Por Claudio Izaguirre.-

Esta semana anduve por Ezeiza para despedir a un familiar que viajaba al exterior. No pude evitar hacer preguntas a un integrante de Migraciones en su horario de almuerzo y para mi sorpresa, el inquirido indicó que, no existen aún restricciones para el ingreso a la Argentina de personas con antecedentes penales en sus países de origen, ni de integrante de grupos allegados al narcotráfico internacional.

A confesión de parte, relevo de pruebas

Estaba sentado con algunos familiares en un local de comidas rápidas del Aeropuerto de Ezeiza a metro y medio de recipiente receptor de sobras en el que todos volcamos lo que queda en la bandeja al retirarnos de este tipo de establecimientos. Uno de los que vació su bandeja en el recipiente, era un empleado de Migraciones a quien reconocí no por mi ojo clínico, sino porque lucía una remera de color celeste y en su espalda ostentaba un enorme cartel de la repartición que debe controlar quien entra y quien no en Argentina.

Sin respirar lo interpelé con una pregunta concreta, mientras fijaba mis ojos en los suyos esperando captar cualquier mueca de tensión o incomodidad.

– Se está controlando el ingreso al país de personas con antecedentes penales o de narcotráfico?

Sin el menor gesto, como si le hubiera preguntado la hora me dijo:

– No, no hay ninguna directiva. Si se presenta algún caso que me llame la atención llamo al supervisor y él se encargará

Dicho de otra forma, Argentina sigue recibiendo con los brazos abiertos a narcotraficante y delincuentes de toda calaña lo que incrementa en nuestro país los niveles delictuales y de inseguridad, yendo a contrapelo de la tarea que está desarrollando el Ministerio de Seguridad de la Nación.

Sugerimos además, desde la Asociación Antidrogas de la República Argentina, análisis mensuales de orina en busca de sustancias psicoactivas a todo el personal que desarrolla actividades dentro de Migraciones, no sea cosa que quienes deben cuidarnos sean parte del problema.

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