Por Luis Alejandro Rizzi.-

Marcela Pagano fue despedida del “Grupo América, señal explotada por una empresa periodística, bajo la forma societaria de “sociedad anónima” que, ofrece servicios de TV abierta y por cable. A los fines de esta nota no interesa la identidad de sus “dueños” o accionistas mayoritarios.

“Después de soportar siete meses de presiones, terminé de comprender que era imposible hacer periodismo con la gente que dirige hoy esa señal…Quiero contar que mi libertad para preguntar estuvo cercenada en el último mes. Recibí prohibiciones explícitas de invitar a toda persona vinculada a Mauricio Macri, Patricia Bullrich y economistas kirchneristas no alineados con cierta ala de la política del Frente de Todos, como Julia Strada o Sergio Chouza…”; asimismo aclaró Marcela Pagano que nunca recibió presiones del gobierno.

Una vez más, se plantea esta indisoluble doble cuestión del periodismo, una como actividad comercial, obviamente con fines de lucro, y la otra que tiene que ver con la “libertad de prensa”, “todos los habitantes de la nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten sus ejercicios…, de trabajar y ejercer toda industria lícita…, comerciar, de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa…, de asociarse con fines útiles” (art. 14) y a su vez el art. 43 dispone y garantiza que; “Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u omisión lesiva.”

A su vez, el art. 18 dispone; “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.”

Como vemos la cuestión no es sencilla, pero nos limitaremos solo a una “el derecho a mantener una línea editorial”, por parte de la empresa periodística y el ejercicio de la profesión de periodismo.

El “medio” puede ser aséptico de donde es de suponer que todo “periodista” podría informar y opinar según su leal saber y entender, sus únicas fronteras serían la “veracidad” y la “propia convicción” y deben os reconocer la posibilidad del error, siempre dentro del campo de la “buena fe”.

El “medio” también puede tener una línea de pensamiento y en ese supuesto debe mantener el concepto de “veracidad de la información”, pero la cuestión se presentaría con las “convicciones propias de la persona periodista”

Un ejemplo, un caso de devaluación, se trata de un hecho consecuencia de una decisión política, como fue en el reino Unido, la devaluación de la “libra” en septiembre de 1992, el famoso “miércoles negro” en el que hub o dos líneas generales, una si esa devaluación fue tardía y otro el costo que esa demora la causó a la gente.

El hecho que Soros haya ganado mil millones de dólares en unos minutos, no fue “noticia”, la noticia fue la DEVALUACION.

Asi se abrió un abanico de opiniones, pero el “medio” más seguido fue la BBC, cuyo financiamiento depende del estado, pero goza de plena autonomía informativa. En ese medio fue donde se criticó la decisión por tardía, al tiempo que otros la juzgaban como una decisión ágil y oportuna. La “gente” tenía un menú de información y de opiniones que le permitían formar su propio juicio.

Si nos trasladamos a nuestro país el mismo “hecho” la devaluación de la moneda, QUE POR OTRA PARTE ES DIARIA, se analiza y comenta desde otra perspectiva, a quienes beneficia y a quienes perjudica, o como un hecho agonal en el que los funcionaros deben vencer a los privados, sin advertir que lo grave es que el gobierno está a la deriva, queriendo dominar el precio de la divisa, gastando divisas que no tiene o imprimiendo dinero que cada segundo pierde valor.

Nuestros medios sólo informan el resultado, sea para denigrar a unos, los que especulan y ganan con la devaluación y a los otros que no pueden especular y pierden, sin informar que todos perdemos, incluidos los que supuestamente ganan o ganamos, porque la ganancia se estima sobre una moneda sin valor.

Volviendo al caso de MARCELA PAGANO, todo indicaría que su despido fue un acto de obsecuencia, una ofrenda al gobierno, “un cordero del periodismo” para demostrar que el “medio” está a su servicio, pero pusieron al descubierto, como mínimo, la existencia de una relación subterránea, de precios y favores que cuando menos alimentan mi sospecha y la de muchos otros sobre el financiamiento de los medios y el modo en que se adjudica la publicidad oficial, un gasto que debiera eliminarse del presupuesto nacional.

En fin, uno de tantos mamarrachos que nos llena de “vergüenza ajena”, paradojalmente de personas “sinvergüenzas” o “sin vergüenza”, para el caso es lo mismo.

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