Por Juan Manuel Otero.-

Finalmente fue sancionada, decreto mediante, la ley de derribo. Éramos junto a Paraguay las únicas naciones de Sudamérica que no contaban con dicha norma. Hemos detallado en este mismo blog, en la nota “Sobre la ley de derribo”, que, en 2011, un proyecto conjunto de Pro y Peronismo Federal incluía seis momentos en la interceptación, antes de permitirse la destrucción de la aeronave infractora:

  • Reconocimiento visual de la aeronave irregular.
  • Verificación de datos en el centro de control de vuelos.
  • Determinada la irregularidad del vuelo, se intentará tomar contacto radial mediante la frecuencia internacional de emergencia.
  • En caso de no responder a los avisos radiales, se considerará el vuelo sospechoso y se ordenará su aterrizaje mediante señales visuales.
  • Si se mantiene la desobediencia, se habilitará al piloto interceptor a disparar munición trazadora (que es visible en su trayectoria) a modo de advertencia.
  • De persistir la situación, el vuelo será declarado hostil y se permitirá su derribo.

Es decir que no existe posibilidad de error, si una aeronave con ingreso no reconocido ni autorizado cumple con las instrucciones que se le imparten, debe aterrizar y todo sigue su curso normal.

A tal proyecto se opuso, como no podía ser de otra manera, el entonces Senador por el Frente para la Victoria Aníbal Fernández: “De aprobarse esta iniciativa se estaría permitiendo “la pena de muerte sin el derecho a la defensa en juicio” … “Es la mayor brutalidad que oí en mi vida”.

¿Habrá pensado así cuando los tres asesinatos de General Rodríguez? No lo recuerdo.

Y ahora, ante la sanción de la norma, otro heraldo K saltó con los tapones de punta: “es una pena de muerte sin juicio previo».

Resulta lamentable que quien así se exprese haya sido temporariamente nuestro… MINISTRO DE DEFENSA DE LA NACIÓN!!!

Se trata del Sr. Agustín Rossi, quien evidentemente está muy preocupado por la continuidad laboral de los pilotos narcos que entraron durante la década pasada toneladas de veneno a nuestra Patria con la complacencia de autoridades nacionales y caciques provinciales que gustosamente cedían pistas clandestinas.

No supe que el Sr. Rossi haya tenido tanta piedad cuando también sufrió “una pena de muerte sin juicio previo” el Sr. Fiscal Alberto Nisman, menos aún escuché alguna solidaridad con las familias de los niños y jóvenes que terminan esclavos de los traficantes o mueren enfermos por la droga que, violando el espacio aéreo, ingresa a nuestro país. Y si de sentimientos de solidaridad se trata, es digna de recordar su cara de vinagre y silencio de radio cuando la tragedia de Once, o cuando las inundaciones, parece que aquellas inocentes víctimas no estaban dentro de su protocolo.

Este señor sólo vela por los narcotraficantes. Ellos parece que le sensibilizan sus más profundos sentimientos.

Son simples las conclusiones, no en vano -a excepción de Paraguay- en todos los países de la zona tiene vigencia la ley de derribo y tampoco en vano, desde 12 años a la fecha la Argentina, sin radares, sin gendarmería ni prefectura cumpliendo sus funciones naturales, con el cielo abierto se ha multiplicado trágicamente el tráfico, producción, consumo…

Sólo faltan pasacalles en las zonas de frontera: “Bienvenidos Narcos”.

Señor Rossi, hágase por una vez en la vida un favor: CÁLLESE LA BOCA, los negros tiempos ya han pasado.

La República Argentina está intentando salir de la postración en que ustedes la dejaron.

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