Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 29 de noviembre, Página/12 publicó un artículo de Werner Pertot titulado “Un balazo por la espalda totalmente justificado”. Escribió el autor: “El gobierno nacional conjugó de todas las formas posibles el verbo “justificar”. Los funcionarios de Mauricio Macri salieron a defender el accionar de la Prefectura, que culminó con el asesinato por la espalda de Rafael Nahuel, a menos de tres meses de la muerte violenta de Santiago Maldonado en otro operativo de fuerzas federales. En una conferencia de prensa, que encabezaron la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el de Justicia, Germán Garavano, avalaron todo lo actuado por el Grupo Albatros, dijeron que no habrá diálogo con los mapuches y lanzaron advertencias para quienes “violen la ley”. La ministra dijo que los uniformados fueron atacados con armas de fuego y, cuando le preguntaron si tenía pruebas, respondió que no eran necesarias. “Nosotros no tenemos que probar lo que hacen las fuerzas de seguridad. Le damos a la versión que nos da la Prefectura carácter de verdad”, sentenció Bullrich. Antes de esa conferencia, la vicepresidenta Gabriela Michetti sentó una nueva doctrina: “Tenemos que decir que el beneficio de la duda siempre lo tienen que tener las fuerzas de seguridad” (…) “La funcionaria, bajo cuyo mando se encuentran las fuerzas de seguridad, no dio explicaciones sobre los niños que fueron esposados con precintos en la represión del jueves ni sobre el hecho de que Nahuel fue baleado por la espalda. En lugar de eso, se dedicó a agrandar la figura de “el grupo RAM”, al que consideró no una organización concreta, sino “un nombre genérico de grupos que actúan violentamente”. “Hubo más de 70 acciones violentas o atentados”, sostuvo Bullrich, en plan de construir esta amenaza armada de mapuches que “no respetan la ley y no reconocen a la Argentina, ni a su constitución ni a su bandera”. Remarcó que no habrá ninguna instancia de diálogo con ellos” (…) “Tanto el comunicado de prensa como la Bullrich de carne y hueso le indicaron al juez Gustavo Villanueva cómo investigar y en qué sentido debe hacerlo. El comunicado del domingo decía que el gobierno “deposita la confianza en la investigación judicial para demostrar que actuó bajo todas las medidas operativas y protocolos que se utilizan en un enfrentamiento armado”. En tanto, en la conferencia de prensa, tras señalar que ella no necesita pruebas para saber que los prefectos decían la verdad, afirmó: “El juez necesitará elementos probatorios, nosotros no. El gobierno nacional ya ha definido que esto se realizó por una manda judicial. Nosotros no tenemos que probar lo que hacen las fuerzas de seguridad” (…) “De paso, Bullrich lo apuró al magistrado: “El juez podrá buscar las pruebas que quiera pero está perdiendo bastantes días porque desde ese momento no se permitió entrar más y se va a hacer una investigación sobre este tema cuando en realidad hubo una decisión clara de ir hacia ese lugar”, remarcó” (…) “Cada vez van a quedar menos pruebas porque en el lugar están todavía los grupos violentos”, le señaló al juez” (…) “Con el gesto duro, Garavano, sentado a su lado, aseguró que “la violación de la ley tiene y va a tener consecuencias”. Y destacó “la importancia de la investigación de la Justicia respecto a los grupos que no reconocen al Estado y no respetan la ley”. Nada dijeron de la investigación del asesinato de Nahuel, del que los principales sospechosos son los prefectos” (…) “El diagnóstico del gobierno tras dos muertes en protestas de los mapuches no apunta a frenar el accionar violento de las fuerzas de seguridad, sino que lo alienta a partir de discursos que buscan atacar a un enemigo terrorista que-según los funcionarios-es el único problema que hay en la Patagonia, cada vez más trágica”.

En su edición del 27 de noviembre, Página/12 publicó artículos de Eduardo Aliverti (“Otra vez, las cosas se cuentan solas”), Mempo Giardinelli (“La descomposición institucional y los injusticieros”) y Martín Granovsky (“El hombre mejor informado del país”).

Escribió Aliverti: “Cuando entre la noche del sábado y la mañana de ayer se conoció el asesinato de Rafael Nahuel, nos preguntábamos con un colega qué dirán ahora. ¿Qué las balas de plomo se dispararon solas? ¿Qué cabe interrogarse qué hacía ahí Rafael Nahuel?” (…) “Hacia el mediodía dominguero, los portales de los medios efectivamente hegemónicos ignoraban el asunto aunque uno de ellos, Clarín, se daba el lujo de ubicarlo a cabeza con un título segmentado: “Ocupación Mapuche” (…) “Pero lo fundamental es eso de los prejuicios que implican hechos, cuando se los alienta desde el aparato estatal. Que el enemigo estaría integrado por mapuches, que los mapuches tendrían una vanguardia violenta, que el kirchnerismo y la izquierda alientan los conflictos porque cuantos más muertos mejor, etcétera. Si algo faltaba para determinar la coherencia modélica vigente, allí está el combo entre que Santiago Maldonado se ahogó por su cuenta y la nueva cacería desatada en las horas de difusión de su autopsia. Notable. De tan perfecto que suena publicitariamente desde el marketing oficial, parecería que lo hicieron a propósito” (…) “Mientras tanto, la mierda del ocultamiento, de la manipulación, del engaño, hoy puede ser mostrada, debatida, evidenciada, combatida. Esa debe ser el único elemento positivo, por llamarlo de una manera extraña, riesgosa, de la tragedia que monopoliza la agenda. La del submarino” (…) “El indescriptible momento que sufren los familiares y la gente cercana a los tripulantes tiene registro inocultable. Se puede decir que es de terror el tratamiento mediático del tema, en su alcance de sensibleros berretas que de la noche a la mañana se transformaron en especialistas sobre industria naval, arcos voltaicos, baterías de origen, recargas sospechosas, boyas hidroacústicas” (…) “Se puede echarle la culpa a Cristina porque seguro que ató con alambre corrupto la reparación de la nave; o a Macri porque seguro no tenía la menor idea, ni le importa tenerla, acerca del material operativo de unas fuerzas armadas de las que todos-todos-vienen escondiendo el debate sobre (i)nutilidad estratégica” (…) “Se puede cargarle las culpas al mando naval para salvarle las papas al gobierno” (…) “Se puede decir que, como fuere, la conducción de los militares argentinos ratifica que son una desgracia histórica. Se puede imputar libremente lo vergonzoso de que, en medio de tamaño episodio, sólo pusiera la cara un vocero marino. Se puede filmar y fotografiar la angustia de las familias de las víctimas, cual si fuere un documento periodístico de valor. Pero se puede. Da asco, pero se puede decir, denunciar, vomitar. Se puede aun cuando rige lo que ya se llama el “apagón informativo”, en alusión a los espacios cada vez más limitados, en los medios tradicionales que marcan la agenda, para las voces disidentes con el oficialismo. Se puede. No siempre fue así, si hablamos de operativos de camuflaje y del dolor de las víctimas” (…) “Se puede asimismo tomar nota de otras noticias más a la vista que un elefante en un bazar. Mientras quiera vérselas, naturalmente” (…) “La semana pasada se difundió el informe del ministerio de Finanzas, a cargo de Luis Caputo, que refleja el espectacular aumento de la deuda pública y cuya disección analizó en Página/12 el periodista e investigador Federico Kucher. Colegas suyos y economistas que no abrevan en el ideario progre arriban al mismo pronóstico, acerca de dónde terminará esta fiesta de endeudarse alegremente para sostener un déficit fiscal explosivo. El dato prioritario es que Argentina ya debe en dólares más de un tercio del volumen de su economía (36,3 por ciento), cuando hasta hace apenas dos años esa cifra era tan irrelevante como para que-justamente-el mundo se dispusiese prestarnos porque la pesada herencia del kirchnerismo fue fantástica para el macrismo” (…) “Sería injusto no reparar en que las crisis del sector externo son recurrentes en la economía argentina” (…) “Es entonces cuando aparece su dependencia estructural de bienes importados, su falta de especificidad exportadora, su atadura permanente a un esquema productivo primarizado en el agro. El kirchnerismo tuvo para eso una respuesta incompleta pero efectiva, que bajo el denuesto de llamársela “cepo” consistió en control cambiario y de fuga de capitales” (…) “Ahora nos prestan sin problemas en forma provisoria, hasta que saquen los números y vean que las chances de devolver lo prestado se complicarán gravemente. Es la repetida historia del fin implacable del menemato, mientras algunos provocan que, al tratarse de una derecha democrática, moderna e inédita, no serán capaces de cometer los mismos errores. Que nunca fueron ni son errores, por si hiciere falta aclararlo. Son decisiones de clase dominante, bien que no dirigente, seguras de que los platos rotos jamás terminarán afectando a sus integrantes” (…) “Por enésima vez: no hay errores ni hay excesos. O, más aún, el capitalismo salvaje sofisticó sus herramientas hasta el punto de (re)producir una fantasía de progreso individual-la subjetividad masiva, la posverdad, la validez del sálvese quien pueda-que no encuentra respuestas entre sus víctimas. No, todavía, más allá de la resistencia” (…) “¿De dónde se sacarán los dólares para pagar esta partusa especulativa que hoy tiene sin cuidado a la mayoría de la población? ¿A quién le importa? ¿A quiénes seduce analíticamente que, encima del bruto endeudamiento, el déficit comercial ya acumuló este año más de 6 mil millones de dólares?” (…) “La trascendencia de preguntas como esas no se mide por su soledad, sino por la certeza de que se debe continuar haciéndolas para-al menos-no cargar con la culpa de haber renunciado a advertir que la historia se repetirá. Más tarde que temprano, probablemente. Pero se reiterará como al cabo de la dictadura y de los ´90, que también semejaron eternos. Hoy las resistencias ya tienen sus experiencias. Las de haber probado que se podía otra cosa, que objetivamente fue mejor para las mayorías”.

Escribió Giardinelli: “Es cada vez más peligroso el avance del gobierno sobre la justicia. Desde que se inventaron por decreto una Corte Suprema adicta, afinaron un sistema de sometimiento a la judicatura tal que ya a esta altura semeja rompimiento de la institucionalidad” (…) “Mientras La Nación y Clarín y sus más notorios articulistas les marcan el paso a jueces y fiscales, muchos de ellos con oscuros antecedentes, el Ejecutivo decide la orientación política que debe imprimirse a la Justicia con un descaro y soberbia asombrosos” (…) “Sin disimulo ni vergüenza, los injusticieros del macrismo-radicalismo forzaron la renuncia de la Procuradora Alejandra Gils Carbó, y en la misma línea de condenas mediáticas manipuladas, y copado también el Consejo de la Magistratura, destituyeron al camarista Eduardo Freiler-acaso difícil de defender, pero no por eso destituible mediante farsa-y tras cartón iniciaron juicio político al respetable juez en lo Contencioso Administrativo de La Plata, Luis Federico Arias” (…) “Enseguida, sobrados de canibalismo judicial, iniciaron el proceso, desde ese mismo Consejo, para destituir a uno de los jueces más probos y honestos de todo el Poder Judicial argentino: el Dr. Daniel Rafecas. ¿Razones y fundamentos? Ninguno, más que el desacuerdo gubernamental con sus sentencias en general, y particularmente por haber desestimado la denuncia de Nisman contra CFK y no haberla procesado por supuesto enriquecimiento ilícito. Pero fundamentalmente el afán es castigar a un juez que se caracterizó por su lucha a favor de los derechos humanos, por la elevación a juicio de responsables de crímenes de lesa humanidad y por dictar siempre resoluciones de acuerdo a Derecho y no siguiendo órdenes de los grupos de poder que eternamente conspiran contra la democracia y hoy rodean al Presidente beneficiándose escandalosamente de sus favores” (…) “Está claro que la política judicial oficial-por llamarla de algún modo-no sólo es contraria a toda razonabilidad jurídica, sino que subraya la peligrosidad antidemocrática del gobierno macrista-radical. Esa política se basa en acusaciones y amenazas mediáticas, seguidas de nada sutiles persecuciones. Verdadero sistema de venganzas basado en sembrar odio y revanchismo, es tan feroz, veloz y eficaz que, hay que reconocerlo, con el apoyo mentimediático incondicional que tienen han logrado atontar a la sociedad, a la que mantienen grogui golpe a golpe y mentira tras mentira. Lo que evidencia y delata una patología social todavía inexplicada: el silencio generalizado de gran parte de la ciudadanía, muchísimos de cuyos miembros consienten pasivamente todos los avances sobre los restos de justicia democrática que aún perduran” (…) “No sólo es ominoso en este sentido el apoyo del radicalismo oficial y de algún senador que hasta hora mantenía conductas respetables. Lo que más asombra y duele es el silencio, seguramente por miedo a represalias, de prácticamente todo el poder judicial de la Argentina, de las facultades de derecho de todas las universidades, y hasta de las más diversas instituciones religiosas, culturales y científicas” (…) “Eso hace de algún modo un consenso, aunque nos disguste. Pero entonces si hay consenso por parte de las burguesías urbanas y especialmente la porteña en tolerar el arrasamiento de la Constitución Nacional, parecería cierto nomás que la República “estaría entrando en proceso de descomposición” (…) “Súmesele a todo esto la nueva y gravísima mentira del gobierno en el caso del submarino San Juan, la muerte de cuyos 44 tripulantes se manipuló con el típico estilo elusivo e infantil del presidente. E incluso anótense las ya infinitas dudas acerca de la verdadera causa de esta tragedia marina” (…) “Y súmesele también el asesinato anteayer en Bariloche de otro compatriota mapuche, Rafael Nahuel, como nueva expresión del racismo gubernamental, y se obtendrán varias conclusiones. Una, que la estupidez gubernamental siempre opta por tapar, negar, mentir y después seguir mintiendo. Dos, que en esencia les importa un pito el dolor ajeno, y menos si es de indígenas o negros, o blancos solidarios como era Santiago Maldonado. Tres, que se pasan las instituciones republicanas por ahí abajo y encima sonriendo. Cuatro, que el problema no es Macri solamente sino los que lo votan: la oligarquía antinacional de siempre y ahora los jodidos ganados por la antipolítica. Y cinco, que la paz en nuestra patria peligra porque la Constitución Nacional que un día habrá que cambiar completamente, está siendo distorsionada por un régimen de odio y revanchismo. Ante ello, la hora actual nos exige lucidez, serenidad y militancia pacífica. Que más temprano que tarde, esta ola va a pasar”.

Escribió Granovsky: “El submarino San Juan tenía una misión. Existe por lo menos una persona en el Estado que la conocía con exactitud. Esa persona es la misma que tiene acceso a todos los detalles de la inteligencia argentina y la logística de las tres Fuerzas Armadas. Es el funcionario que, si mediase una orden presidencial, podría impulsar una investigación a fondo sobre qué ocurrió con el submarino” (…) “Se llama Bari del Valle Sosa y es el jefe del Estado Mayor Conjunto” (…) “A Bari del Valle Sosa le espera un trabajo intenso el año que viene. En 2018 el jefe del Estado Mayor Conjunto y su colega del comando sur de los Estados Unidos, que tiene influencia sobre América Latina, serán los anfitriones en la Argentina de la Conferencia Sudamericana de Defensa 2017” (…) “El Estado Mayor Conjunto es el ente que articula las operaciones de todas las fuerzas” (…) “El jefe del Estado Mayor Conjunto es quien reúne la mayor información operativa del país. En los hechos actúa junto con la Secretaría de Logística del Ministerio de Defensa” (…) “Un alto oficial dijo a este diario que la conformación del Ministerio de Defensa desde el 10 de diciembre de 2015 revela un peso notorio de ex directores y agentes de la Agencia Federal de inteligencia, AFI, la antigua SIDE” (…) “Los oficiales y expertos consultados para esta nota a cambio de la reserva de identidad dijeron que dejarían en su puesto, en principio, al ministro Oscar Aguad. No emitieron esa recomendación por una opinión negativa o positiva sobre sus condiciones sino por motivos prácticos. Uno es que debería ser el principal testigo de una investigación. Otra es que, si el Presidente quiere saber la verdad e imparte las órdenes correspondientes, el ministro debería dar las instrucciones pertinentes de brindar información. La investigación tiene varias aristas. Una es el análisis de la misión del San Juan. Otra es la hipótesis de a quién beneficia la pérdida del submarino, país por país, se trate de amigos o enemigos. Qué desequilibraba o qué equilibraba el artefacto. Otra línea más de investigación es la que tiene que ver con lo que en la jerga se llama “confirmabilidad de los actos previos, simultáneos o posteriores al siniestro”. Consiste en pesquisar los niveles de certeza, las partidas, los viajes al exterior de cada uno de los oficiales y funcionarios civiles del Ministerio de Defensa, el detalle de la logística prevista y la aplicación del presupuesto de cada ítem programado. Naturalmente nadie puede descartar una hipótesis de sabotaje u otra de ataque. Deben ser investigadas” (…) “Para los barcos en general hay pautas estrictas y normas que se homologan. Cuando los tratados están en vigencia se cumplen a rajatabla. Y todo se expresa en protocolos aplicables a la navegación marítima internacional. El marco se explica incluso por el costo de los seguros internacionales” (…) “Quienes navegan trabajan con lo que se conoce como “principio de consistencia”: todo lo que se actúe en el agua, sea en el río o en el mar, se ajusta a un protocolo. También existe el “principio de certeza”, que regula la navegabilidad de los buques y material de cualquier naturaleza. Tiene que ver con las exigencias necesarias para navegar. Los buques de guerra están incluidos. Y los submarinos” (…) Un buque de guerra debe ser homologado “porque las exigencias son aún mayores. Incluso una nave puede perder la homologación y reconquistarla después” (…) “El principio en navegación es que las naves no se hunden. Las hunden los hombres. O los propios o los enemigos” (…) Las condiciones para que un submarino emprenda un viaje son “severísimas”. El protocolo es más rígido que le de un avión. El primer oficial a cargo es el responsable de hacer un check list, un chequeo parte por parte, sobre las diferentes áreas: comunicaciones, comandos, máquinas y seguridad” (…) “El chequeo es la primera aplicación del principio de certeza y seguridad para navegar. Abarca las comunicaciones y la entrada y salida en y desde el sistema de claves” (…) Los submarinos tienen un protocolo específico. “Las revisaciones incluyen los ámbitos de cualquier nave, como las máquinas y la parte eléctrica, pero son aún más estrictas. Hay un cuidado especial por las baterías de alto voltaje y por las pérdidas de agua. El protocolo es más exhaustivo porque salvo que tengan inconvenientes no navegan en superficie” (…) Un submarino puede desarrollar varios tipos de operaciones. “De salvataje, de no detección, de instrucción. La tripulación de un submarino es de élite. En tierra tuvo que haber pasado el curso de submarinista. Pero al submarino entran solo los mejores promedios” (…) “Su razón de ser es que naveguen sin emitir señales de presencia para que nadie pueda detectarlos. Las operaciones de los submarinos son clasificadas. No sale un submarino sin la orden de la fuerza de submarinos y sin el comando naval. Las operaciones constan de objetivo y objeto. El comandante recibe un sobre que dice “clasificado y calificado” (…) “Según los casos, o está autorizado a abrir el sobre en puerto delante de sus oficiales, siempre a bordo del submarino, o puede hacerlo recién luego de zarpar” (…) El submarino cumple “con una tarea de custodia de soberanía en el mar” (…) “Las tareas de un submarino siempre tienen que ver con el alerta de combate, como los aviones que hacen trabajo de reconocimiento por encima de los 10 mil metros o las patrullas solitarias del Ejército. Es la primera fuerza que toma contacto con el enemigo. La Argentina tiene uno principal, justamente el ARA San Juan, y dos submarinos de rescate. Contar con submarinos para un país con un mar como el Mar Argentino es clave para la estrategia de prevención contra una guerra”.

En su edición del 27 de noviembre, La Nación publicó un editorial titulado “No debemos ignorar el futuro” y un artículo de Martín Oyhanarte titulado “La proyección de una sentencia histórica”.

Escribió el mitrismo: “Consecuentes con la célebre ocurrencia de Niels Bohr, el premio Nobel danés que afirmó: “Hacer predicciones es muy difícil, especialmente cuando se trata del futuro”, prestigiosos miembros de 15 academias nacionales dedicaron una extensa jornada en el Aula Magna de la Academia de Medicina para analizar lo que es una demanda insoslayable para nuestro país. La cuestión de fondo, en pocas palabras, es saber qué grado de comprensión tenemos los argentinos respecto de la sociedad del conocimiento, la economía del conocimiento y la tecnociencia como paradigmas que sustentan el crecimiento en el siglo XXI” (…) “Todos coinciden en lo que se podría denominar los principios básicos: los países que hoy avanzan son aquellos que desarrollaron un sistema propio de innovación y producen bienes y servicios de mayor valor agregado, a costos competitivos. Advierten también que la producción de materias primas y la apertura de nuevos mercados ya no pueden ser las características centrales de lo que fue la economía del año 2000” (…) “Ya no basta investigar. Lo que se espera es generar desarrollos tecnológicos que deriven en innovaciones y que a su vez estas se diseminen en el mercado, en la empresa y en la sociedad. La producción del conocimiento científico y tecnológico no es más un monopolio de universidades; también está el presente en los laboratorios de la industria, del gobierno, en instituciones, consultoras y think tanks, entre otros” (…) “Comparar con otros modelos, otras culturas y otras formas de innovar implica siempre una búsqueda de elevación” (…) “Pero es Finlandia, sin duda, la que logró el mayor y más temprano reconocimiento mundial por sus resultados en la economía, el sistema educativo, la investigación y producir bienes y servicios de mayor valor agregado en un marco de colaboración entre instituciones académicas y empresas” (…) “En su disertación ante las academias, De Zavalía se refirió al verdadero círculo virtuoso que hizo posible la transformación de Finlandia. Es el país que, en las últimas décadas, invirtió más que todas las naciones del mundo en su sistema educativo, y lo hizo dentro de un marco de colaboración entre instituciones académicas y empresas privadas. Es lo que permitió pasar de ser una economía agraria basada en la industrias maderera a tener una industria de tecnología de avanzada” (…) “Con el avance de la globalización, el gobierno finlandés hizo algo más: fortaleció el cuerpo académico de las universidades, promovió cada vez más los cursos de inglés y contrató profesores de las mejores universidades del mundo para dictar clases, presidir los paneles de admisión y evaluar a los propios docentes” (…) “El caso de Israel es otro ejemplo de aplicación de un modelo exitoso basado en el conocimiento tecnológico, pero esta vez con participación compartida del Estado y del mercado” (…) “La nación israelí se identifica con la búsqueda constante de progreso y se destaca por el carácter contestatario y el espíritu crítico de su población. Desde pequeños se incentiva a los alumnos para que hagan preguntas y discutan sus pensamientos con el profesor, entendiendo que no tener miedo al ridículo o al fracaso es uno de los elementos claves de una sociedad innovadora. Se trata de una cultura que valora al presidente de una startup fallida porque no lo ve como un fracaso, sino como un ejecutivo que tiene más experiencia que otro que jamás funda una empresa” (…) “Hace veinte años los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) abrieron un espacio para que el sector privado desempeñara un papel central en la financiación de las investigaciones, tanto básicas como aplicadas. Fueron décadas en las que la economía del conocimiento científico y tecnológico y la innovación y la producción de bienes y servicios produjeron cambios enormes en la vida y en los hábitos de las personas. Ese es el complejo y apasionante escenario en el que la Argentina debe decidir su apuesta al futuro”.

Escribió Oyhanarte: “Ante la acusación del Consejo de la Magistratura, el Jurado de Enjuiciamiento de la Nación dictó una sentencia histórica al destituir al camarista Eduardo Freiler. Más allá de su resonancia política, el fallo tiene un gran valor jurídico por los principios que deja establecidos para juzgar futuros casos de corrupción judicial” (…) “En primer lugar, es de singular trascendencia que el jurado haya resuelto que en materia de juicio político, y en el contexto de un enriquecimiento patrimonial significativo, es posible dictar un fallo condenatorio a partir de presunciones. Es decir que no es necesario un grado de prueba tan acabado como el requerido en materia penal” (…) “Desde otra perspectiva, resulta también auspicioso que el jurado haya resuelto que no puede ser juez quien incumple de manera reiterada y sistemática sus deberes fiscales” (…) “Por último, el jurado puso en valor el régimen de ética pública, que tiene por función prevenir la corrupción y facilitar el control de los funcionarios. En el pasado existieron otros casos de destitución de jueces ante un injustificado incremento patrimonial. Pero la novedad del reciente fallo es que resolvió que las omisiones y el falseamiento de datos de las declaraciones juradas de bienes constituyen una causal autónoma de mal desempeño que, en sí misma, conduce a la destitución” (…) “En otras palabras, la obligación formal de declarar los bienes existe desde hace años, pero no había servido hasta hoy para lograr una condena penal o la destitución del cargo de un juez federal” (…) “No es posible que transcurran varios años para detectar una inconsistencia patrimonial. No es serio que las declaraciones se reciban y archiven sin más y sólo vean la luz en caso de que se decida investigar una eventual denuncia” (…) “En síntesis, los principios que consagra y deja establecidos este fallo constituyen un aporte significativo hacia una mayor transparencia. Pero deben potenciarse con un cambio de las reglas vigentes. Porque la corrupción se previene con un mejor sistema de monitoreo y control, y no solamente con condenas ejemplares”.

En su edición del 26 de noviembre, Página/12 publicó artículos de José Pablo Feinmann (“Volverán una y otra vez”), Martín Granovsky (“El estigma mata”), Mario Wainfeld (“La tragedia y el contorno”) y Horacio González (“El resistente”).

Escribió Feinmann: “El país llega al fin del siglo XIX entre jactancias y festejos. La oligarquía de Buenos Aires lleva a cabo una totalización de vencedores. Nada, salvo ella, perdura con poder. Se permite instaurar una hegemonía absoluta porque ha eliminado todo campo antagónico” (…) “Los gauchos, sus montoneras guerreras, los negros y los indios han sido liquidados. En 1880 Alberdi publica “La Argentina consolidada en el 80” y otro ensayo cuyo título lo dice todo: “La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual”. Es el Estado liberal: fuerte en el frente interno, débil en el externo. En el frente interno habrá de reprimir a quienes se opongan a sus planes de gobierno. En el externo será la tierra abierta a los capitales extranjeros, que se harán una farra de inversiones” (…) “Surge una generación que se presenta como heredera de la del 37. La generación del 80. Roca es el líder político” (…) “Es un héroe de la Argentina oligárquica. Patricio, liberal, brillante y joven militar. Luego se verá: astuto político. La generación del 80 cree en el Progreso, así, con mayúscula. Para tal empresa necesita mano de obra barata. La pedirá a Europa. Se los recibirá en el hotel de Inmigrantes, sin buenos modales. Luego el diputado Miguel Cané redactará la Ley de Residencia. Cualquier extranjero que sustente ideas progresistas, ajenas al ser de la nación, será echado del país” (…) “La generación del 80 se educa en el Colegio Nacional de Buenos Aires. De este colegio desaparecieron más de cien jóvenes durante la última dictadura militar, que tuvo gran apoyo civil” (…) “La generación del 80 creó el país xenófobo y represor que condenaría a la del 70” (…) “Esa generación tiene un gran poder político. Gobierna con los hombres del poder económico. Se da una mixtura entre política y economía. Hoy ocurre algo semejante. No hay políticos que gobiernen para los grandes empresarios, ya que estos se han adueñado del gobierno. Gobiernan de modo directo. Los gerentes de las grandes empresas son los gerentes del país” (…) “En 1910 festejan el Centenario. Es un festejo autista. Sólo las clases altas festejan. O, sin duda, es claro que se trata de su fiesta, que les pertenece, pues consideran que ellos hicieron el país. Las elecciones que conceden apelan al “voto cantado”. Se trata del mecanismo electoral” (…) “Roca pone en el gobierno a un hombre de su confianza, Miguel Juárez Celman” (…) “El país se endeuda y todo se concentra en la actividad bursátil. Julián Martel escribe “La Bolsa”, donde retrata a esta generación de ricos vertiginosos. Pero, tal como los protagonistas del gobierno de Juárez Celman, se van arruinando de a uno en uno, hasta crear una totalidad del fracaso” (…) “Hay revoluciones radicales: las del 90 y la de 1905. Alguien despierta al presidente Quintana en una noche difícil: “Señor presidente, ha estallado una revolución radical. ¿Qué hacemos?”. Dicen que Quintana abandona el lecho presidencial y dice: “Por de pronto, hijo, vamos a ponernos los pantalones”. ¡Orgullosa, la oligarquía argentina! Fanfarrones del país de la abundancia fácil. Al día siguiente del atentado en el Teatro Colón-durante los festejos del Centenario-el teatro se llena de gente elegante, obstinada, y jóvenes patriotas de clase alta: quieren demostrar que a nada temen, aunque haya que festejar el Centenario bajo estado de sitio” (…) “Son los triunfadores. Gobiernan envalentonados. Todo lo anterior ha sido desidia del gaucho, malones indígenas y torpeza y malos modales de la chusma inmigratoria. No les darán nunca el país. Podrán tomar la casa durante ciertos momentos afortunados, pero no más. A los inmigrantes les eligen un presidente plebeyo. Le permiten ganar las elecciones. Pero siempre están ellos cuidando la casa. Sáenz Peña le entrega el gobierno a Hipólito Yrigoyen. Sólo por un tiempo para que calme los nervios de la “chusma inmigratoria” y de su brazo político anarquista” (…) “La ira de la oligarquía es feroz en este país. Es de ellos y que nadie se atreva a discutirlo. No obstante, los que discuten, los que dicen no, los que buscan horizontes más amplios, que no cobijen sólo a los herederos de las viejas fortunas y a los enriquecidos y rapiñosos burgueses argentinos medios que quieren ser y pensar como las clases altas, y son, a menudo, peores que ella, ellos, volverán una y otra vez”.

Escribió Granovsky: “Decir que el ajuste no cierra sin represión es una frase hecha. Decir que el estigma mata es una evidencia histórica. Lamentablemente los mapuches de Villa Mascardi aportaron la última víctima” (…) “La justicia establecerá, quizás, quién mató. Está claro, entretanto, que Maldonado murió por asfixia e hipotermia. Está claro que esa muerte ocurrió, como mínimo, en el contexto de un operativo ilegal de represión de la Gendarmería, una fuerza federal. Y anoche parecía confirmarse que el mapuche muerto en la zona de Bariloche había recibido balas de plomo” (…) “Como el operativo que terminó con la muerte de Maldonado, fue una acción en varios pasos con estructura de razzia” (…) “Ya antes de la desaparición inicial de Maldonado, el 1 de agosto, el gobierno nacional comenzó a instalar el identikit de un peligroso enemigo interno” (…) “Punto uno, el enemigo estaría integrado por mapuches. Punto dos, los mapuches tendrían una vanguardia violenta, RAM, Resistencia Ancestral Mapuche. Punto tres, RAM estaría vinculada a sectores mapuches violentos de Chile. Punto cuatro, quienes se preocupan por las violaciones de los derechos humanos de los mapuches, son temibles abogados que ponen por delante el principio del debido proceso. Punto cinco, esos abogados no dudan en abrogar la soberanía nacional y, reivindicando el derecho internacional de los derechos humanos, llegan a terminales en las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana y la Corte Interamericana. Punto seis, el kirchnerismo y la izquierda alientan los conflictos porque piensan que cuantos más muertos mejor: terminarán desgastando al presidente” (…) “El problema es que los prejuicios, cuando son alentados desde el aparato estatal, a la larga implican hechos. Son lo más parecido a una profecía autocumplida. La estigmatización de los sindicatos busca liquidar su poder de negociación” (…) “La estigmatización de los mapuches puede servir para crear un chivo expiatorio, siempre útil en tiempos de crisis económica” (…) “El látigo del oficialismo no perdona. Elisa

Carrió intervino el distrito Río Negro de la Coalición Cívica. De allí es oriunda la senadora nacional Magdalena Odarda, una de las figuras legislativas que impulsó la prórroga de la ley 26.160, la que estipula seguir con el relevamiento de comunidades originarias en litigios territoriales por cuatro años más y, por lo tanto, evitar los desalojos” (…) “Mientras, todavía no hay evidencia alguna de la existencia física del RAM” (…) “El anarquismo no es delito. El delito de opinión no existe. En cuanto a las acciones concretas, un documento del Centro de Estudios Legales y Sociales sobre el caso Maldonado emitido el viernes sostiene que referirse a los mapuches como “terroristas” es “una calificación que implica sostener que son una amenaza seria para el Estado argentino y para sus habitantes”. Y agrega: “Esta caracterización desproporcionada del conflicto busca justificar respuestas estatales represivas y acciones de inteligencia ilegal”. Es decir: sin endosar cada una de las acciones de los grupos mapuches radicalizados, el CELS explica la riesgosa lógica del Estado. Una lógica que puede derivar en muertes. La conclusión no surge de juzgar malas intenciones. Es pura constatación de hechos”.

Escribió Wainfeld: “Cuarenta y cuatro son las víctimas directas; quedan ínfimas esperanzas de encontrarlas con vida. Hablamos de personas del común, que ejercían una actividad infrecuente: tripulaban el submarino ARA San Juán” (…) “Cada quién medirá cuánto padece y, por cierto, los lazos más cercanos suelen ser más fuertes y poseen reconocimiento legal. En cualquier tragedia masiva la cifra de víctimas se multiplica. Los deudos lo son, los amigos que perdieron fragmentos de su existencia también” (…) “La solidaridad de los célebres 33 mineros chilenos comprueba una semejanza tal vez no subrayada: se está buscando a gente de trabajo, que estaban cumpliendo su labor” (…) “Trabajadores del Estado, esa estirpe denostada cotidianamente por quienes los homologan en block a la recepcionista de mesa de entradas encarnada por Antonio Gasalla” (…) “Esos personajes existen, tanto como los docentes, los profesionales de la salud, los trabajadores sociales, los científicos, los bomberos, tantos otros colectivos necesarios y laboriosos, compuestos por gentes dignas” (…) “El Estado los emplea, debe garantizarles condiciones adecuadas para desempeñarse, las de seguridad entre las primordiales. En momentos de incertidumbre y sufrimiento (los actuales) procurarles contención psicológica, asesoramiento. Mantenerlos informados, a la par del conjunto de la ciudadanía o con antelación y en condiciones que los preserven. Si se produjeron daños graves o pérdidas irreparables, hacerse cargo de sus responsabilidades administrativas, políticas…eventualmente las penales o económicas” (…) “Las víctimas son titulares de derechos, potenciados por su condición de tales. Exigir respeto y data, interpelar a las autoridades” (…) “Pueden clamar, elevar la voz, transgredir las reglas de estilo del diálogo democrático cotidiano. El dolor las legitima, no para gobernar, legislar o representar a otros, sí para reclamar justicia” (…) “Sus primeros reproches aluden al modo en que se los trató, a cómo se informó la tragedia” (…) “La precaución recae sobre medios, periodistas, dirigentes políticos, peritos de toda laya que pululan por doquier. Culpabilizar, criminalizar, mezclar hipótesis no corroboradas con enlazamiento de responsabilidades virtuales, construcciones aviesas de asociaciones ilícitas entre funcionarios constituyen pésimas costumbres de la política cotidiana. En el trance actual, amén de infundadas y especulativas, pueden ser irrespetuosas, mezquinas, ruines” (…) “Existen estudios, protocolos, textos rigurosos acerca de la comunicación pública durante las crisis. El primer requisito es no mentir ni manipular: los familiares le reprochan al gobierno haberlo hecho, ocultando información o demorándola durante días que pesan como años. Todavía no hay certezas al respecto, serían más sencillas de obtener que el paradero del submarino” (…) “El Estado carga con las tareas, el gobierno (que no es lo mismo) las ejercita. El vocero de la Armada, Enrique Balbi, es capacitado y se desempeñó conforme reglas clásicas” (…) “Existe un problema insalvable en ese tipo de comunicación; los manuales lo subrayan, la experiencia de quienes atravesaron contingencias similares también. No hay modo de transmitir “bien” lo trágico, lo fatal, lo irreversible. La magnitud de los hechos supera las técnicas que no dan sosiego a los sentimientos de la sociedad y los de las víctimas” (…) “La otra faceta de la comunicación alude al posicionamiento del gobierno, comenzando por el presidente Mauricio Macri y continuando, a enorme distancia, por el ministro de Defensa, Oscar Aguad. La intención oficial fue, primero, concentrar toda la atención en la Armada y, cuando ese objetivo se tornó imposible, preservar a Macri y a Aguad” (…) “La tragedia reescribe argumentos sobre el rol del Estado. Resucitan metáforas apolilladas que usaba Mariano Grondona hace 50 años o hace 30: el Estado adiposo versus otro fibroso, “atlético” para la pobre prosa de un columnista-estrella de Clarín” (…) “La política de Defensa y la función de las Fuerzas Armadas forman parte del debate revivido. Un editorial de “La Nación” y una columna del periodista Jorge Lanata concuerdan, más allá de notorias diferencias de estilo, en exigir la recuperación de las FFAA, dotarlas de un presupuesto generoso, repudiando a todo lo hecho en ese frente desde 1983. No son las únicas voces que se elevan: ven en la tragedia una oportunidad” (…) “Se debe valorizar un avance formidable de la recuperación democrática: una política transversal de aquellas que se apodan “de Estado”. Se trata de apartar a las Fuerzas Armadas de toda forma de intervención en la seguridad interna. Sirvió sólo en parte para restringir la violencia institucional (que persiste, dolorosamente) pero fue fundamental para terminar con las FFAA como factor de poder del sistema político. Un jugador poderoso, no (o anti) democrático, corporativo, protagónico en todos los golpes de Estado. Aislar esa variable contribuyó la gobernabilidad durante 34 años imperfecta, desde ya, pero única en nuestra historia” (…) “José Manuel Ugarte, abogado especialista en Defensa, sustenta bien la postura modernizadora en una columna publicada en Clarín” (…) “Formula una advertencia ligada a lo que venimos planteando: el gobierno macrista realiza una enorme inversión en equipamiento. Pero es material “redundante y útil mayoritariamente para tareas de naturaleza policial”. La renovación de las FFAA encubre bajo el poncho el afán de volcarlas a la represión interior, con modalidades diferentes a las del siglo pasado, peligrosas todomodo” (…) “Aguad actuó como amanuense del Multimedios Clarín en la cartera de Comunicaciones. Su objetivo central en Defensa es implementar una política general del oficialismo, el formato Cambiemos para “volver al mundo”. Es la subordinación a la política exterior de Estados Unidos a las líneas maestras de algunas de sus agencias (la DEA, a la cabeza). Comprar la agenda del Comando Sur: guerra santa al narcotráfico y al terrorismo” (…) “La DEA y el oficialismo argentino podrán argüir como les parezca pero la experiencia comparada alecciona contra el viraje deseado por el macrismo: implicar a las FFAA en la batida contra el narco fue un fracaso en México y Colombia” (…) “Adoptar la teoría perversa y paranoica del terrorismo como enemigo interno completa el combo. Traducida al criollo, se convierte en coartada para la represión de la protesta social, uno de los escollos a las políticas fundantes de Cambiemos” (…) “El gobierno se empeña en readecuar las FFAA para esas misiones, como secuela de su alineamiento automático y acrítico” (…) “Se desconocen las causas del siniestro. La estadística enseña que los “accidentes” (entendidos como sinónimo de hechos fortuitos imprevisibles o inevitables) casi no existen. Prevalece el factor humano: las fallas, las negligencias, el dolo, la impericia entre otros etcéteras. Pero la estadística no explica a priori un hecho, que puede formar parte de las excepciones” (…) “Las circunstancias autorizan a temer que sea difícil esclarecerlo. La búsqueda del submarino es solo un primer paso. La intervención del Poder Judicial y eventuales comisiones investigadoras parlamentarias, el segundo. Dramas de esta envergadura quedan en manos de magistrados sin experiencia en la materia, tan específica. También les falta cintura y entrenamiento para hacer frente al asedio mediático y a las presiones políticas que saben ser tremendas. En contextos distintos, el cronista recuerda traspiés del juez de Dolores en el caso Cabezas, de varios que se sucedieron en Catamarca tras el asesinato de María Soledad Morales” (…) “La jueza federal Marta Yáñez deberá sortear la marca férrea de operadores y funcionarios del gobierno, la crítica exprés de periodistas bien o mal intencionados. Es complicado, desde el vamos. Para colmo, Su Señoría arrancó mal. Abundó en declaraciones periodísticas verborrágicas, innecesarias, plagadas de hechos no probados, “dio títulos” a los medios pero no certezas” (…) “A los cuarenta y cuatro tripulantes los acompañan, quieren y ya lamentan centenares de personas del común, víctimas de la tragedia. Para todas ellas, la solidaridad imprescindible, aunque, ay, insuficiente. Las responsabilidades de averiguar, esclarecer, reparar dentro de lo posible atañen a otros argentinos, más poderosos. Habrá que ver cómo cumplen”.

Escribió González: “(…) Nada revivirá de aquello superado si no lo rehabilitamos y todo objeto siempre nos desafía en su volver, pues acostumbra a hallarse en estado huidizo. Tomamos un nombre, el de la palabra resistencia. Resistencia política democrática. Quizás haríamos bien en encomendarla a los autores de biografías, de guiones televisivos o los archivistas de turno. Saldrían imágenes de partisanos de la Segunda Guerra Mundial, masas peronistas de los años 60, personajes de todos los tiempos que toman los bosques como retiro y antagonismo con la ciudad. Son enormes las variedades sociales de resistentes” (…) “Por momentos, se los puede imaginar en tanto capas del pasado, unas sobre otras, que ahora parecen cobertores inútiles difíciles de imaginar Pero cada resistente de hoy surge del hilo irregular que une a miles y miles de resistentes de historias ya pagadas o antiguas” (…) “No obstante, el mundo nos es contemporáneo, y en su totalidad, nos lleva a una disyuntiva. Si somos o no somos resistentes. ¿Pero qué clase de resistencia? En principio, a un modo de vida desnutrido, a los gobiernos salidos de tecnologías aprobadas en laboratorio de gestación de creencias y ocupante excluyente de los poros del espacio público” (…) “La resistencia es una proposición contenida en un rechazo íntimo: rechazo a decisiones, lugares y gestos emanados del actual gobierno. La resistencia es un pensamiento refugiado en pliegues velados de la conciencia, donde se sabe distinguir que ahora hay nuevos amos, con su proyecto de expulsión de toda conciencia social autocentrada. Para ellos solo hay individuos que reciben ventajas, una cloaca o más metros cuadrados de pavimento. El resistente no cuestiona esto; es bueno que haya más gente que esté mejor, aun bajo gobiernos que prefabrican individuos, exacerban prejuicios preexistentes y los lacran con creencias precintadas” (…) “No obstante, el resistente realiza la suprema tarea de escindir una mejoría real o supuesta, de una cuestión ética. A la primera la aprueba, a la segunda la encumbra aún más. Nunca baja su divisa el resistente” (…) “Si la resistencia es social, lo es porque el resistente es el que posee la ética que en lo profundo dice “no”. No. Lo dice ante esta situación de violencia real y simbólica. Pero sabe dónde decirlo, y no se pelea con los miles de ciudadanos que han votado habilitando en las urnas esa violencia y la siguen sosteniendo en la ausencia de concebir cómo también los afecta” (…) “Decir que la resistencia comienza por ser una cuestión ética, ya es una frase resistente. Esta última palabra incluye una actitud ante la conversación cotidiana. Abarca un interés por el mundo social que nos agrede por estar conformado por retorcimientos de lo humano, por la negación de lo individual asociativo y de la razón que regula nuestros silencios y disconformidades. El agravio que disciplina las voces del mundo es el mundo ante el cual nos disponemos como resistentes” (…) “Resistir es la más alta de las actividades político-culturales, porque el actual gobierno pone como garantía de una deuda fenomenal e infinita, todo un territorio, todo un país, todas sus memorias, sus luchas y su pasado, sus múltiples pasados. En verdad la resistencia es propia de los que no pueden adaptarse a la evolución del mundo fáctico; los no hipotecables, los no conversos” (…) “Toda la historia del constitucionalismo moderno implica e impone la resistencia. Las leyes surgen de una resistencia y duran, paradójicamente, porque las resistimos. Corolario: en un país que marcha progresivamente a expulsarse de las leyes, resistir es resistir a esas condiciones de vacío que crean los dolosos peritajes por ellos instituidos en reemplazo de la ley. No es que apartan a la ley porque sea producto de la vieja burguesía liberal, sino porque no les sirve para la circulación financiera, para eliminar la ontología del trabajo y para reivindicar con “gradualismo” a los asesinos de la pasada dictadura militar” (…) “Se dice del resistir que cuaja más bien cuando los tiempos son sombríos, como éstos de ahora” (…) “El poder anulatorio que va teniendo una fuerza irresponsable, sin territorio ni conciencia abierta a la variedad de la historia-es que ellos son los patrones-, sus cancelaciones de aquello a lo que nadie dudó durante décadas de que se tenía derecho, su modo de obturar posibilidades existenciales-a jubilados, trabajadores, estudiantes, ya se sabe-, todo ello merece resistencia” (…) “No me apresuro a decir lo obvio, que esta es una resistencia democrática” (…) “Lo que más le interesa al resistente, es la de analizar los mitos con los que organizaron ellos su consenso popular, la multiplicación de voces ya estampilladas por el ministerio de Modernización y Trollización” (…) “El resistente, en fin, es un ciudadano con una memoria que lo lleva y lo trae, que piensa en sí mismo para pensar en cómo se fue desfigurando el país, eso otro de sí que le devuelve su imagen bajo otras gesticulaciones”.

En su edición del 26 de noviembre, La Nación publicó artículos de Morales Solá (“El submarino, los errores y las consecuencias”) y Jorge Fernández Díaz (“Ese prejuicio bienpensante”).

Escribió Morales Solá: “Martes, 14 de noviembre, medianoche. El comandante del submarino ARA San Juan informa a la base de Mar del Plata que se produjo un incendio en la nave que afectó turbinas y las comunicaciones. El informe dio cuenta de que entró agua en el submarino. Miércoles, 15 de noviembre, 7.30. El comandante del submarino informa que el problema se solucionó y que la tripulación se encuentra bien. El comando de Mar del Plata le ordena que continúe normalmente el viaje hacia la base marplatense. Es la última comunicación del submarino. Jueves, 16 de noviembre, mediodía. El jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur, es informado de lo que había sucedido en el San Juan. También lo notifican que no hubo nuevas comunicaciones con el submarino. Jueves, 16 de noviembre, 21 horas. El ministro de Defensa, Oscar Aguad, que se encontraba en Vancouver a punto de tomar un vuelo de regreso, es informado por Srur de la situación del submarino. Aguad pone en conocimiento del caso al Presidente y al jefe de Gabinete, Marcos Peña. Viernes, 17 de noviembre, 8.00. Aguad arriba a Ezeiza y en la misma estación aérea lo espera el almirante Srur. Juntos se suben a un avión de la Armada y viajan a Mar del Plata. En el trayecto, Srur le asegura a Aguad que se trataba solo de un problema de comunicaciones del submarino, que se resolvería rápidamente. Aguad le transmite esas seguridades al Presidente” (…) “No era un problema de comunicaciones. El submarino explotó o implosionó. En ese breve relato de los momentos anteriores y posteriores a la tragedia hay dos hechos que llaman la atención. En primer lugar, la increíble desidia de la base de Mar del Plata. Ante un incendio con ingreso de agua, debió ordenarle al submarino que regrese cuanto antes a la costa, a cualquier costa, desde donde debió ser acompañado por un buque hasta el puerto de Mar del Plata” (…) “El segundo hecho es la demora de la base de Mar del Plata en comunicar la novedad a sus jefes y la de estos en poner en conocimiento del tema a las autoridades políticas. Aguad (y, por lo tanto, el Presidente) se enteró de lo que entonces era un percance un día y medio después de la última comunicación o casi dos días más tarde que sucedieron el incendio y el ingreso de agua” (…) “O los jefes navales se encerraron burocráticamente en un protocolo demasiado viejo o confiaron en que la buena suerte se haría cargo de un final feliz que no sucedió” (…) “El submarino fue reparado totalmente con la asistencia de técnicos alemanes y con repuestos alemanes” (…) “Es necesario, ahora, una opinión de la empresa alemana que lo fabricó para establecer si esa reparación, que Cristina Kirchner dio por terminada con un acto político y camporista en 2014, fue correcta. Hay versiones que indican que se tercerizaron algunos trabajos en empresas sin experiencia. La auditoría deberá establecer también por qué el submarino quedó librado a su suerte y por qué la comunicación del siniestro fue tan lerda” (…) “Sólo la avanzada tecnología norteamericana podría dar con el San Juan, si es que no cayó a ese abismo del océano” (…) “La tragedia del San Juan no apresurará la salida del almirante Srur, al contrario, la postergará hasta que hayan concluido todos los trabajos para conocer fehacientemente el destino de 44 héroes argentinos y se hayan celebrado los homenajes correspondientes” (…) “Macri quiere terminar con el aislamiento de los militares. Acordó con Aguad, después de someterlo a un preciso examen, que más del 1 por ciento del PBI será destinado a la construcción de las nuevas fuerzas militares” (…) “La indiferencia política provocó el anquilosamiento de viejas estructuras. Cada una de las tres Fuerzas Armadas tiene su propio sistema de comunicación. Imposible que se comuniquen entre ellas en caso de necesidad. Cada una tiene su propio servicio de inteligencia” (…) “El proyecto del gobierno consiste en que el Estado Mayor Conjunto establezca un solo sistema de comunicación y un solo servicio de inteligencia sobre cuestiones precisas de los militares” (…) “El gobierno se propone una inversión importante en el equipamiento de las fuerzas militares” (…) “El gobierno estableció tres ejes para la acción de las Fuerzas Armadas: el combate al narcotráfico fuera de las fronteras (y asistencia técnica dentro de ellas); el terrorismo internacional, y la custodia del Atlántico Sur, donde está, dicen, la mayor riqueza mineral e ictícola del planeta” (…) “Los 44 tripulantes del San Juan estaban cerca del talud porque ahí está uno de los grandes reservorios de peces, que muchas veces son depredados por pesqueros clandestinos que entran a la plataforma marítima argentina. Chocaron con el final de todo, abrupto, brutal y cruel, cuando defendían una frontera de la Argentina, valiosa e invisible”.

Escribió Fernández Díaz: “A las siete y media de la mañana el sonarista pronunció dos palabras frías, y dejó a todos helados: “Rumor hidrofónico” (…) “El comandante ordenó que despertaran a toda la tripulación y la colocaran en sus puestos de combate. El ARA San Luis navegaba cerca de la isla Soledad bajo una orden cifrada: “Todo contacto es enemigo” (…) “El blanco venía hacia ellos a gran velocidad, había que preparar los tubos y encontrar la mejor posición de tiro” (…) “El sonarista avisó que oía hélices y explosiones. Tres helicópteros antisubmarinos volaban a ras del mar lanzando cargas de profundidad a ciegas y abriéndole camino a todos los buques de la Royal Navy. El comandante ordenó abrir fuego y entonces el torpedo partió con un temblor y un sonido sobrenatural, pero a continuación cortó el cable de guía a través del cual se lo podía teledirigir. A pesar de eso continuó su carrera de manera autónoma y fue ascendiendo para asegurar el impacto. El problema consistía ahora en que el trazado haría visible la posición del ARA San Luis” (…) “Alguien les había lanzado un proyectil. “¡Máxima profundidad!”, ordenó el jefe, y en seguida mandó que largaran los “alka selser”, señuelos grandes que en contacto con el agua producían burbujas y confundían con sus ecos apócrifos. “Torpedo cerca de la popa”, avisó el sonarista” (…) “Transcurrió un lapso eterno, donde cada uno pensó en el fin, hasta que de pronto la voz metálica del operador anunció: “Torpedo pasó a la otra banda”. Los ingleses habían fallado por centímetros” (…) “A partir de ese instante, comenzaría una cacería implacable y desigual: una de las flotas más poderosas de la tierra contra un solitario submarino argentino con un sistema de tiro defectuoso que los mantendría al borde de la paranoia y no les permitiría desembarcar con comodidad en Malvinas. El ARA San Luis redujo la velocidad y se asentó en el fondo del mar, y aguantó que los Sea King le lanzaran explosivos cada veinte minutos durante horas y horas. Después sólo hubo silencio, y el sonar mostró que el área parecía despejada” (…) “Durante cinco días surcaron ese teatro de operaciones infestado de naves enemigas desatando una verdadera psicosis entre los británicos” (…) “Frente al estrecho de San Carlos encararon a dos barcos que venían de hundir al ARA Isla de los Estados: veinte argentinos habían muerto en ese otro naufragio. El comandante volvió a ordenar fuego a una distancia de 5200 yardas” (…) “Hasta que escucharon un “planc” escalofriante: tampoco aquel proyectil estaba en buenas condiciones; chocó contra el casco del enemigo pero nunca explotó. El Comando de Operaciones Navales les ordenó regresar aceleradamente a Puerto Belgrano. Y las reparaciones no llegaron a tiempo: el 14 de junio sobrevino la rendición” (…) “Este episodio figura en los libros de historia naval de las naciones desarrolladas como una de las diez más interesantes batallas submarinas del siglo XX. Aquí sus héroes, sin embargo, no sólo fueron olvidados, experimentaron a partir de entonces el estigma social y la más cruel decadencia” (…) “Mucho tuvo que ver la mala conciencia de un amplio sector de esta sociedad que apoyó a la izquierda peronista y luego miró para otro lado cuando la masacraban, que celebró la dictadura y la demencial guerra del Atlántico Sur, y más tarde viró y practicó la fe de los conversos, haciendo pagar a justos por pecadores y sin ser capaz de distinguir a los militares democráticos y leales de los genocidas” (…) “Esa indiferencia suicida y tan argenta, le dieron callado sostén a una dirigencia política analfabeta y sobregirada que llenó de negociados y ñoquis el Estado y demolió el presupuesto de las fuerzas Armadas buscando equilibrar el déficit fiscal” (…) “Aquellos submarinistas legendarios que deberían estar en los textos escolares se entrenaban con un promedio de 1500 horas de inmersión y con unas diez navegaciones largas, en las que aprendían a convivir con las averías y a desarrollar un instinto de supervivencia. Los nuevos practican con 300 horas de inmersión y en navegaciones cortas” (…) “A propósito de la desaparición del ARA San Juan, varios periodistas se escandalizan estos días frente a inoperancias o gestos rústicos de la Marina como si se tratara de la Armada Francesa. Porque en eso nos convertimos los argentinos: en airadas señoras gordas que convalidamos silenciosamente el desmantelamiento y el prejuicio, y que ahora despertamos a la indignación y a la sorpresa. Tan humanos, tan progresistas”.

En su edición del 25 de noviembre, Página/12 publicó artículos de Irina Hauser y Raúl Kollmann (“Una respuesta y nuevos interrogantes”), Luis Bruschtein (“Sin punto final”) y David Cufré (“AFJP, otra vez”).

Escribieron Hauser y Kollmann: “La junta de peritos encabezada por el Cuerpo Médico Forense y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que analizó las causas de la muerte de Santiago Maldonado concluyó en forma unánime que se ahogó y sufrió un cuadro coadyuvante de hipotermia en las aguas del Río Chubut. Allí fue hallado flotando el 17 de octubre último, casi tres meses después de su desaparición en medio de una represión de Gendarmería, que ingresó sin orden judicial al territorio de la comunidad Pu Lof de Cushamen. La autopsia y los estudios complementarios establecieron que el cuerpo estuvo en el agua no menos de 53 días” (…) “El informe final ratifica que no se hallaron lesiones externas” (…) “De hecho, estos resultados conocidos ayer no despejan interrogantes claves: si alguien empujó a Santiago, si terminó en el agua helada escapando de la persecución y las balas de goma de los gendarmes, si los agentes lo vieron ahogarse y no hicieron ni dijeron nada, o si hubo algún forcejeo aunque no haya dejado rastros. “La verdad de cómo, cuándo y dónde falleció Santiago aún se desconoce y por eso continuaremos exigiendo una investigación imparcial, independiente, efectiva y exhaustiva”, sostuvo la familia en un comunicado” (…) “Tengo más dudas que antes. Santiago no murió porque estaba de turista, era una represión ilegal de Gendarmería”, dijo Sergio Maldonado después de conocer el informe. En el texto que difundió junto a su familia recuerda cuáles son las pocas certezas con las que cuentan: “que el 1 de agosto hubo una salvaje represión por parte de una fuerza de seguridad estatal conducida y apoyada por autoridades políticas; que se produjeron desvíos y entorpecimientos en la causa de parte de la justicia federal de Chubut y el Poder Ejecutivo Nacional; que es necesario contar con el apoyo de investigadores especializados e independientes para logar conocer la verdad, obtener justicia y evitar la impunidad en el caso de la muerte de Santiago” (…) “La etapa de los estudios forenses era sustancial para que continúe la investigación, pero no alcanza para sacar conclusiones, según se desprende tanto de las expresiones del juez Lleral, como de los Maldonado. El juzgado hará en los próximos días una inspección del lugar donde fue encontrado el cuerpo y tomará nuevas declaraciones testimoniales: a integrantes de la comunidad y a cuatro mujeres gendarmes que estuvieron el día del operativo. También se envió un exhorto a Chile para que declare Nicasio Luna, quien relató en televisión que estuvo con Santiago en medio de la represión” (…) “Las conclusiones, según pudo saber Página/12 por funcionarios de la investigación, tienen tres puntos fundamentales: “a) la causa de la muerte fue “asfixia por sumersión” a la que coadyuvó un cuadro de hipotermia por las bajas temperatura del agua. Desde la desaparición de Maldonado el agua del río Chubut no superó los 3.9 grados y llegó a un mínimo de 2. El ahogamiento fue constatado a través de diferentes estudios. Uno es el hallazgo de diatomeas en la cavidad cardíaca, que coinciden con las que hay en el río Chubut. Allí se encontraron nueve variedades distintas de esas algas (seis en el ventrículo izquierdo y tres en el derecho), lo que se considera indicador de la asfixia por sumersión. Los cambios y lesiones observados en los pulmones también son indicadores del ingreso de agua por las vías respiratorias. Los cambios observados en la piel revelan la hipotermia. El Centro de Estudios Legales y Sociales, que interviene como querellante, informó: “La autopsia reveló que la muerte fue un proceso que se fue dando por la permanencia en el agua helada que llevó a que se le vayan adormeciendo los miembros y reduciendo la capacidad de moverse, que luego derivó en un desvanecimiento que terminó en la sumersión”; “b) el cuerpo no tenía lesiones externas, ni ninguna señal de que haya sido arrastrado o golpeado. Este fue uno de los primeros datos que se conocieron el día de la autopsia. No hay señales de violencia ejercida por terceros. “No puede suponerse a priori que haya sufrido violencia física en otro lugar”, dice el CELS. Todo el material genético analizado hallado incluso en su vestimenta y en el bastón plegable que llevaba pertenecía a Santiago”; “c) cuando un cadáver es hallado en el agua no se puede establecer lo que se conoce en medicina forense como “data de muerte”, sino que se calcula “la data de sumersión”. En este caso se usaron tres tablas de referencia para hacer el cálculo. Una de ellas, la que estableció que el cuerpo estuvo al menos 53 días en el agua, es la más antigua (de 1977) y de uso tradicional; la segunda, que establece un piso de 60 días en el agua, es de 2007 y adecuó los cálculos al calentamiento global; la tercera, de origen inglés, es de 2010, e incluye una metodología con ecuaciones y logaritmos que toman en cuenta los días transcurridos y la temperatura de las aguas. Esta última, que es considerada la más precisa por los peritos, es la que arroja que el cuerpo llevaba al menos 73 días en el agua, que es el número que coincide con la fecha de la desaparición de Santiago el 1 de agosto. Los especialistas decidieron usar tres métodos para que no haya objeciones. En función de este análisis, los expertos coincidieron en que el cuerpo siempre estuvo en el agua. Lo que la “entomología” mostró, por los microorganismos hallados, es que al momento del hallazgo llevaba unas 48 horas flotando, pero antes había permanecido hundido. Recién salió a la superficie cuando comenzó el proceso de descomposición” (…) “El resultado de la autopsia y los estudios adicionales no ponen en cuestión que Santiago desapareció en medio de un operativo represivo ilegal, entre disparos. Es algo claro, a juzgar por testimonios ya recogidos en la causa, otros presentados en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y hasta por grabaciones en los celulares de los gendarmes donde reconocen “les dimos corchazos para que tengan”. La familia Maldonado sigue sosteniendo que hubo una desaparición forzada, señaló Sergio. La carátula de la causa, de hecho, por el momento no cambiará” (…) “Todavía resta mucho por saber, incluso sobre cómo Santiago llegó hasta el río. Los resultados forenses no despejan si lo empujaron, si entró al río escapando, si lo asustaron, si lo amenazaron, si lo cercaron, o incluso si algún gendarme lo vio ahogarse y no hizo nada ni avisó (lo que también es un delito). Que las conclusiones de la junta de peritos diga que “el Brujo”, como le decían a Santiago, murió ahogado, no quita la posible responsabilidad estatal, en el hecho y en la cadena de obstáculos promovida desde el gobierno para dificultar llegar a la verdad”.

Escribió Bruschtein: “El gobierno ya lo sabía y la trama de medios oficialistas también. Y desde hace varios días se usaron estos trascendidos sobre la autopsia para sostener una campaña agresiva de difamación contra los organismos de derechos humanos, contra la familia Maldonado y contra los pocos medios que fueron sensibles a sus reclamos desde el mismo momento en que Santiago desapareció en el contexto de una violenta represión ordenada por el gobierno contra una protesta social” (…) “El resultado de la autopsia dice que Santiago murió ahogado en el río y que su cuerpo permaneció en el agua por al menos 60 días. Desde el oficialismo se festeja como un triunfo sobre los organismos de derechos humanos, sobre la familia Maldonado y sobre medios como Página/12, como si la sensibilidad por la suerte de Santiago hubiera sido un simulacro perverso para una campaña política contra el gobierno” (…) “No importa el resultado. No hay nada para festejar en una autopsia. Y aún con ese resultado, será imposible evitar las profundas sospechas que genera el hecho admitido de que el cuerpo permaneció sin que nadie lo advirtiera a 400 metros de donde se había producido la brutal represión a los mapuches entre los cuales se encontraba Maldonado. Un lugar donde el río tiene poco más de un metro de profundidad, que no tiene pozos, y que fue rastrillado en numerosas oportunidades. Y no lo pudieron encontrar los mismos gendarmes, que serían supuestamente los más interesados en saberlo justamente para desalentar las sospechas que recaían sobre ellos. Es un lugar transitado además por los mapuches, que lo usan para aprovisionarse de agua. Y nadie vio nada en 90 días” (…) “No hay ningún motivo para pedir disculpas. La campañita en las redes, en las que aparecía firmando mensajitos algún director de cine famoso que no vale la pena mencionar porque las redes también suelen ser muy engañosas, no se diferencia en nada de la mecánica de las campañas del oficialismo que convierten a las víctimas, en este caso la familia de Santiago Maldonado, en victimarios, y a uno de los pocos que decían la verdad, en este caso Página/12, en los mentirosos. El diario nunca dijo que Santiago Maldonado estaba vivo y paseando por el país, nunca dijo que se lo había visto en Entre Ríos o que era correo de una guerrilla mapuche entrenada por kurdos, iraníes y etarras, financiado por un banco de Londres. Nunca dijo que los servicios de inteligencia lo habían detectado en Chile o que lo habían visto haciendo dedo en el sur o que había muerto varias semanas antes en un ataque a un puestero de la estancia de Benetton que se había defendido a cuchilladas” (…) “Resulta que Página/12 es el que tiene que pedir disculpas, cuando fue uno de los pocos medios que no respaldó ninguna de esas mentiras que hacían circular los servicios de inteligencia. Tampoco es cuestión de pedir disculpas a nadie, porque cada quien es responsable de lo que publica. Pero siempre quedará la pregunta de cuál era el propósito para que los servicios de inteligencia hicieran difundir entre sus periodistas una sarta de mentiras tan burdas y que esos periodistas las reprodujeran sin la más mínima vergüenza” (…) “Las víctimas fueron Santiago Maldonado y su familia. Pero por obra y gracia de esa campaña, pasó de ser el pibe solidario con la lucha de sus amigos mapuches, a ser un terrorista de la rama argentina de la ¿RAM? que había atacado a un peón puestero” (…) “La familia fue maltratada desde el principio, incluso cuando se tenían algunas expectativas por la actuación del juez Guido Otranto, a pesar de que había sido el mismo que había autorizado la represión en Cushamen. Las presiones del gobierno sobre el juez federal fueron tan fuertes y hasta públicas, que obligaron a su reemplazo por otro magistrado. Nadie que tenga la conciencia limpia necesita presionar al juez y menos con un despliegue tan evidente que arriesgaba un costo político” (…) “Otro mecanismo típico de los gobiernos represivos es la defensa corporativa de las fuerzas encargadas de la represión como ocurrió con las Fuerzas Armadas durante la dictadura. Es un comportamiento opuesto al de los gobiernos democráticos que entienden que las instituciones públicas no pueden tener una reacción corporativa ante la justicia, porque están al servicio de la sociedad. Se les cede el monopolio del uso de la fuerza, pero en contrapartida deben estar sometidas en forma permanente al control de la sociedad” (…) “El resultado de la autopsia que se hizo público oficialmente ayer no aclara ninguna de estas situaciones que motivaron gran parte de las tapas de Página/12. Por el contrario, podría decirse que las oscurece, porque pareciera que el gobierno hubiera enloquecido sin razón. Situaciones y actitudes que la autopsia no aclara y que reaniman la ronda de sospechas. Hay una responsabilidad que está en la esencia de un gobierno represivo: si hubiera optado por la negociación, por la resolución política y pacífica de las reivindicaciones de los mapuches, no se hubieran generado las condiciones que produjeron la muerte de Santiago Maldonado. Cada vez que se ordena un acto represivo y que al mismo tiempo se le inculca a las fuerzas represivas un sentimiento de impunidad, se está ante la posibilidad de víctimas fatales. Eso lo sabe cualquier político. El gobierno tomó una decisión en ese sentido y tiene una responsabilidad por esa decisión. Sin embargo oculta esa responsabilidad en la acusación a los organismos de derechos humanos, a los medios críticos y a la familia Maldonado. Hasta ahora, en la política le ha dado resultado dar vuelta las cosas, y hacer caer la responsabilidad en la pesada herencia. En vez de asumir esa responsabilidad obliga a que la familia repita hasta el infinito que no tiene filiación política. El gobierno crea un escenario donde todos tienen que dar explicaciones y excusarse, menos el gobierno que es el principal responsable por la muerte de Santiago Maldonado”.

Escribió Cufré: “El ajuste sobre las jubilaciones por el cambio de la fórmula de movilidad previsional es el segundo paso hacia una reforma más amplia que conducirá al regreso de las AFJP. El primer paso lo dio el gobierno el año pasado con la Ley de Reparación histórica, al cargar sobre el sistema compromisos de pago sin fuentes de financiamiento para solventarlos. La consecuencia de esa decisión será la liquidación paulatina del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses, que aseguraba su solvencia intertemporal. Así lo reconoce el organismo en documentos internos. La rebaja de contribuciones a la seguridad social que impulsa el macrismo en la nueva reforma tributaria provocará el mismo efecto de vaciar la caja para el pago de jubilaciones” (…) “En resumen, una batería de medidas lanzadas por el gobierno tiende a un desfinanciamiento acelerado de las arcas previsionales. El mensaje a la ciudadanía es que no hay plata suficiente para pagar jubilaciones” (…) “Por lo tanto, concluye el gobierno, lo que corresponde es achicar gastos. La acción concreta bajo esa lógica es la modificación de la fórmula de movilidad para disminuir la actualización de haberes” (…) “Un gobierno con tantos empresarios no podía imaginar una publicidad peor para el sistema público de jubilaciones que advertir que los fondos no alcanzan y que las prestaciones serán cada vez más bajas. Salvo que la campaña sea justamente para ahuyentar aportantes, induciendo su traspaso a un sistema privado que no tardará en reaparecer. No es una estrategia novedosa en la historia reciente. Los argentinos ya la han visto en la dictadura cuando se pasaban spots por televisión para alertar sobre la mala calidad de los productos de la industria nacional y recomendar la compra de bienes importados. O con Bernardo Neustadt machacando con la muletilla del déficit de un millón de pesos por día de los ramales ferroviarios en manos del Estado, en tiempos de Carlos Menem, para defender la privatización. Domingo Cavallo hizo lo mismo en los noventa contra las jubilaciones de reparto” (…) “La acción decidida de Néstor Kirchner y Cristina Fernández permitió revertir una crisis que parecía terminal. Cuando la ex presidenta dejó el poder en diciembre de 2015, la cobertura previsional había saltado del 65 al 97 por ciento, con más de tres millones de personas incluidas a través de las moratorias, el FGS había crecido de 44 mil millones de pesos que dejaron las AFJP a 700 mil millones, quedó la herencia de una ley de movilidad que le ganó ampliamente a la inflación y habilitó la utilización de los ahorros de la Anses para potenciar el crecimiento económico” (…) “La Ley de Reparación Histórica de 2016 fue el primer movimiento en contra de esa tendencia de recuperación de la jubilación pública. Lo hizo al habilitar aumentos para 1,2 millones de jubilados sin garantizar fuentes de financiamiento, lo que derivará, como se mencionó al comienzo, en la liquidación del FGS. El sistema paga prestaciones a más de 6,5 millones de jubilados, por lo cual para mejorar la situación de una cuarta parte de ellos se compromete el futuro de todos” (…) “Por como siguieron los hechos, ahora se confirman las advertencias de entonces de que la Reparación Histórica no era más que un Caballo de Troya para entrar a destruir el sistema estatal y solidario” (…) “La segmentación de prestaciones que configura la reforma previsional, con la garantía del 82 por ciento del Salario Mínimo Vital y Móvil para un tercio de quienes cobran ese haber, y la creación el año pasado de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) establecerá un sistema con jubilados de segunda, de tercera y de cuarta categoría” (…) “Si el mensaje es que no hay recursos suficientes para pagar buenas jubilaciones, los trabajadores actuales sabrán que la única opción para no ser de segunda, de tercera o de cuarta será aportar a un seguro de retiro privado. El gobierno ya trabaja en su diseño. Lo anunció el año pasado con la aprobación de la Ley de Reparación Histórica. Allí se incluyó la declaración de emergencia previsional-premonitoria, por lo que haría este gobierno-y la instrucción de preparar una amplia reforma del régimen jubilatorio con plazo para sancionarla hasta 2019” (…) “Para ser un jubilado de primera, entonces, el gobierno está pavimentando el camino para el regreso de la oferta extendida de seguros de pensión. Será la vuelta de los negocios privados a la seguridad social, en un esquema donde primará la salida individual y se cristalizará la desigualdad social de la etapa activa en el momento del retiro. Los bancos y compañías de seguro que seguramente se volcarán al negocio atenderán a la crema de los trabajadores formales con salarios medios y altos. Como en el caso del nuevo fútbol para pocos, esas compañías harán publicidad con el concepto de “no te quedes afuera”, y muchos pagarán contentos. Los demás, los que permanezcan solo en el Estado, con un presupuesto previsional desfinanciado, serán de segunda, de tercera o de cuarta. Ese es el plan en marcha: las AFJP, otra vez”.

En su edición del 25 de noviembre, La Nación publicó un artículo de Eduardo Fidanza titulado “Macri, un reto para politólogos”. Escribió el autor: “Mientras la sociedad argentina empieza a aceptar con resignación el destino trágico de los tripulantes del submarino San Juan, los sondeos de opinión muestran un fenómeno significativo: la aprobación presidencial y la valoración de los principales dirigentes oficialistas están en aumento, alcanzando valores próximos a los registrados en los primeros meses de gobierno. Junto a eso, se verifica un incremento notable de las expectativas positivas sobre el país y una recuperación sensible de la evaluación del desempeño económico” (…) “Al cumplirse dos años de ejercicio, estos niveles de consenso constituyen un reto para politólogos y provocan sorpresa entre los observadores internacionales. En principio, la razón parece obvia: uno de cada tres argentinos es pobre; el índice de inflación, aún en descenso, se ubica entre los más altos del mundo; los niveles de déficit y endeudamiento son crecientes, está en curso un importante aumento de tarifas de los servicios públicos, y si bien se registran indicadores de recuperación económica, distan de ser espectaculares. Para ahondar el desconcierto, se observa una paradoja en la región: gobiernos que preservan la macroeconomía generan rechazo, careciendo de elencos prestigiosos” (…) “En cambio, Macri comparte la popularidad con dos presidentes de proveniencias y características dispares: Lenin Moreno, de Ecuador, enfrentado con el ex presidente Correa y propenso al diálogo y las reformas moderadas; y Evo Morales, un dirigente cuidadoso de la macroeconomía, pero con fuerte arraigo popular. La dispersión de preferencias, rasgos de liderazgo e ideologías desafía los análisis politológicos clásicos. En primer lugar, cuestiona el voto económico, que supone un acople unívoco entre macroeconomía sana y bienestar social. En segundo lugar, obliga a pensar cuánto influyen otros factores, como la modalidad de liderazgo, el estado anímico de la sociedad y la valoración de la oposición, para entender la suerte de los presidentes” (…) “Para entender el caso Macri, debe empezarse reconociéndose que es poco probable que una economía volátil pueda explicar la popularidad presidencial. Es lo que sostiene, entre otros, el politólogo canadiense Sébastian Dubé, al analizar el comportamiento electoral de los argentinos entre 1983 y 2001. En vista de las fluctuaciones ocurridas en ese lapso…concluye que más que una variable, la inestabilidad económica es una constante en la Argentina. Luego, carece de fuerza explicativa. Si se descarta la economía, hay que buscar las razones en otro lado. Es lo que proponen los colombianos Alejandra Ortiz y Miguel García Sánchez en un “paper” de título sugerente, acerca del estilo de gobierno y la aprobación presidencial: “porque te quiero te apoyo”. Su conclusión puede tal vez esclarecer la popularidad de líderes tan distintos como Mauricio, Evo y Lenin: es el liderazgo personalista, expresado a través de la proximidad emocional y el ejercicio acentuado de la autoridad lo que explica la aprobación presidencial por encima de la economía y la identificación ideológica” (…) “Por último, y más allá de las comparaciones, debe repararse en un fenómeno local que puede estropear el apogeo de Macri: el modo en que la volatilidad argentina incide sobre sus líderes. No es la economía, sino la sociedad. Porque este país bipolar, a diferencia de otras naciones, alumbra presidentes populares en abundancia” (…) “Los eleva y los destruye con igual entusiasmo e impiedad. Cuando están arriba, son intocables, por eso el presidente se fortalece hoy aun frente a las tragedias” (…) “Pero la cuestión no es el carisma, sino la perdurabilidad de las convicciones y las políticas. Esa es la incógnita futura de la Argentina, porque su pasado, como escribieron con dolorosa lucidez Victoria Murillo y Steven Levitsky, ha sido una sucesión de breves milagros seguidos de catástrofes extraordinarias”.

En su edición del 24 de noviembre, Página/12 publicó un artículo de Sergio Kiernan titulado “Lo que pudo haber pasado”. Escribió el autor: “Si la secuencia de eventos a bordo del submarino San Juan que finalmente reveló la Armada es correcta, queda como elemento crucial que la última comunicación de la nave reportara una entrada de agua y un cortocircuito en un pañol de baterías. Si bien el comandante de la nave reportó que la entrada de agua, por el snorkel, era menor y que el cortocircuito había sido controlado, tres horas después se produjo lo que la Armada describe como una explosión a bordo” (…) “Varios ingenieros navales consultados por Página/12 coincidieron en seguir la pista que la misma Armada admitió ayer. Lo primero que subrayaron es que las baterías de un submarino son de muy alta potencia, muy diferentes a las que uno está acostumbrado a manejar en la vida cotidiana. De hecho, las Varta del San Juan alimentan un circuito de 400 voltios que impulsa el motor Siemens eléctrico” (…) “Lo segundo que destacaron los ingenieros es que un submarino sumergido se mueve en un medio de muy alta presión. Una entrada de agua puede ser invisible de pequeña y generar un chorro de alta potencia simplemente por la diferencia de presión entre el interior, regulado para la vida humana, y el exterior, abrumador. Un submarino es un cilindro con la fortaleza suficiente como para aguantar las presiones enormes del mar” (…) “Los ingenieros consultados admitieron que llevan días especulando sobre el destino del San Juan, pero que desde que se confirmó el “evento sónico” tres horas después de la última comunicación dejaron de especular. Por desgracia, encuentran dos explicaciones posibles. Una es que la entrada de agua reportada por el submarino no haya sido reparada completamente y que el agua de mar haya entrado en cantidad a uno de los compartimientos de baterías. Si el agua puso en cortocircuito a las baterías, la reacción fue seguramente violenta, explosiva, con la posibilidad de un arco voltaico. Esto podría abrir un rumbo hasta en un casco tan fuerte como el de un submarino” (…) “Si esta fue la secuencia de eventos, el desenlace es instantáneo. Un submarino que se abre es inmediatamente aplastado por la alta presión del agua. Esta implosión es capaz, dependiendo de la profundidad, de tratar el acero naval como un bollo de papel. La nave se transforma en un objeto siniestramente plano, y se hunde” (…) “Otra posibilidad, todavía más dolorosa, es que el cortocircuito no haya llegado a abrir un rumbo en el casco, pero sí una reacción química entre el ácido de las baterías y el agua salada. El ácido sulfúrico, todavía conocido con su nombre alquímico de aceite de vitriolo, estalla en contacto con bases-substancias alcalinas-, oxidantes, reductores y…agua. Según el Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas, el resultado es explosivo y el incendio resultante es simplemente imposible de apagar. La recomendación, destinada a laboratorios o fábricas, es enfriar los contenedores del ácido incendiado y esperar que se agote” (…) “No sólo esto es imposible en un submarino sumergido sino que el segundo efecto de una explosión de ácido y agua es la formación de una neblina de altísima toxicidad. Esta “niebla” es corrosiva en contacto con la piel y tan tóxica al respirarla que una variedad fue usada en las trincheras de la primera guerra mundial. El Programa Internacional recomienda un tratamiento que es una confesión de impotencia: al afectado hay que sacarle la ropa contaminada, lavarlo, darle mucho agua y llevarlo a un lugar ventilado de inmediato” (…) “Con lo que los ingenieros coinciden en que una explosión que generara una neblina tóxica y corrosiva en un submarino es una condena inmediata. Este veneno no se desliza o difunde en estas condiciones. Simplemente llena todo espacio de forma violenta, en segundos”.

En su edición del 24 de noviembre, La Nación publicó artículos de Morales Solá (“Submarino ARA San Juan: una desgracia inesperada”) y Natalio Botana (“Hacia un nuevo “centro” político”).

Escribió Morales Solá: “Una tragedia imprevista y súbita cayó ayer sobre los argentinos. La única hipótesis que en estas horas quedó en pie entre civiles y uniformados con poder es que 44 argentinos perdieron la vida. El submarino San Juan sufrió una explosión (presumiblemente en una de sus baterías) y un accidente de esa naturaleza en las profundidades del mar no tiene remedio. La pregunta sin respuesta que ayer se formulaban en el gobierno era cómo y cuándo se daría por concluida la misión de encontrarlos. ¿Podrían rescatar los cuerpos? Y si no, ¿cuál es el protocolo que deberá seguirse? Nadie podía contestar esa pregunta. No hay antecedentes para tratar en ausencia a oficiales y suboficiales que serán considerados héroes, porque estaban haciendo maniobras para defender al país” (…) “Cierto clima de luto se vivía ayer en los despachos de la administración de Mauricio Macri. El propio presidente les adelantó a los mandos de la Armada que si había ocurrido, como se temía, una liberación de hidrógeno de las baterías del submarino la situación sería muy grave” (…) “Un día después, los militares norteamericanos confirmaron la explosión, que fue ratificada por una agencia encargada de controlar detonaciones oceánicas (para impedir pruebas nucleares clandestinas) con sede en Viena” (…) “Sea como fuere, en el Atlántico sur se desplegó la operación multinacional más importante en tiempos de paz para encontrar ese submarino, que era, a su vez, el arma más moderna de la Armada argentina. Once países participan de un operativo que vio desplegar el asombroso arsenal de los Estados Unidos, que confirmó su liderazgo mundial en tecnología militar. En la búsqueda se unieron países amigos y otros que no lo son tanto” (…) “Sin duda, la nueva política exterior de Macri puso en marcha gestos de solidaridad internacional que hubieran sido improbables en tiempos de Cristina Kirchner. Aunque también debe consignarse que es conocida la ancestral solidaridad entre marinos, sobre todo cuando el mar atrapa a uno de ellos de mala manera” (…) “Nada, sin embargo, puede eclipsar el hecho de que el submarino argentino estaba condenado desde el primer momento” (…) “Nunca es bueno para un gobierno verse en la obligación de dar malas novedades. Mucho más cuando se trata de la vida de argentinos que estaban desempeñando tareas difíciles en cumplimiento de su deber. La Armada deberá confirmar ahora que el submarino salió del puerto de Ushuaia, que fue el último que tocó, en excelentes condiciones técnicas. Forma parte de una auditoría imprescindible para conocer si la tragedia fue un hecho desgraciado y fortuito o si hubo responsabilidades de los mandos militares” (…) “No obstante, es poco, probable que el gobierno deba pagar un precio político por la tragedia. ¿Qué responsabilidad puede tener la administración política del país en el accidente de un submarino que está bajo la disciplina militar?” (…) “Con la misma vara debe medirse la gestión de Cristina Kirchner, aunque ella es rehén de sus propias palabras. Treinta años más de vida le auguró al submarino hace apenas tres años, cuando como presidenta lo lanzó al mar después de un reacomodamiento general” (…) “En lo que importa, según fuentes oficiales, el submarino fue reparado con la asistencia de técnicos alemanes y los repuestos que le pusieron fueron todos importados de Alemania. Con esa asistencia y con esos repuestos, los astilleros argentinos están en condiciones de hacer bien su trabajo. Esto es lo que pasó con el submarino San Juan, lo que no exculpa a la anterior administración del abandono, el desfinanciamiento y la falta de política para las Fuerzas Armadas” (…) “La desaparición del submarino provocó una notable conmoción social. El ingrato resultado de su búsqueda tendió ayer un manto de tristeza sobre vastos sectores sociales. Una sociedad en ese estado tampoco es buena para ningún gobierno, aunque nadie haya objetado directamente a la administración de Macri” (…) “Funcionarios que lo frecuentan aseguran que el problema del submarino lo tuvo especialmente angustiado en los últimos días, sobre todo después de que habló con los familiares de la tripulación” (…) “El kirchnerismo se calló sobre un conflicto público por primera vez desde que Macri es presidente. Teme que alguien recuerde que la última presidenta que reparó el submarino fue su jefa política. El gobierno también guardó silencio. ¿Qué puede decir cuando no hay una sola prueba visible o tangible que confirme lo único que estaría en condiciones de decir? Eso que puede decir es sólo el anuncio formal de la conclusión de todas las cosas. Tal vez una foto del submarino definitivamente tendido en el lecho del océano podría certificar el final del monumental operativo de rescate. Y de cualquier esperanza”.

Escribió Botana: “La palabra “centro”, de antiguo linaje en las democracias, se ha puesto de moda en el lenguaje de protagonistas y observadores. Unos hablan de la emergencia de un nuevo centro político al calor del éxito electoral de Cambiemos; otros recuerdan el papel histórico que le cupo al radicalismo como encarnación de un centro democrático que ahora podría renacer en una novedosa coalición; en fin, aquellos dispuestos a transformar al peronismo con mejores aires subrayan la condición centrista de un movimiento poco proclive a caer en el extremismo” (…) “Desde donde se lo mire, el centro evoca un lugar y un estilo de hacer política. A partir de este dato, los caminos se separan en por lo menos tres direcciones. Primero, el concepto alude a una línea recta o a un hemiciclo donde el centro se ubica entre los extremos de la derecha y la izquierda” (…) “En segundo lugar, el centro traduce una actitud que impulsa al gobierno y a la oposición a coincidir en torno a un núcleo de políticas de Estado. En tercer lugar el centro, como creía Bolívar del Poder Ejecutivo, es como el sol de una constelación que naturalmente incluye un conjunto de planetas partidarios que giran alrededor de este” (…) “El primer camino tiene un sinnúmero de referentes. En estos días lo ilustran las elecciones en Chile, el domingo pasado” (…) “El segundo camino presentaría la imagen de un arco moderado capaz de abarcar al oficialismo y a la oposición en un proyecto de reformas y acuerdos. Obviamente, esto es lo que estamos dirimiendo en estas semanas mediante complicadas negociaciones que comprenden al oficialismo, a los gobernadores de provincia, al Congreso y al poder sindical. El tercer camino, en fin, es la gran tentación latinoamericana. De acuerdo con esta traza, el centro no sería un lugar moderado entre extremos, donde se discute y se acuerda, sino una estrella de la que dependen el control y la subsistencia de un régimen político” (…) “Este mapa o geografía del poder está hoy presente entre nosotros. Por un lado, tras el triunfo de Cambiemos, no faltan voces que proclaman un cambio de época en el país con la configuración en el país de un nuevo centro capaz de doblegar al peronismo y de mantener, en circunstancias poco propicias, una oferta consistente de gobernabilidad” (…) “En vista del modo como se han distribuido las preferencias electorales y del carácter que hoy reviste nuestro sistema representativo en el orden federal y en el Congreso, no parece que haya condiciones para internarse en otra aventura hegemónica. No está en el ánimo de los gobernantes que apuestan a favor de una reconstrucción republicana y tampoco resulta atractivo imaginar hegemonías cuando estas se han confundido con una trampa corrupta edificada sobre la mentira” (…) “Queda pendiente, por consiguiente, el recorrido del camino del centro que consiste en recrear dos grandes formaciones políticas con capacidad para pactar y superar los obstáculos que vienen bloqueando desde hace décadas nuestro desarrollo” (…) “En este sentido, tan decisiva es la consolidación de Cambiemos como la reconstrucción de un peronismo capaz de renovar su oferta de gobernabilidad. Aun cuando venía de ocho años de gobierno en la ciudad de Buenos Aires y habiendo incorporado en su seno partidos y liderazgos tradicionales, Cambiemos entendió que sin una propuesta de renovación creíble la política carece de atractivo y confiabilidad” (…) “Estos cambios de estilo no suprimirán el conflicto y la contestación. Un rasgo típico de la tradición centrista es que a menudo ha sufrido, en mayor o menor grado, la impugnación de los extremos. En la actualidad, esas corrientes de rechazo no han desaparecido. Son voces que, en la vena de populismos y nacionalismos, cuestionan legados establecidos, obtienen apoyo popular y rememoran mejores tiempos” (…) “Nuestro sistema representativo estaría por tanto a las puertas de reconstruir un campo de racionalidad pública siempre que una porción mayoritaria de legisladores pueda orientar las demandas de renovación que sacuden a las democracias. Para ello es imprescindible que pueda echar raíces una legitimidad de resultados económicos y sociales. Si estos se desvanecen, la renovación fracasa. Este sería el lugar de un nuevo centro político, plural y responsable; lo que se ensayó en el país y no pudo consumarse y que ahora explora un posible replanteo”.

En su edición del 23 de noviembre, Página/12 publicó artículos de Werner Pertot (“El oleaje político del ARA San Juan”) y Federico Kucher (“Apuesta al crédito externo”).

Escribió Pertot: “En la Casa Rosada reina la expectativa: los macristas se guardan las resoluciones políticas para después de conocer la suerte del submarino ARA San Juan. Eso no privó al presidente Mauricio Macri de recriminar e interrogar tanto a los militares como a funcionarios sobre las tareas de búsqueda en un encuentro que tuvo en el Edificio Libertad. Según señalan fuentes de la UCR, parte de la explicación de lo ocurrido está en la decisión de colocar frente al ministerio de Defensa a Oscar Aguad, un hombre que, según señalan, “no sabe nada de defensa y su equipo, tampoco” (…) “A pocos meses de haber desembarcado en el ministerio de Defensa, Aguad está en llamas con los marinos: les cuestiona haberse enterado por los medios de la desaparición del submarino y haber tenido que retornar de apuro de un viaje que hacía a Canadá. Además, se han posado sobre él los ojos del presidente y no precisamente de la forma más cariñosa” (…) “No obstante, hasta ahora Macri viene dando señales de que busca cuidar a Aguad ante la opinión pública: lo corrió de la comunicación cotidiana de la falta de novedades y dejó que se ocupe el vocero de la Armada. Una señal, suponen en el oficialismo, de que el jefe de la Armada será el fusible si se confirman los peores pronósticos” (…) “Aguad está ahí por un favor político que le hace Macri. No entiende nada de Defensa. Y su equipo tampoco”, indicó a este diario un dirigente que conoce bien el ministerio. “La que verdaderamente maneja ese ministerio es Graciela Villata (secretaria de Servicios Logísticos), a la que trajo de Córdoba. El secretario de Asuntos militares, Horacio Chighizola, tampoco tiene la más mínima idea. No son gente que se haya formado para esto”, indica. La idea de Macri al ubicar a Aguad en ese ministerio no era llevar a un radical experto en el tema, sino a alguien que esté dispuesto a cumplir otro objetivo del presidente: “Lo ponen por esta idea de combatir el narcotráfico con las Fuerzas Armadas. Hay algo que no se está diciendo: ninguna de las tres fuerzas quiere. La experiencia internacional indica que eso termina siendo un desastre”, señala un dirigente de Cambiemos” (…) “Quieren hacer un ajuste feroz en las fuerzas. El vice jefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, ya lo anunció en el ministerio en junio. Estos creen que arreglan todo con una planilla de Excel”, indicó un hombre que conoce de adentro la situación del ministerio” (…) “Todos coinciden en que Aguad no dejará el cargo por esta crisis. “No es un ministro radical: es un amigo de Macri”, señalan en la UCR. Sí podría pagar el costo el jefe de la Armada. Aguad ya tenía previsto un cambio de las cúpulas de las fuerzas armadas a fin de año, con el objetivo de reemplazarlas por otras que estén más consustanciadas con la idea de involucrarse en la lucha contre el terrorismo y el narcotráfico. “Aguad lo tenía pensado antes de que ocurriera lo del submarino”, indican en el oficialismo. Srur podría ser el fusible perfecto para que Aguad siga en el cargo”.

Escribió Kucher: “La deuda pública del país se ubicó en 293.789 millones de dólares en junio de este año. Así lo informó ayer el Ministerio de Finanzas a cargo de Luis Caputo. Estos pasivos, que tienen en cuenta el endeudamiento tanto con inversores extranjeros como locales, se ubicaban en 275.446 millones de dólares en 2016 y en 240.665 millones en 2015. La deuda jugó un rol central en el modelo financiero de los últimos dos años, permitiendo compensar el déficit de las cuentas externas, financiar la salida de capitales y cubrir el rojo de las cuentas fiscales. La estrategia de endeudamiento, sin embargo, no consiguió hasta ahora resolver problemas estructurales de la economía como la falta de diversidad de las exportaciones o la tendencia a dolarizarse de los argentinos” (…) “El Ministerio de Finanzas presentó ayer un informe sobre la evolución de los pasivos del sector público, que ofrece una clara radiografía de cómo se compone la deuda de la Argentina. Del stock de 293 mil millones de dólares, unos 116 mil millones de dólares se le deben al sector privado, al tiempo que 27 mil millones de dólares se adeudan a los organismos internacionales y unos 149 mil millones son deudas intra sector público. En total, los pasivos estatales ya representan el 53,7 por ciento del Producto Bruto Interno, una cifra que era de 38,9 por ciento en 2010 y de 80,5 por ciento en 2005” (…) “Uno de los datos más relevantes del informe de la cartera de Luis Caputo es cómo se reparte la deuda en función de la moneda en que se emitió. Al cierre del primer semestre de este año, la deuda emitida en moneda extranjera (principalmente en dólares) sumó una cifra equivalente al 36,3 por ciento del PBI. El monto era de 24,8 por ciento en 2010 y de 47,5 por ciento en 2005. Esto implica que no sólo aumentó la cantidad de pasivos del país sino que es cada vez más riesgoso, puesto que lo que debe devolverse en dólares representa una porción más importante del total de la deuda” (…) “Otro elemento para observar la vulnerabilidad de la economía por la suba de la deuda es la legislación en la que se encuentran emitidos los títulos públicos. El stock de bonos del tesoro con el sector privado suma más de 110 mil millones de dólares. De ese total, un 49 por ciento se encuentra emitido bajo Ley Extranjera, en particular, con legislación de las plazas de Nueva York y de Londres. Esto provoca tensiones porque el país no tiene margen de maniobra para responder ante litigios que se realizan en el extranjero y puede enfrentar nuevas situaciones como la de los fondos buitre” (…) “El perfil del vencimiento de los pasivos es un último factor de tensiones. La mayoría de los pagos de intereses y capital se concentran en los próximos años. Del stock de pasivos totales de más de 290 mil millones de dólares, el 25,8 por ciento vence entre 2017 y 2018 y el 32,6 por ciento entre 2019 y 2023. A su vez, el 31,2 por ciento se debe cancelar entre 2024 y 2033, al tiempo que el 10,4 por ciento tiene vencimiento pactado entre 2034 y 2089. Debe contemplarse además la emisión del bono a 100 años que tiene fecha de cancelación en 2117”.

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