Por María Delicia Rearte de Giachino.-

Al Sr. Presidente de la Nación

Sr. Ing. D. Mauricio Macri

Sr. Presidente:

Me tomo la libertad de volver a escribirle, pero esta vez, lamentablemente, llena de dolor, indignación, vergüenza y «bronca»… Creo que con motivos más que justificados al considerar las últimas pruebas de su desamor o indiferencia o desconocimiento o repulsa de la gran Causa de los argentinos, de su generación, de la mía, y de las que vendrán «LA CAUSA MALVINAS».

La reciente resolución pergeñada en la reunión mantenida entre su canciller, la Sra. Malcorra, y el vicecanciller inglés, Alan Duncan, es cuanto menos irreverente hacia la gran cantidad de compatriotas que hemos vivido Malvinas por dentro…

Livianamente y con poca difusión mediática sobre un tema de semejante importancia, se ha negociado no solo la explotación de hidrocarburos, la pesca, el turismo, sino la sangre de nuestros hijos, la profanación de sus tumbas. Lo más lamentable es que semejante tesoro se cambalachea «por un plato de lentejas»… ¿La ONU? ¿Las utópicas inversiones? ¿El 2019?

Con displicente gesto volvemos a 1989 con el nefasto Tratado de Madrid y así vemos languidecer bajo ese negro paraguas nuestra innegable y reconocida SOBERANÍA, por la cual 649 argentinos ofrendaron sus preciosas vidas, pero que seguramente cuando la Primera Ministra Británica Theresa May, le conceda el honor de besar su mano, sólo saldrán de su boca, por cierto en perfecto inglés (el «argentino» es cursi), palabras de agradecimiento por tan «distinguida distinción…» olvidando que viene de un país que puso en usted su esperanza, su confianza y su destino junto con su Historia, su Tradición, su PATRIA que habían sido arrasados por 12 años de latrocinio y 34 de inoperancia, de desprecio, de mentiras en la Cuestión Malvinas con cancillerías vergonzantes y presidentes distraídos…

Desgraciadamente «ES LA ECONOMIA, ESTÚPIDO» rige el mundo actual y en la mentalidad cuadriculada de sus seguidores se levanta el feroz monumento al oro que con su brillo opaca la Libertad, la Justicia, el Honor, la Verdad y a sus pies rinden culto los soberbios y los extraviados…

Malvinas no se compra, Sr. Presidente, y anda «en patas», no porque tiene «loza radiante» en su dolor, sino porque la enriquece la Gloria de sus muertos, los recuerdos imborrables de sus VGM, el orgullo doliente de miles de mujeres y el respeto de generaciones de compatriotas que enarbolan en sus corazones la bandera que un día y para siempre flameara en aquellas tierras irredentas un 2 de abril para orgullo de sus hijos y despecho del enemigo…

Sr. Presidente, creo no faltar a su INVESTIDURA, pero para respetarla debe salir de adentro para afuera. No es un bastón y una banda, guardados en un armario, es el calor que brota de las profundidades del que manda y se trasmite a los mandados en bocanadas de afecto y comprensión, no sólo de sus necesidades económicas sino de su ser interior que no puede ser menoscabado por resoluciones infamantes como las acordadas por su canciller para bochorno de un país que quiere adentrarse en un mundo donde al par que se rinde culto al oro, se observan los gestos pusilánimes de sus dirigentes y en un cambalache siniestro, se logran objetivos de penetración y vasallaje imposibles de revertir.

Si se profanan las tumbas de Darwin, si vuelve a regir la «tarjeta blanca» para el usurpador y el pasaporte para los dueños, si se perforan las entrañas de su suelo, si se depredan los mares, si se olvida el rugir de los aviones, si no se escuchan más los cantos marineros saliendo del mar, si no se llora ante el «pozo» donde valientes soldados rezaban el rosario, si a la Stma. Virgen de Luján le arrancan sus hijos, la Patria deambulará, sometida, por los estamentos de la vergüenza y la indignidad…

Sr. Presidente, están en sus manos no sólo este bello país, esta Nación, este Estado, esta República, sino esta PATRIA que desde hace 200 años espera su GLORIOSA RESURRECCIÓN…

Rogando al SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS ilumine su destino.

Mendoza, 16 de septiembre de 2016

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