Por Silvio Pedro Pizarro.-

El 10 del corriente, este medio publicó el artículo “Experiencias sobre varias notas acerca de Aerolíneas Argentinas”, firmado por Luis Alejandro Rizzi. Un alto funcionario de esta empresa aérea, Silvio Pizarro, nos solicitó derecho a réplica y la siguiente es su contestación a la nota:

Hay una confusión muy grande cuando se habla de las causas del desastre económico y operativo de Aerolíneas Argentinas He escuchado explicaciones acerca de la sobreventa de asientos, sobre la deficiente programación de los vuelos por el sector de operaciones, frecuencias, destinos y horarios, polémica de “cielos abiertos», regulación o desregulación, escalas turísticas, escalas deficitarias.

Sin ánimo de entrar en controversias o polémicas desgastantes yo me pregunto ¿Cuántas críticas y opiniones se han vertido en estos últimos años por la deficiente operación de esta empresa, con un record mundial de quebranto de dos millones de dólares diarios, alegremente alimentado por el Gobierno? En cualquier empresa donde se pierden dos millones de dólares diarios, los accionistas no demorarían ni un segundo en echar a los responsables, pero la empresa estatal es inmune a este procedimiento oligárquico

Con todo respeto declaro hasta ahora no haber leído o escuchado del periodismo una justa y lógica condena.

Estos días una avalancha de noticias, informaciones, editoriales y entrevistas han inundado todos los diarios del país y los espacios de la televisión porque la empresa ha perjudicado a miles de pasajeros por la infortunada programación de vuelos y sobreventas del más del 20% de los mismos en época de temporada, provocando otro record jamás visto de cancelaciones (más de 200) y la paralización por diez días de venta de asientos. Un desastre verdaderamente descomunal. Adhiero firmemente a estas críticas y a la innumerable cantidad de quejas airadas de las víctimas, los pasajeros defraudados. Confieso que no es común la intervención masiva de todo el periodismo, sin excepción, pero cebo señalar que muchos comentarios vertidos con el propósito de investigar las causas dela tragedia y sugerir soluciones, se les fue de madre, pues para opinar correctamente hay que tener un absoluto conocimiento del tema. Un solo ejemplo que doy es la declaración de un economista especialista en

servicios públicos que con respecto al déficit de la compañía manifestó, entre otros desaciertos, «Lo que es una locura es mantener rutas internacionales para que viajen los ricos».

Es conocida la versión de que un empresario o comerciante, acepta y a veces apoya una errada política económica, mientras no le toquen el bolsillo. Y en este caso apreciamos que a nadie le preocupó una pérdida millonaria diaria de la empresa, durante años, hasta que a algunos de ellos «les tocó». En buena hora que esta desgraciada circunstancia pueda servir como un toque de atención que nos haga ver la realidad. Que no es posible continuar con la dirección y manejo de una empresa de importancia internacional, como Aerolíneas Argentinas, en manos de personal incapaz.

Los que dirigen la empresa, los muchos que actúan en todos los sectores de la misma, digamos la gran mayoría, no son idóneos. La cabeza de la empresa debe tener un completo y exhaustivo conocimiento del complejo manejo de una compañía aerocomercial. El gerente comercial debe ser experimentado en este distinto tipo de mercado y en las reglas internacionales que rigen estas actividades. El gerente de operaciones debe tener la suficiente experiencia en el sector más delicado de la empresa. El gerente de mantenimiento debe ser un técnico aeronáutico, profesional en la materia y con especialización en las fábricas de aviones. El gerente administrativo debe ser un contador público de probados antecedentes, amplios conocimientos bancarios y una reputada honestidad. El asesor legal debe ser un abogado especializado en derecho aeronáutico y derecho internacional. El gerente de personal, quizá el más burocrático de todos, debe ser titular de una carrera universitaria que lo acredite para el cargo. Todos deben hablar el idioma inglés, condición sine qua non, dado el carácter de empresa internacional.

Ésta es la verdadera causa del desastroso manejo de nuestra compañía de bandera y su cuantioso déficit.

Mi memoria no es episódica, semántica, procedural o perceptual. es simplemente memoria acompañada por la experiencia de cuarenta años que me permite exponer este brevísimo historial

La empresa estatal Aerolíneas Argentinas se fundó el 7 de diciembre de 1950, mediante la fusión de 4 sociedades mixtas de aeronavegación: Aeroposta, Fama, Alfa y Zonda. La flota estaba constuida por Douglas DC-3, DC-4, DC-6, hidros Sandrigham y C-47, a los que se incorporan luego los Convair-240. En 1957 la empresa realiza 354 vuelos semanales a 50 ciudades argentinas y 17 países.

Con 72 oficinas en todo el mundo ocupaba 5.300 personas. Un año más tarde se incorpora el primer avión reactor comercial, el Comet-4, cuyo primer vuelo se realiza a Santiago de Chile. En 1959 se inauguran los jets a Europa y EE.UU. Fue la primera empresa en volar las rutas del Atlántico Sur en reactores. En 1962 llegan los Caravelle y los Avro-748.

En 1965 se incorporan los Boeing 707. En 1970 comienzan a operar los Boeing 737. En 1975 los F-28 y en 1976 se recibe la primera unidad del Boeing-747. En abril de 1973 nace la nueva escala Cape Town en Sudáfrica armada e inaugurada por el suscripto. En 1978 se agrega Montreal. En 1980 se inaugura el histórico vuelo transpolar a Auckland y Sydney.

Las sucursales de Aerolíneas Argentinas eran consideradas como la segunda embajada del país y se hallaban situadas en los centros comerciales más importantes de las ciudades que servían. Las revistas internacionales especializadas la calificaban entre las 6 mejores del mundo. El que subscribe esta nota fue un funcionario de la empresa. Ingresó el 7 de mayo de 1948 a Fama y se retiró en1989.

Con estas declaraciones espero haber despejado las críticas que me ha formulado el señor Luis Alejandro Rizzi en su artículo del 10 de agosto 2015.

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