Por Luis Américo Illuminati.-

Luis Juez dijo que quiere ser candidato a gobernador de Córdoba por el partido de Javier Milei. Juez aseguró que trabajará para la reelección del presidente. Fue Intendente de Córdoba, Vocal del Ersep, embajador de Macri en Ecuador y, como candidato a Gobernador, perdió frente a Juan Schiaretti, denunciando en esa oportunidad fraude electoral que no pudo ser comprobado; y el año pasado volvió a perder frente a Martín Llaryora, candidato peronista. Actualmente el votante independiente cordobés (no peronista) aún no lo ve al chiquitín cordobés -con voz gruesa de gigante- como Pulgarcito, el personaje diminuto del cuento de Charles Perrault, que salvó de la miseria a sus padres, salvó a sus hermanitos de ser devorados por el ogro, a quien engañó sustrayéndole las botas de siete leguas y quedándose con todo el oro que pertenecía al mismo. Pero aún faltan tres años para las elecciones. Llaryora recién lleva un año en el poder. A Juez se lo acusa de haber estado aliado y abrazándose con todos los partidos. Pero ha sacado título de «challenger» contra el kirchnerismo, del que abjuró -lo mismo hizo antes con el delasotismo- y pelearse con Cristina.

Conocí a Luis Juez cuando nadie lo conocía a él (1988). Yo trabajaba con el ex juez Guillermo Johnson y un abogado Manuel López nos presentó. No sé si es medio sordo, porque habla a los gritos. Tiene un vozarrón de trueno que no condice con su estatura. Después no lo vi nunca más hasta que se alineó con José Manuel de la Sota al alcanzar éste la Gobernación de Córdoba. Este lo designó Fiscal Anticorrupción (cargo no judicial sino administrativo). A los pocos días de ser designado en el cargo, lo encontré en la vereda del Museo Genaro Pérez; su oficina estaba en el edificio de enfrente. Lo paré y lo saludé, no sé acordaba de mí. Le dije: «Luis tenga cuidado que el cargo en que lo nombró el gobernador es inconstitucional». Entonces Luisín -Pulgarcito le decíamos en Tribunales sin que él lo supiera- me dice con gesto serio e intrigado: «A ver, dígame, ¿por qué es inconstitucional el cargo que ocupo?» A lo cual yo, serio pero pícaramente, le dije: «Porque no se puede ser Juez y Fiscal a la vez en un mismo cargo». Juez festejó mi ocurrencia. Me despedí y le deseé mucha suerte.

La relación con el Gobernador fue muy mala. Juez se cansó de denunciar a funcionarios del gobierno provincial sin ningún resultado. La cosa se puso tan espesa que el Gobernador De la Sota envió una ley a la Legislatura para derogar la que creó la Fiscalía Anticorrupción. Y así Luisín se quedó pedaleando en el aire. De la noche a la mañana no era más fiscal. En cambio, cuando fue Intendente de Córdoba, denunció a su antecesor Germán Kammerath -que había sido compañero de fórmula de De la Sota- y logró que fuera condenado por la Justicia y fuera preso.

La ímproba lucha contra el narcotráfico. La FPA

En 2015 me jubilé de la justicia después de 37 años de servicios. Estoy en la duda si los proyectos que tengo pensados -que algunos operadores políticos de Hacer X Córdoba conocen en parte- se los llevaré al actual Gobernador o al futuro candidato Luis Juez. Muchos me aconsejan que no les lleve nada, que con cualquiera de los dos perderé mi tiempo. Pues ya me han decepcionado antes el difunto José Manuel de la Sota, a quien le hice llegar el proyecto de la FPA (Fuerza Policial Antinarcótico), y su sucesor Juan Schiaretti, que dejó sin efecto algunos de los puntos que yo propuse, la incorporación de personal del Servicio Penitenciario de Córdoba, además de miembros seleccionados de Gendarmería, Policía Federal, Prefectura y Policía Aeroportuaria. Hace poco el Gobernador dispuso a través del Fiscal General de la Provincia pasar a retiro a toda la cúpula de la FPA y está considerando una idea bastante aproximada a la mía, pero con un matiz o lineamiento diferente que incluye la participación directa de las Fuerzas Armadas.

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