Por Guillermo Cherashny.-

El gobierno nacional tenía información confidencial de hace tiempo que la conducción de Telefónica Argentina -no su presidente, el español Luis Blasco sino mandos intermedios- tenía acuerdos con el cristinismo, como aumentos de tarifas a cambio de complacencia en el canal Telefe. El que recibía los pagos no era otro que Julio de Vido, el Ministro de Planificación, que estaba al frente de todos los negocios oscuros del gobierno anterior. Y como Telefónica internacional cotiza en Wall Street, está a tiro de la SEC (Security Exchange Comision), donde una denuncia podía complicarle la situación no ya a Telefe sino a Telefónica argentina e internacional.

Es sabido que Sabbatella afirmaba públicamente que Telefe y Telefónica argentina no eran a misma empresa y le permitía adecuarse a ley de medios pese a que eran empresas de capital extranjero, mientras discriminaba al grupo Clarín, al cual no lo dejaba adecuarse, por lo que necesitó una cautelar de la justicia.

Al llegar el Pro al gobierno, le concedió al grupo Clarín la posibilidad de quedarse con Nextel, porque había pagado un adelanto, pero al mismo tiempo benefició a Telefónica-Telefe para que puedan hacer el triple play.

Pero el flamante presidente de Telefónica argentina, Federico Rava, recibió la sugerencia del gobierno de que debía vender Telefe a Ted Turner, el dueño de Liberty Media y la CNN, a quien piensa Macri darle el fútbol de primera para equiparar el poder del grupo Clarín, que también aspira a quedarse con el fútbol.

En esta operación con Turner el operador es Daniel Angelici, el presidente de Boca, que actúa en representación del presidente para entregarle Telefe y el fútbol a Turner, transacción que está por concretarse en cualquier momento.

Así las cosas, a Telefónica no le queda otro camino que venderle a Turner o verse expuesta a que se publiquen sus relaciones non sanctas con Julio de Vido y CFK.

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