sabe qué día murió, a qué hora y si fue objeto de un atentado criminal o de un suicidio.

Y digo paradigmático porque no se respetaron los límites constitucionales para agraviar impunemente a un Magistrado que honró y honra a la Corte Suprema de Justicia. Pero no voy a ponderar los valores de quien aprecio hace muchos años. Sólo quiero, como economista profesional dirigirme a quienes deben abrevar constantemente en la Constitución Nacional, que es un verdadero despropósito, poner en tela de juicio la idoneidad de un juez probo, simplemente porque tenga 97 años. Y hace bien el Dr. Fayt en negarse a mostrarse como quiera que se le pida, porque ese derecho no lo puede ejercer nadie. Personalmente en el lugar del Juez Fayt, haría la propio y no habría ni Presidente, ni Jefe de Gabinete, no Presidente de una Cámara del Senado apoyado en una mayoría circunstancial, que me obligara lo contrario.

El Juez Fayt, sabe mejor que cualquier argentino que sepa leer, que el ART. 19 DICE “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están reservadas a Dios y exenta de la autoridad de los magistrados. NINGUN HABITANTE DE LA NACION SERA OBLIGADO A HACER LO QUE NO MANDA LA LEY, NI PRIVADO DE LO QUE ELLA NO PROHIBE”.

Y por lo demás que alguien explique, si al Dr. Fayt está incurso en algunas de las razones que llevaron a sugerir un Juicio Político contra su persona. En efecto. Como bien expresa el ART. 53… “en las causas que se intenten contra ellos (se refiere al Presidente, al Vicepresidente, al Jefe de Gabinete de Ministros, a los Ministros y a los Miembros de la Corte Suprema), por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones o por crímenes comunes….” Pregunta: ¿Está el Dr. Fayt comprendido en ese listado de anomalías? Pues entonces ¿cómo sin haber aierto un expediente se osó mencionar el llamado a testigos para pronunciarse por la salud de un hombre que honra a la Nación?

Pero como muestra que acá ha habido oportunismo político y no procurar la mejora de las instituciones. El ART 99 una y otra vez violado por el Poder Ejecutivo, no ha merecido de la mayoría legislativa siquiera un llamado de atención, cuando el terreno está abonado para varios Juicios Políticos para cada uno de los funcionarios que menciona el ART 53 en el área del Poder Ejecutivo. A esta conclusión se llega fácilmente con la lectura del ART 99 que trata sobre los “Decretos de Necesidad y Urgencia”.

Allí se expresa que “el Poder Ejecutivo, no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.” Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos en esta Constitución para la sanción de las leyes y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria electoral o el regimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, LOS QUE SERAN DECIDIDOS EN ACUERDI GENERAL DE MINISTROS QUE DEBERAN REFRENDAR CONJUNTAMENTE CON ELE JEFE DE GABINETE DE MINISTROS…

Ahora un resumen de los hechos y su vinculación con la Constitución. Se pretendió hacer un examen de las facultades físicas y psíquicas de un destacado jurista en ejercicio de sus funciones legales como Juez de la Corte Suprema de la Nación, alegando que había firmado un dictamen por el cual se prorrogaba el mandato del Presidente del alto tribunal, en su casa y no en la Sede en el Palacio de Justicia. Entrometiéndose en una cuestión que no le compete, públicamente el Jefe de Gabinete de Ministros, por medios de comunicación pretendió que el Juez Fayt diera pruebas de aptitudes para desempeñar su cargo (y las razones las conoce la ciudadanía por cuanto se fundaban en lograr la renuncia del Dr. Fayt).

Hecho público el caso y sometido el Juez a un agravio inmerecido, bochornoso e ilegal, se pretendió iniciarle Juicio Político por parte de quien o quienes, en la Cámara de Diputados tuvieron ocasión de iniciar Juicio Político a Presidentes y Ministros por violación flagrante al ART 99 de la Constitución. ¿Hay algún argentino que conozca el dictado de los innumerables DNU dictados por esta administración y la precedente, sin ir más lejos, que pueda afirmar que tales actos de gobierno fueron firmados con el Gabinete de Ministros en su conjunto? ¿Hay quien pueda afirmar que se cumplieron las limitaciones del ART 99?

No era necesario que el Juez Carlos Fayt saliera caminando de su departamento de la calle Ayacucho y participara del acuerdo que reafirmó la elección del Dr. Lorenzetti como presidente de la CSJ por el período 2016-2019, para que dejara “pedaleando en el aire a sus humilladores” y evitar la “parodia de Juicio Político” que quería iniciar la Comisión correspondiente de Diputados.

Llegar a anciano como es la fortuna de algunos, no debe servir para descalificarlos. Son precisamente ellos los que están en condiciones de dar lecciones de sabiduría y moral. Los que no necesitan de ninguna alquimia política para tener poder, porque este les llega desde sus méritos y sus antecedentes. No como a otros que para obtenerlo y mantenerlo requieren de la disciplina partidaria.

Una República es confiable y atrae hombres inteligentes y recursos tecnológicos cuando sus autoridades respetan y hacen respetar sus instituciones. Esto que tuvimos en un tiempo, hoy lo hemos perdido y recuperarlo ha de llevar muchos años. El que requiera educar al soberano para que los mejores estén al frente del interés general. Esta debiera ser una lección básica de la economía que lleve al país al crecimiento y bienestar de su gente.

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