Por Carlos E. Viana.-

“Trata a tu prójimo como a ti mismo”, Jesús.

Protesta legítima pero incompleta

La protesta legitima contra la violencia ejercida sobre mujeres, es una acción loable para que se cumplan las leyes, pero además una muestra de la grave crisis moral que azota a la Nación.

No obstante la violencia de género es parte de la violencia generalizada, que los delincuentes ejercen sobre todo vecino honesto, de cualquier sexo y edad. Si las leyes se cumplieran disminuirían la violencia y por ende la violencia de género. Pero esta última alcanza una gravedad especial si consideramos dos responsables que son un símbolo de la inacción frente a la misma.

La Presidenta y Zaffaroni

Que un ministro de la Corte Suprema de Justicia le haya tenido alquilados seis departamentos a prostíbulos es un símbolo nefasto, aunque ese ministro ya se haya jubilado, pero lo más grave es que fue el principal sostén en dicha corte de las posiciones de la Presidenta, que es mujer, es decir era un hombre, por decirlo de alguna manera, de la presidenta, con olvido de la independencia que debía tener como juez.

La Presidenta no tomó nota de esto, como tampoco de la corrupción, del narcotráfico y de la impunidad. Tampoco parece que en su momento, se apercibieran de esta trata de blancas, las dos mujeres que en ese tiempo integraban el más alto tribunal de la Nación, las doctoras Highton y Argibay, más teniendo en cuenta que esta última era a la sazón la encargada de los derechos de la mujer en dicho tribunal.

Qué democracia

Una mujer y un ex ministro de la Corte, que no puede ser acusado precisamente de “machista”, son responsables directos de la aplicación de las doctrinas de este último, que han creado en parte, un régimen político que algunos ingenuos y necios llaman democracia, cuando en realidad es una mezcla de autoritarismo, oligarquía y anarquía, es decir una demagogia como le llamaba Aristóteles y un populismo como le decimos ahora.

Me daría risa si no fuera porque esto toma ribetes tragicómicos. Esto surge de la confusión de denominar democrático a un gobierno electo por el pueblo. Esta es una de las condiciones de la democracia pero la esencial como la definió sabiamente Aristóteles es la libertad.

¿Ahora qué libertad tiene una mujer de caminar libremente por la calle o de vivir tranquila sin que su pareja la golpee impunemente, o que la violen impunemente?

Si recurren a la Policía esta no hace nada y menos los juzgados. Cuando se llega a la tragedia del crimen, surge la doctrina de Zaffaroni, sobre que el animal que la atacó, no es culpable, sino que la sociedad es la que tiene la culpa, es decir los ciudadano honestos, que tratan con caballerosidad a la mujeres y las mujeres que saben educar a sus hijos con el respeto por el sexo opuesto.

El reino de la delincuencia

Como dijimos anteriormente, esto no se da solo contra las mujeres, sino contra todo habitante honesto de esta Nación. La violencia de género es entonces un ejemplo de la impunidad general. Esto no se arregla como suponen algunos con más policía, sino con gobiernos honestos que manejen una policía y cárceles para los delincuentes. El delincuente preso no reincide, porque está preso. Esto puede sonar muy fuerte para algunos desprevenidos, pero es como se manejan las naciones democráticas. Que a largo plazo debe emprenderse una tarea de educación de delincuentes y otra preventiva para todos los habitantes es cierto, pero ya en esto que llaman graciosamente democracia, se han producido más de 30.000 asesinatos y ni la Presidenta, ni Zaffaroni, ni los jueces ni los legisladores que siguen las ideas de ambos no parecen haberse anoticiado.

Scioli y Bonfatti, creen respectivamente que con más policías y gendarmes se arregla la inseguridad, pero de qué sirve un policía, cuando se juega por detener a un delincuente, ya sea violador asesino de mujeres o narcotraficante, si lo sueltan casi inmediatamente o lo dejan en libertad poco después para que siga delinquiendo. Precisamente Zaffaroni defendió a un juez de estos acusado de haber violado la ley, al dejar en libertad a delincuentes peligrosos que volvieron a matar incluyendo mujeres. Pero lo peor es que el consejo de la magistratura, lo absolvió y este juez sigue en funciones. El consejo de la magistratura tiene mayoría kirchnerista y esta mayoría sigue las órdenes de la presidenta.

Otro error es centrar estos problemas en la pobreza y la miseria, no es cierto. Es verdad que debemos proporcionarle trabajo a los desocupados, educación a los niños y asistencia alimenticia, médica y de vivienda a quienes tienen la voluntad de trabajar, pero que los delincuentes salgan de la pobreza es una ofensa para la dignidad de la gran mayoría.

La riqueza no vuelve honrados a los seres humanos, es la moral lo que lo hace y esta debe predicarse desde arriba desde los más altos cargos de gobierno. Los pobres no pueden ser acusados de ladrones por el hecho de ser pobres, un ejemplo contra esto es el vicepresidente Boudou, juntamente con Zaffaroni y Lázaro Báez elegidos por la Presidenta y el último socio de esta.

El mal ejemplo

La paradoja es que en las marchas contra la violencia de género, no vi letreros que cuestionaran a la Presidenta a Zaffaroni, al Consejo de la Magistratura o al hijo de Urribarri (gobernador de Entre Ríos y conspicuo y dócil miembro del FpV), acusado según la hermana Martha Pelloni, por secuestro de una joven y trata de blancas.

Hablando de los amigos y héroes de la presidenta y de Zaffaroni.

¿A cuántas mujeres fusiló el Che Guevara? ¿Tiene ella noticia que una jueza fue violada en la cárcel por orden de su amigo Maduro? ¿Cuántas mujeres asesino Fidel Castro? ¿Cuántas murieron ahogadas en el Caribe tratando de escapar de su siniestro régimen? ¿Cuántas vieron fusilar a sus hijos de 16 años? ¿Sabe que la prostitución se ha extendido por toda Cuba?

¿Cómo trataban a las mujeres que trabajaban en los prostíbulos que alquilaba Zaffaroni? ¿No es un abuso de género y contra los derechos humanos aprovecharse de la necesidad económica de una mujer para prostituirla? ¿No sabe el ex ministro de la corte y la presidenta, que la trata de blancas es uno de los crímenes más inhumanos que azotan a Argentina, con secuestros y desapariciones?

Lo peor es que todo lo que dijimos es solo parte de la punta del témpano.

Los responsables

Obviamente que la responsabilidad es de los gobernantes, incluyendo los tres poderes del estado y principalmente de la mayoría del Frente Para la Victoria, que entienden impunidad como revolución y con esta justifican cualquier crimen.

No obstante estos sujetos fueron votados por una mayoría con muchos votos femeninos. Son los votos por Sodoma y Gomorra, de no considerar al prójimo como a uno mismo

¿Vivimos en el país de la ilógica?

Sí, pero detrás de esta con una profundidad negra y trágica esta, la maldad, la indiferencia, la necedad, pero sobre todas ellas reina la inmoralidad. Argentina ha perdido el rumbo y la tradición de los Padres de la Patria. Recemos porque Dios nos ayude, él único con poder dispuesto a ayudarnos, y con las fuerzas que nos dé Él comencemos el cambio moral, que es la única revolución legitima.

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