Por Carlos Tórtora.-

Una nueva pulseada en la trastienda del poder se estaría librando entre el albertismo y el cristinismo. Los dos bandos coinciden en que el proyecto de reforma judicial debe enviarse al Congreso cuanto antes, ya que mientras esté en primer plano la pandemia sería más fácil doblegar a la oposición. Por otra parte, es un misterio cómo se plantará Juntos por el Cambio. En el macrismo predomina la postura anti-reforma pero con matices. La idea central de licuar el poder de Comodoro Py mediante la creación de un fuero penal federal tiene también sus simpatizantes en las filas del PRO y sobre todo en la Coalición Cívica.

Volviendo al oficialismo, el plan sería trasladar el eje de la reforma a un Consejo para el Afianzamiento de la Administración de Justicia que se pronunciaría sobre temas tales como la ampliación de la Corte Suprema, el funcionamiento del Consejo de la Magistratura, el Ministerio Público Fiscal, el recurso extraordinario y el juicio por jurados. El caso es que Cristina Kirchner sostiene para la presidencia del consejo la candidatura de su abogado defensor, Carlos Beraldi, cuya designación encontraría resistencias en la Casa Rosada. Si Beraldi preside la reforma judicial, el mensaje a la sociedad sería que CFK es la que hegemoniza la cuestión y esto debilitaría ciertamente a Alberto.

El trasfondo

Pero hay otro trasfondo: la proyección del abogado de la vicepresidenta al primer plano político sería el primer paso para instalarlo para luego designarlo en la Corte Suprema, que pasaría de 5 a 7 miembros. Como alternativa se menciona para la Corte al ex jefe de Beraldi en su estudio jurídico, León Arslanian. La ampliación de la Corte apuntaría a crear una nueva alternativa para presidirla. Hoy el alto tribunal está semiparalizado por la disputa de poder entre su presidente, Carlos Rosenkrantz, y su ex presidente, Ricardo Lorenzetti. La sola posibilidad de que el abogado de confianza de CFK se proyecte para conducir la Corte crearía un clima político enrarecido y enervaría los ánimos.

Varios expedientes sobre causas de corrupción que afectan a la ex presidente están en la Corte y otros pueden llegar hasta allí.

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