Por Carlos E. Viana.-

“Quo vadis”

El escándalo de Costa Salguero ha enfilado hacia un debate sobre lo adyacente y no sobre los culpables directos, buena parte de los periodistas, los políticos y otros hombres públicos están divagando.

Escuchaba a un periodista experimentado como Nelson Castro que avanzaba agresivamente sobre Fernando Burlando, el abogado de Conci el empresario organizador de la fiesta en cuestión, que no se si estará vinculado a parte de la orga narcotraficante o no, pero que no es el responsable directo, es un empresario. También se responsabilizó al Gobierno de la CABA, cuando no es su jurisdicción primaria controlar el narcotráfico y por último sobre si la prefectura dio cuenta enseguida o no de haberse encontrado droga, como si un alerta temprano hubiera impedido que siguieran distribuyendo. Por otro lado un gobierno nacional que si bien es responsable, se encuentra con una herencia de más de 35 años y todos sabemos cómo se dejó crecer sospechosamente al narcotráfico, especialmente de 12 años a esta parte.

Nadie puso énfasis en los dealers y sus patrones narcos, que son los verdaderos culpables. Pero como y desde cuando se desarrolló este aparato narco que ahora está azotando a la Argentina.

¿Fuera de la preocupación por separar a prefectos, empresarios y personal de seguridad, no se está investigando para identificar a quienes vendieron la droga y quienes se la habían dado a estos delincuentes? ¿Por qué el Juez Casanello que ha descubierto ahora que en Argentina se vende droga, no pone una recompensa para quien de información sobre los dealers y sus proveedores narcos?

Es decir que hipócritamente se pone atención en quienes si hubieran comenzado a detener dealers, los hubieran acusado de violar los derechos humanos. Deben investigarse por cierto sus responsabilidades, pero se ha olvidado a los criminales.

Llama además poderosamente la atención, que delincuentes experimentados en fabricar drogas peligrosas, se hayan descuidado justo ahora para equivocarse en las dosis y provocar algo que desatará su persecución. ¿Se ha querido tapar algo públicamente? Tengo mis sospechas aunque esto no justifica para nada lo ocurrido.

En 1983 se reinstauró el gobierno representativo por elecciones y no le llamo democracia porque respeto mucho a la misma, como para confundirlo con la falta de respeto a la Constitución, con la protección de delincuentes narcos y terroristas. No basta con comicios. “Elecciones libres sin prensa libre, no dice nada”, afirmo Giovanni Sartori y podríamos agregar, sin libre circulación y pensando que los delincuentes, narcotraficantes y terroristas tienen más derechos humanos que los ciudadanos honestos tampoco. Hace poco que la reacción de la opinión pública impidió que el Congreso y Cristina Kirchner, rebajaran las penas en base a la filosofía de Zaffaroni, apoyado este por Gil Lavedra.

Desde 1983, ha habido más de 35.000 asesinatos. Muchos de estos crímenes se han cometido bajo el impulso de la droga, que ha cambiado hasta la naturaleza de los delincuentes y que ha sido tolerada e impulsada por gobiernos representativos pero corruptos, que contaminaron a las fuerzas de seguridad.

La sombra de los mitos políticos

Debemos romper con algunos mitos para evolucionar hacia una democracia donde impere la Constitución, no el piquete, la huelga salvaje, el negociado y como una expresión más de la inmoralidad el narcotráfico.

¿Cuándo comenzó a avanzar aceleradamente el narcotráfico en Argentina?

En 1984 se dejó de controlar bien las fronteras, especialmente la del noroeste. Cuando hubo voces que denunciaron esto, el Ministro del Interior Antonio Troccoli, acuso a sus denunciantes de desestabilizador de la democracia. El Presidente Alfonsín dejo que avanzara el contrabando de drogas. Empresas de correo privadas crecieron enormemente, incluyendo su correo internacional. No olvidemos que la correspondencia es inviolable.

En Santa Fe, bajo la gobernación de Vernet y su Ministro de Gobierno Cevallo, fue alarmante el aumento del consumo de drogas. Yo lo denuncié he hice una campaña periodística en contra. Cevallo dijo que él no tenía la culpa que Troccoli hubiera abierto la frontera noroeste, pero se le olvidaba que su policía no hacía nada para evitar que operara el cartel de Medellín y que entrara la droga por el litoral fluvial proveniente de Paraguay, además que operaban varios campos de aterrizaje clandestinos.

La rebaja de penas de Alfonsín del dos por uno para delincuentes y de tres por uno para terroristas, aumento sensiblemente la inseguridad.

Asumió Menem y debo reconocer que me dio una gran libertad de prensa, aunque acuse a su gobierno de haber dejado que los narcos aumentaran. Prefectos relevados por encontrar narcos, policías amenazados por haberlos perseguido. La guerra entre empresas de correo privadas estaba mezclada con la de Menem v. Duhalde y costo vidas. El crimen de Cabezas y el suicidio de Yabrán. Duhalde continuó con esta política.

Southern Winds, Kirchner y Jaime

El salvataje público y los subsidios de Kirchner a la empresa aérea Southern Winds fue proverbial. Su Secretario de Transporte Jaime, le autorizo una línea entre Tacna, capital de los narcos peruanos y Córdoba. La ruta Tacna-Córdoba-Buenos Aires- Madrid fue cubierta por esa compañía, hasta que estalló el escándalos de una valija con 100 kilos de cocaína pura, destinada a la Embajada Argentina y transportada por la línea aérea, que queso abandonada en la banda de retiros de equipajes del aeropuerto de Madrid.

El 2 de enero de 2011, en un aeropuerto de Barcelona, la policía española descubrió 945 kilos de cocaína en un avión piloteado por los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, quienes habían partido del aeropuerto de Morón y que ya había efectuado dos vuelos anteriores a España. Ambos fueron pilotos de Néstor y Cristina Kirchner durante la campaña presidencial de 2003.

Un año antes en abril de 2010, la Policía española había descubierto otro cargamento de 1000 kilos de cocaína, proveniente de Argentina.

Todos sabemos que a pesar que Aníbal Fernández prometió construir diez estaciones de radar en el norte, para detectar vuelos de narcos, no se hizo ninguno, a pesar que la plata de la soja sobraba. Las fronteras se volvieron permeables y muertes por exceso de consumo de drogas como el actual, se multiplicaron.

La Argentina estuvo hasta fines de 2015, liberada para los narcotraficantes y se convirtió de un país de paso en uno productor de drogas ilegales.

Agustín Rossi, Ministro de Cristina Kirchner se opuso recientemente a la ley de derribo, que limitaría los vuelos de narcos.

Argentinos a las cosas

Como dijo en la década del 20, Ortega y Gasset, argentinos a las cosas. Pongamos atención en los narcos que proveyeron las pastillas, sospechosamente muy cargadas, y solo en segundo lugar la probable negligencia de fuerzas de seguridad, que seguramente deben ser purificadas, pero comencemos por perseguir a los narcos y sus padrinos políticos.

La guerra contra el narcotráfico es de todos

El problema del narcotráfico, se basa más en el mercado consumidor que en el fomento que estos delincuentes hacen de la droga.

El mercado de drogadictos no se debe a la sociedad de consumo, sino a una cultura sobreacelerada, que crea ansiedad y angustia, en una sociedad donde hay cada vez más hogares irregulares que no proveen afectos a sus hijos, en un debilitamiento de la educación, la moral y la religiosidad.

La educación es una solución fundamental. Habría que crear una materia de estudio que muestre los efectos de la droga, desde el preescolar, pasando por la escuela primaria y secundaria y hasta la universidad. En la misma deben mostrarse los efectos de la droga y sus derivaciones sociales semanalmente, en una educación constante. También deben efectuarse reuniones de padres, fomentar los deportes campañas por los medios de comunicación pública y redes sociales, demostrando que los drogadictos no son vivos, sino víctimas miserables de su debilidad emotiva. Los héroes son quienes combaten el narcotráfico y la drogadicción. Con esto se disminuye el mercado.

La Iglesia bajo el impulso de Francisco se está esmerando en enfrentar al narcotráfico. Debe coordinarse una política con ella y con otras religiones.

Para dealers y narcos debe reformarse el código penal aumentando las penas y haciéndolas efectivas. La justicia federal debe ser drástica, cosa que actualmente no lo es, como observo en diversos casos, como el de Rosario y algunos fiscales de Santa Fe.

No puede ser que las fiestas duren hasta las diez de la mañana, nadie aguanta sin estimularse artificialmente y se aumenta el mercado. En naciones serias y muy democráticas esto no está permitido.

Que se deban distraer 1.000 policías para que en un partido de fútbol no se maten entre sí, las bandas narcos de las barras bravas, es un derroche de seguridad que podría evitarse si estos violentos fueran penados duramente, como se hizo con éxito en Gran Bretaña. Esos policías deberían destinarse a la seguridad de la calle.

No obstante lo expuesto, estamos en una guerra contra los narcos y el gobierno y la oposición deben encarar una estrategia integral, que cubra lo expuesto y mucho más, que se transforme en un gran objetivo de la Nación, este es un deber moral que tenemos los argentinos. Uno de los dilemas es “narcos o democracia”. Recordemos a Ortega: “argentinos, a las cosas”.

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