Por José M. García Rozado.-
Juan Gabriel Tokatlian, Director del departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales (UTDT), lleva adelante un debate en “Clarín” que, además de pecar de “¿ingenuo?” -por no decir “interesado y parcial”-, niega con argumentaciones propias de las pseudo organizaciones de DDHH la “posibilidad concreta” de recurrir a las FFAA en la lucha antidrogas. En el IP, Carlos Pissolito propone, por el contrario, aquella “posibilidad” en su artículo “Seguridad: ¿Militarizar o no militarizar?”. Este debate da para mucho pero lo único seguro es que “lo que hoy es ilegal por las leyes de Defensa y de Seguridad mañana puede dejar de serlo”.
Vaya uno a saber por qué motivos políticos o ¿de qué índole? Tokatlian avanza en una aseveración tan dura respecto de la militarización de la lucha contra la droga o el narcotráfico, pues aseverar como hace él que “las experiencias de militarización de la “guerra contra las drogas” es ilegal… En la contienda electoral, bajo la noción de “seguridad ampliada” y con el fin de “declararle la guerra al narcotráfico”, Sergio Massa -el único candidato presidencial que no se quedó en simples denuncias sino que propuso alguna medida- propuso involucrar a las FF AA en labores antidrogas. La idea no es original -por lo menos reconoce-, lo novedoso es que ahora el Frente Renovador anuncia un plan en la materia”. ¡Increíble! y más proviniendo de quien dice ser un “especialista en Estudios Internacionales”, pues además de ser falaces la mayoría de sus afirmaciones son también temerarias y falsean la realidad al achacárseles a los militares los desaguisados de los políticos que los involucraron en aquellas actividades de “guerra”, en algún caso de “ocupación territorial” por parte del Imperialismo estadounidense o en otro en la lucha constitucional del mantenimiento de la integridad territorial atacado por la narcoguerrilla.
Desconociendo, u ocultando -vaya uno a saber por qué intereses sociopolíticos- la realidad internacional y de cada uno de los países elegidos para poder respaldar una postura anacrónica e ahistórica, Tokatlian llega al paroxismo de la barbaridad de aseverar muy suelto de cuerpo: “La propuesta es “temeraria” y equívoca y parece ser producto de la impaciencia y la ignorancia…”, dándose el lugar del poseedor de la “verdad revelada” sobre el tema grave y candente de la invasión absoluta del narcotráfico y la producción de drogas duras en el país, producto de la absoluta inacción del Estado, tanto nacional como provincial y de la llegada de diversos “carteles” bolivianos, peruanos, paraguayos, colombianos y mejicanos que activan a plena luz del día en casi todas las provincias argentinas, pero se destacan por su importancia delictual y de víctimas las provincias de Santa Fe -Rosario a la cabeza-, Buenos Aires con el conurbano bonaerense permeado e infiltrado casi totalmente, la Ciudad Autónoma donde estos carteles se han adueñado de la totalidad de las “villas de emergencia o barrios carenciados” -para no ser considerado un discriminador-, Córdoba y su área del gran Córdoba, así como otras localidades importantes como Mar del Plata, La Plata, Santa Fe capital, Salta, Jujuy, Resistencia, Catamarca, Formosa, Tucumán Mendoza, La Rioja, San Juan y la casi totalidad de las ciudades importantes de la Patagonia argentina, sin olvidar a Misiones y la Triple Frontera, donde el narco se halla nexado con los grupos fundamentalistas musulmanes.
Ante tamaña “politización” de un tema de seguridad grave y delicado, que debiera ser abordado con un intercambio de opiniones, y no con aseveraciones omnipotentes, inexplicables en un Director de un departamento universitario nacional, Carlos Pissolito explica, no sin razón: “Desde hace un tiempo a esta parte se consolida la tendencia de la militarización de la seguridad en varios países, tanto del mundo, pero especialmente los de nuestra región. Ello se verifica por dos caminos convergentes. Por un lado, el que consiste en la progresiva militarización de las fuerzas policiales, aspecto que se evidencia en su adiestramiento y equipamiento, el que es cada vez más parecido al de los militares. Y por el otro, con el empleo de fuerzas militares, ya sea en trabajos de apoyo a las fuerzas policiales o en la realización de tareas propiamente policiales”. Aquí además de mi propia opinión, se encuentra la de otro colega que también es un estudioso de la problemática de la “guerra contra la narcocriminalidad”; y ante la verdadera estupidez de que “esta iniciativa viola la legislación existente que separa nítidamente las cuestiones de defensa externa, que corresponden a las fuerzas armadas, de las de seguridad interna que corresponden a la policía y otros cuerpos de seguridad”, lo que menos podemos explicarle a este seudo académico, es que a una Ley de la Nación se la deroga con otra Ley de la misma nación y parlamento.
Lo que Tokatlian ignora y parece conocer Pissolito, es que por un lado la Ley de Defensa fue votada por el parlamento nacional en 1998, en medio de una situación totalmente diferente y distinta de la actual; y dónde la narcocriminalidad no era un problema grave y de “gravedad institucional” como lo es ahora, porque Argentina aún se encontraba entre las naciones donde el tráfico de estupefacientes era eso: “un tránsito entre los productores -Bolivia, Colombia, Perú y en menor medida Paraguay- y los consumidores internacionales -Europa y los EEUU-“. Hoy por el contrario Argentina pasó a ser un país productor y de cocina de los estupefacientes que ingresan por fronteras totalmente permeables desde Bolivia y Paraguay, además de Brasil, se consume la resaca de la producción de drogas duras -“paco” principalmente- y el resto se exporta hacia los destinos ya enumerados, pero ahora “¡somos consumidores!” y nuestra juventud ha caído, como bien lo realza el Papa Francisco quien cuando era el cardenal Bergoglio ya anticipaba esta infiltración a través de los curas villeros, en manos de la narcocriminalidad aumentando sustancialmente el delito y la “violencia inusitada” dentro del delito propiamente dicho. Es inconcebible que Tokatlian desconozca semejante realidad argentina, como para llegar a expresar muy suelto de cuerpo: “Por el otro, desconoce -Massa y Pissolito, Francisco, el padre Pepe y tantos otros- los resultados de cuantiosos casos de militarización de la “guerra contra las drogas”, opina y realiza un sobrevuelo muy tendencioso y sesgado de intervenciones militares “no contra las drogas y sus mafiosos” en Afganistán, mezclando informes de ONU y OTAN con ejemplos de Méjico y Colombia.
Colectivero amputado en mano en la tarde del viernes 4 de septiembre de 2015 en Gonzáles Catán y colectivero de Córdoba atacado en Barrio Las Flores. Violencia demencial del narcoconsumo juvenil.
Pissolito, mientras tanto, aclara: “Los justificativos para estas tendencias -de militarización- son varios. Empezando por una creciente virulencia del crimen organizado, especialmente el narcotráfico, que viene exigiendo -a partir de sus propias capacidades- una mayor capacidad operativa a las fuerzas que lo enfrentan. Por otro lado, tampoco pueden negarse las objeciones a la materialización de esta tendencia. Mayormente provenientes de sectores motivados ideológicamente en teorías progresistas, abolicionistas o garantistas extremas, que sostienen la doctrina de una “división tajante” entre la Defensa (enemigo externo) y la Seguridad (enemigo interno). Aunque, no en pocas ocasiones, es la misma conducción de esas fuerzas militares la que se muestra reacia a ese empleo, en función del denominado paradigma clausewitziano. Como vemos nos encontramos ante un tema complejo y que merece y debe ser analizado” concluye con sabiduría. “Es indudable que el “problema” de las drogas en la Argentina creció. Es evidente que la opinión pública -esa que los intelectuales (intelectualoides) desprecian en su propia soberbia- identifica al narcotráfico como una “fuente de inseguridad”. Es usual que en época de campaña algunos candidatos recurran a la promesa de “mano dura” para lograr adhesiones que de otro modo no obtendrían” teoriza sesgada y falazmente Tokatlian.
Tokatlian debería enfrentarse a los familiares -miles y miles- de las víctimas del horror de la violencia de “consumidores o soldados” del narcotráfico y de las mafias narco instaladas abiertamente en el país, bajo la mirada complaciente -como mínimo- de las autoridades judiciales, policiales y de los poderes ejecutivos y legislativos nacionales y provinciales. Es indignante que para denostar un candidato (que obviamente no es el suyo) recurra a la bajeza de atacar infundadamente un “tema complejo y que merece ser abordado y analizado con profesionalidad” llegando al absurdo de escribir: “Sin embarfgo, es irresponsable que un líder político proponga una serie de políticas públicas que han sido -según su muy particular visión, como la de Hebe y la de Zaffaroni-, en la región y más allá de Latinoamérica, improductivas en sus objetivos y desastrosas por sus consecuencias” y da rienda suelta a una serie de datos y cifras parcializados y descontextualizados para poder asentar su hipócrita opinión sesgada y personalista. Una opinión que de provenir de organismos seudo progres, sería hasta atendible, pero que llevadas adelante por un “académico”pueden inducir a errores garrafales respecto de una discusión seria y sensata sobre un tema de muy grave actualidad.
E insiste en su ataque personalizado, agregando: “Hay datos al respecto que un aspirante a la presidencia no puede omitir -y mucho menos quien dirige el departamento de Ciencias Políticas y Estudios Internacionales de la UTDT-…“ recurriendo como ya expliqué a datos fuera de contexto y sin relación alguna con el narcotráfico y la narcoguerrilla (que no sólo azota a Colombia, Méjico, Brasil) sino también ya se despliega con una fuerza inusitada en nuestra Patria, mal que le pese al académico Tokatlian. Pissolito, en comunión de ideas co quien esto escribe y lo ha expresado públicamente expresa: “Nuestra “propuesta” se orienta hacia lo siguiente: Misión: Asignarles a las FFAA la misión de colaborar y participar en operaciones de seguridad interior. Específicamente, en aquellas que por su complejidad escapan a las capacidades de las fuerzas policiales y de seguridad. Tales como el control de los espacios aéreos, marítimos y terrestres sensibles para la seguridad nacional, entre otras. Además, darle el comando y el control de las tareas de mitigación en casos de desastres naturales y emergencias y servir de núcleo de elementos interdisciplinarios que tengan por finalidad realizar acciones que reafirmen la presencia del Estado nacional en aquellos lugares que sea necesario y participar en la construcción de obras de infraestructura en lugares de difícil acceso. Cabe señalar que esta misión no será única y será paralela con el mantenimiento de una adecuada capacidad de disuasión contra potenciales enemigos convencionales” termina explicando.
Tokatlian en su artículo del diario “Clarín” termina expresando, como si fuera la Biblia, aspectos negativos (o positivos según Carl von Clausewitz quien dijera: “El mayor reto intelectual que un estadista y un comandante tienen que hacer es establecer la clase de conflicto en el cual se está embarcado; sin confundirse, ni tratar de convertirla en algo contrario a su naturaleza”) supuestos por él de la militarización de la “guerra contra el narcotráfico” llegando al absurdo de negar toda propuesta que se oponga a su sentir y real saber, como hace Cristina Fernández que admoniza y demoniza a todo aquel que la contradiga. “En breve, -apotegma Tokatlian-, la propuesta de Massa es ilegal, inadecuada, inútil e inquietante”, ¿para quién? ¿Para las víctimas de la drogadependencia y la violencia inusitadas? ¿Para el progresismo infantil y abstencionista? Su postura es impropia de un catedrático de una universidad de prestigio, porque termina politizando un tema social y de salud pública inapropiadamente.
11/09/2015 a las 9:28 AM
Estimado José,
Lo felicito por la claridad y valentía de su artículo y por sus comentarios sobre el mío.
Comparto con usted que la ideología -cualquiera sea esta- es muy mala consejera para resolver un tema tan complejo como este.
Estoy convencido que nos debemos un debate en serio sobre el mismo. Ya que, como usted intuyo que pronto el narcotráfico nos presentará un desafío que no podremos eludir.
Un saludo cordial,
12/09/2015 a las 12:38 PM
Agradezco al autor del artículo Sr. García Rozado y al Sr. Carlos Pissolito por plantear y enseñarnos aspectos que desconocemos sobre un tema que creo, en mi modesta opinión, es URGENTE: implementar: la participación de las FF.AA. en esta nuevo terrorismo cuya única ideología es el LUCRO y el PODER a través de la MUERTE en un macabro círculo vicioso.
El único interrogante que me atrevo a plantearle a ambos (y en realidad a toda la sociedad) es que mientras nosotros DEBATIMOS el narcotráfico AVANZA…
Un saludo cordial.-
11/09/2015 a las 9:41 AM
Sr Garcia Rozado con todo respeto deseo hacerle saber que he tratado seguir su razonamiento, visto la importancia del tem y le aseguro que me fue muy dificil seguir sus explicaciones. Estas solo hacen incampie en errores, eventuales MALA FE Y OTRAS CONNOTACIONES, PERO DE SU PARTE NO ENCONTRE UNA SOLA PROPUESTA CONCRETA PARA RESOLVER O CANALIZAR LA PROBLEMATICA. Me intersa de sobre manera poder recuperar el pais de todas estas mafias y realmente, no veo como se puede lograr un programa si no se hacen propuestas y no se confrontan y se concuerdan. Evidentemente Ud tambien tiene la mi sma preocupacion e interes, por ello es de suma importancia conocer su propuesta. Imagino que tendra la humildad de espiritu de aceptar de ser confrontada y eventualmente consensuada y no impuesta como actualmente hace la presidente saliente.
11/09/2015 a las 10:12 AM
A mi tampoco me gusta la linea intelectual de Tokatlian en general; mas que nada, me parece que se mete en donde no deberia, porque no sabe. Y en este caso, tanto mas, ya que el tema narcotrafico es fundamentalmente de inteligencia estrategica: requiere un enfoque sistemico. Los que lo bancan, tampoco saben, por eso el tipo tiene pista donde correr.
Ahora bien hay algo cierto, y es que con el actual sistema legal las FFAA no pueden intervenir. Quieren cambiar la normativa? pues tendran que tener apoyo parlamentario suficiente. Hasta aca todo es claro. Pero …
Como se sabe, las FFAA intervienen con “logistica” (un eufemismo), y ahora una corriente quiere que intervengan abiertamente y en contacto directo. Esto es desaconsejable, no por cuestiones ideologicas sino practicas, en poco tiempo las FFAA estarian tan corrompidas como las FFSS si tuvieran contacto directo en el terreno.
Distinto es caso de la ley de derribo. Esto es indispensable y deberia ser tratada en marzo 2016 a mas tardar, con gobierno nuevo y vigoroso; y en este caso, el contacto, si bien directo, no entraña riesgo de corrupcion en lo inmediato, debido a la asimetria de fuerzas y el tipo de contacto. Habria que tener la opoertividad con aviones que vuelen y despliegue y normas de empeñamiento adecuadas, etc, lo cual no es por supuesto un detalle. Y obviamente con la cobertura radar necesaria: este ultino punto se viene demorando por falta de decision politica desde, por lo menos, principios de los 90, estando incluso todos los planes hechos y chequeados.
Entonces, si hace 25 años que se viene dando vueltas a este tema, de que estamos hablando? de complicidad politica al mas alto nivel, con todos los gobiernos. El problema es que ahora la cosa no da para mas, ya que la insercion del narcotrafico es demasiado profunda.
Que hacer? Una agencia independiente, que responda al poder ejecutivo en lo formal, conformada por agentes NO pertenecientes a las FFSS, al reves de lo que esta circulando por ahi. Una DEA, en una palabra. Rapidamente se ajustaran mision y funciones asi como entrenamiento, logistica y todo lo demas, ya que el tema es conocido. Si aca no quieren colaborar, se pedira ayuda afuera.La misma DEA, cabe recordar, tiene, segun algunas fuentes, una comunicacion fluida aunque invisible con el ejercito de su pais.
Se podra decir que la DEA no ha cumplido su mision eficazmente, despues de cuarenta años, pero esto no es cierto, ya que la mision no es terminar definitivamente con la droga, sino regularla. Droga hubo y habra siempre, en nuestro pais por lo menos desde la epoca del tango, despues la entrada masiva a fines de los sesenta y despues el control militar durante el Proceso por parte de cierto general ya fallecido. No se trata de coartarle completamente a la gente que lo necesita el acceso, sino de mantenerlo en forma controlable, que no llegue a la epidemia, como estamos suftiendo ahora, con el correlato en la seguridad interior, y la destruccion del sistema politico y la gbernabilidad.
Es decir, de nuevo, el enfoque general. abarcativo y psicosocial es el mas adecuado para tratar este tema. Mandando militares a correr mulas en Misiones solamente no vamos a resolver nada, solo arruinaremos definitivamente a las FFAA, que bastante atribuladas estan, y desde hace mucho tiempo.
Pero esto ultimo, es tema para otro momento, demasiado complejo por cierto.
13/09/2015 a las 12:23 PM
Los políticos con su incapacidad, y en muchos casos con su complacencia, generan graves problemas como el que aquí se plantea, recordemos todos los casos en que se negaba que este flagelo se iba apoderando poco a poco de casi todos los estratos sociales, y fundamentalmente en la clase mas pobre. Al negar una enfermedad no se puede establecer un remedio para su cura.
Se montó un tremendo circo con el operativo “Escudo Norte” con base en Santiago del Estero. allí se instalo un radar, que de acuerdo a lo referido por los propios operadores, tenia un alcance de 300 Km, aun tomando por cierto dicho dato, ese alcance solo servía para cubrir el norte de dicha provincia, dejando libre toda la frontera norte por donde se sabe que ingresa la droga.
Las aeronaves que supuestamaente debían interceptar los aviones no identificados, no estaban armados, pero como tampoco había Ley de derribo, no había forma de cumplir con el objetivo de que el piloto de la nave intrusa obedeciera las indicaciones que le diera el piloto del avión interceptor.
Esta era la fantochada con la que se buscaba a hacer creer que se combatía el narcotráfico, mientras se miraba para otro lado. ¿Alguien sabe de la droga incautada por este fabuloso operativo? ¡ Ni un mísero porro! por que se hizo con esa finalidad.
Y con esto digo, no hay voluntad política para erradicar este mal, por que los políticos en muchos casos tienen que ver con la droga, y cuando las papas queman llaman a los militares para que les solucionen los problemas que ellos crearon.
Tal como sucedió en el 76 cuando tanto Balbín como otros líderes políticos expresaban que no tenían soluciones para el baño de sangre en que vivía el país, y llamaron a los militares para que apaguen el incendio que ellos habían provocado.
El premio que recibieron por ello fue muy amargo, la cárcel, Privados incluso de los derechos que tienen los más peligrosos asesinos.
Por último, si alguien quiere incorporar a los militares en la lucha contra la droga, los está sacando de la función para la cual fue creada, defender la integridad territorial de nuestra patria ante un ataque extranjero, además provocará la desprofesionalización fuerza para optimizar su entrenamiento de combate.
Si se necesita mayor cuidado de la frontera debe nombrarse más gendarme que ellos si tienen la función para combatir la droga.
Por lo menos así lo veo yo
Luis Razzolini
15/09/2015 a las 6:47 PM
Estimado Luis,
Muy clara y dramática su exposición. Es así. Todo lo que usted explica. Sin embargo y, estando en un casi total de acuerdo con usted, me pregunto: si algún poder del Estado -entre ellas las FFAA- podrán quedar al margen del desafío que nos plantea el narcotráfico.
Ya que el desafío que éste nos planta es integral. A nuestra soberanía política, al monopolio de la fuerza, al control de nuestros espacios y, muy especialmente, al uso de ejercicio de nuestras libertades y de las generaciones por venir.
Por lo tanto, su combate debe ser integral. Uno, en cual, las FFAA ni estarán solas ni serán el instrumento principal. Pero, si deberán participar. Especialmente, aportando capacidades que otras reparticiones del Estado carecen.
Por ejemplo, no sería lógico que la Gendarmería formara su propia aviación de combate para interceptar los vuelos narcos. Tampoco, que el Ejército patrulle, como ya lo hace hoy, nuestras fronteras sin reglas de empeñamiento adecuadas. O pretender que la Prefectura alcanza para controlar nuestras extensas hidrovías.
Obviamente, que al margen de lo operacional está lo legal y más allá lo moral.
Si algo debimos haber aprendido de la lucha contra el terrorismo de los años 70, es la estricta necesidad de operar en el marco de lo legal y de lo ético.
Los políticos y otros agentes sociales se tendrán que poner los pantalones largos y asumir las responsabilidades que les corresponden en esta emergencia. Colocar la voluntad política y crear el marco legal en el cual las FFAA tendrán que moverse. No solas, sino como el brazo armado de la Nación.
Un saludo cordial,
Carlos Pissolito.
16/09/2015 a las 9:12 AM
Estimado Carlos
Muy de acuerdo con Ud. que el combate contra la droga debe ser integral, debe darse primero en el ámbito de la casa, de la familia, luego en el de la escuela, también dentro de la sociedad que debe ser asistida por el Estado, municipal, provincial y nacional. Con charlas, videos y publicidad, mostrando los efectos que produce su consumo.
Hasta ahí todo bien, ahora, si necesito ejercer la función policíaca para reprimir el tráfico de la droga debo encargar esa tarea los cuerpos que tienen esa función y para lo cual han sido preparados. Policías, Gendarmería, Prefectura, no las FFAA que tienen un rol distinto.
No por amontonar gente se consigue mayor eficacia, y en el caso del narcotráfico los mayores cargamentos de estas sustancias se descubren gracias a las tareas de inteligencia, la cual es silenciosa y muchas veces solitaria, la llevan a cabo una o un par de personas, no muchas, por que sino se alborota el avispero
Agradezco su comentario y lo saludo cordialmente