Por Carlos Tórtora.-

El reemplazo de la histórica Procuradora General de Buenos Aires por el actual secretario Legal y Técnica del gobierno bonaerense, Julio Conte Grand, quien se desempeñó como Procurador de la Ciudad de Buenos Aires hasta 2015, tiene obviamente varios costados. Por un lado, Elisa Carrió aprovechó la ocasión para salir a candidatearse, aunque no se sabe para qué cargo. El caso es que Carrió se adjudica haber motorizado la caída de Falbo a través de una denuncia judicial. En este caso, por encubrimiento de actividades de narcotráfico por parte del Fiscal General Julio Novo de san Isidro. Una testigo declaró que la procuradora archivó todas las denuncias presentadas contra el suspendido fiscal que estuvo detrás del asesinato de dos colombianos en el shopping Unicenter.

El testigo, un funcionario judicial que declaró ante el fiscal federal de San Isidro, Fernando Domínguez, afirmó que la procuradora bonaerense habría protegido a Novo, al no dar curso a las denuncias que los subordinados del fiscal general de San Isidro presentaron en su contra. En otras palabras, al «cajonearlas».

Según trascendió en medios platenses, el largo proceso de conversaciones que rodeó a la renuncia de Falbo se debió a que ésta, para renunciar, reclamó garantías de que la causa judicial contra Nova no terminará arrastrándola a ella. Finalmente, Vidal habría dado su palabra y esto precipitó los acontecimientos.

Un reconocimiento

Julio Conte Grand, al cual algunas fuentes ligan al Opus Dei, es un vidalista neto y no tendría óptimas relaciones con el actual Ministro de Justicia Gustavo Ferrari, al cual se lo vincula a Daniel Angelici, jefe de un equipo sólo aliado circunstancialmente al vidalismo.

La caída de Falbo es una derrota de magnitud para el núcleo garantista de la justicia bonaerense, que venía manteniendo el control de la situación desde los tiempos en los que León Arslasnián era Ministro de Seguridad y Justicia.

Si bien Conte Grand es un moderado, no hay duda de que Vidal va girando hacia un endurecimiento en materia de legislación y justicia penal, como una especie de admisión de que allí está el talón de Aquiles de su gestión, como ya le ocurriera a su antecesor Daniel Scioli. De acuerdo a conversaciones a puertas cerradas que habrían tenido lugar entre Mauricio Macri y Vidal, la ofensiva electoral del PRO a partir de enero se concentraría en buena medida en la lucha contra el narcotráfico y un importante despliegue mediático resaltándola.

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