Por Guillermo Cherashny.-

Carlos Tomeo, el empresario con varias casas lujosas en el country Abril, que Elisa Carrió y su grupo de investigadores vinculó a la política esencialmente al kirchner-cristinismo estuvo afectado en una causa sobre la detención de Ignacio Álvarez Meyendorf, el jefe del cartel del norte del valle de Colombia junto a su hermano Juan Fernando, a quienes les incautaron cerca de 700 millones de dólares en bienes en ese país, y que llegó a la Argentina en 2005, fue detenido en 2011 y extraditado a los Estados Unidos en el 2013. A los dos hermanos se los consideraba los herederos de Pablo Escobar de Medellín y a los hermanos Rodríguez Orejuela, capos del cartel de Cali, que junto con los paramilitares liquidaron al cartel de Medellín. Pero en 2004, el presidente Álvaro Uribe terminó con el cartel de los Rodríguez Orejuela, probablemente con la delación de los hermanos Álvarez Meyendorf, que se convirtieron en «sapos», es decir, en buchones -como se los conoce acá- y se vinieron a vivir a nuestro país comprando campos y propiedades en countries en el Gran Buenos Aires, como Abril, ubicado en Hudson, en la localidad de Florencio Varela.

Varios juzgados de la zona sur investigaron a Carlos Tomeo, que fue allanado en su empresa de cigarrillos y en su casa de Abril -y la de su suegro-, encontrándose 7 millones y 4 millones de pesos y 400.000 de dólares respectivamente.

Lo real es que Tomeo fue desvinculado, quizás porque Álvarez Meyendorf, cuando fue a Estados Unidos, se convirtió en arrepentido para la DEA y lo dejaron que mantuviera 100 millones de su fortuna en Colombia y la Argentina a cambio de información, quedando detenido supuestamente en Estados Unidos a cambio de información.

El abogado fue el conocido Dr. Broitman, pero otro abogado que googleándolo decía que también lo había defendido, fue ultimado por sicarios en la puerta de su casa en el barrio de Liniers. Tomeo aportó 95.000 pesos cash a la campaña de Cambiemos, cuyos recaudadores obviamente sólo sabían que tenia una fábrica de cigarrillos berretas. Pero Elisa Carrió lo vinculó al cristinismo y, al correr de los días, su equipo de investigadores se silenció. Y ayer, Carrió acusó a Antonio Bonfatti de complicidad con los narcos de Rosario, cambiando de tema. Una nota de color sobre Juan Ignacio Álvarez Meyendorf: en el módulo 1 de Ezeiza cocinaba muy bien y uno de los comensales que disfrutaban su comida gourmet fue el sindicalista José Pedraza, detenido en esa penal y otros famosos.

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