Por Hernán Andrés Kruse.-

La boa constrictor se abalanza sobre su presa y comienza a asfixiarla sin piedad, aprovechándose de su enorme fortaleza. Pues bien, los fondos buitre actúan como una boa constrictor. Se abalanzan sobre la presa escogida, un país al borde del default, y lo exprimen para obtener pingües ganancias. El gobierno de Alberto Fernández se las está viendo, qué duda cabe, con un poderoso adversario. Porque estos fondos de inversión no están solos. Actúan como lo hacen porque cuentan con un respaldo colosal, nada más y nada menos que el gobierno de los Estados Unidos, especialmente si el presidente es del partido republicano. En consecuencia, esta “negociación entre el gobierno nacional y los fondos buitre se asemeja a una pelea entre un peso mediano y un peso pesado. ¿Ello significa que la suerte de Alberto Fernández (y la de todos nosotros) está echada? No lo creo porque, tal como lo sostienen los entendidos en la materia, a nadie le conviene un default argentino. Pero antes de que llegue a un acuerdo los fondos buitre le harán ver a Alberto Fernández quién es el que manda. De aquí al 22 de este mes el gobierno nacional deberá asimilar varios golpes propinados por el peso pesado. Pero seguramente se mantendrá de pie y logrará enhebrar un acuerdo que se a lo más beneficioso posible para los argentinos.

Mientras tanto, el peso se sigue devaluando a ritmo vertiginoso. Hoy, miércoles 13, el dólar blue cerró a 133$. Ello significa que en 24 horas el verde incrementó su valor en 6$. Se trata de una devaluación monumental, gigantesca, que, si mi memoria no falla, ni siquiera tuvo lugar en los momentos de mayor zozobra durante el gobierno de Mauricio Macri. Antes de comenzar la cuarentena el valor del “dólar ilegal” no llegaba a los 90$. Dos meses después su valor aumentó más de 40 pesos. A ese escandaloso número asciende la devaluación desde el 20 de marzo a la fecha y ésa es, en realidad, la inflación acumulada durante este tiempo. Por eso resulta increíble que el Indec, tal como lo anunciaron los medios, esté a punto de anunciar una desaceleración del ritmo inflacionario. La historia económica de nuestro país enseña que cada vez que se produce una devaluación la inflación aumenta. En consecuencia, el número que está a punto de publicar el Indec es absolutamente falso.

Lo más alarmante es la reacción del presidente. Acaba de expresar (cuando el dólar trepó a los 127$) que no entendía los motivos de semejante devaluación y que todo se debía a los especuladores de siempre. Se desligó de toda responsabilidad, tal como lo hacía Macri. Pero su responsabilidad es muy grande ya que todo gobierno tiene la obligación de preservar el valor de su moneda.

A continuación paso a transcribir partes de un documento elaborado hace unos años por Santiago Fraschina, Santiago Gambaro, Gabriel Wolf y Gustavo Smith, titulado “Buenos muchachos: qué son y quiénes representan a los fondos buitre”.

¿Qué son los fondos buitres?

Tradicionalmente se conoce como «fondos buitre» a organizaciones que operan en las economías de todo el mundo detectando una deuda impaga y saldándola ante el acreedor. Luego de ese paso inicial presionan al deudor para forzarlo a pagar sumas más elevadas que la deuda original, incluso bajo amenaza de llevarlo ante un tribunal. Son fondos especuladores que compran a precio módico deuda de países pobres en problemas económicos y financieros con el propósito de entablar procedimientos judiciales para obtener sumas considerablemente mayores a la deuda original. En el sistema financiero internacional, cuando un país tiene problemas económicos y se presume que la situación tiende a desmejorar, sus bonos y emisiones de deuda pierden valor en el mercado, generando la necesidad de los bonistas o tenedores de aquello títulos de desprenderse de ellos a bajos precios. Precisamente en ese momento aparecen los fondos buitre comprando aquellos títulos. Esta situación se dio en América Latina a partir de las crisis financieras de fines de los ’90 y particularmente con el default argentino de 2001, pero también ocurrió en muchos países de África y actualmente en algunos europeos, como por ejemplo Grecia. Los fondos buitres, entonces, actúan como aves rapaces, de allí su denominación. No abandonan la vigilia hasta comerse los despojos, en este caso persiguiendo obstinadamente cobrar el valor nominal de bonos más cuantiosos intereses sobre deudas compradas por centavos, generalmente a países en desarrollo que sufren o sufrieron crisis económicas agudas. Hoy en día son muchos los países del mundo que se encuentran en esta situación, actuando los fondos buitre sobre ellos de manera ofensiva. En este sentido, recientemente, Liberia, Zambia, Congo, Perú, Ecuador y Argentina fueron objetos de demandas presentadas por estos grupos, tal como veremos más adelante en este trabajo. Sin embargo, como decíamos, los fondos buitres no distinguen entre países ricos y países pobres ya que actualmente han adquirido bonos de la deuda griega especulando con un posible default del país para comenzar a accionar. Así es que proceden frente a aquellos países que ofrecen reestructuraciones de deuda y de la mano de aquellos que no aceptaron los diferentes canjes con el objetivo final de -en virtud de la capacidad económica que disponen para hacer frente el tiempo necesario para estas soluciones- poder efectivizar el cobro de la deuda original sumados sus intereses. El accionar de estos grupos, cuyos domicilios tienden a ser paraísos fiscales cuando no se encuentran en territorio norteamericano o inglés, es duramente criticado a nivel internacional. Incluso hay proyectos de ley que tienden a preservar patrimonios y regular su procedimiento en el Parlamento inglés y norteamericano. En el caso de Bélgica también, ya que después de haber sido este mismo país víctima de un fondo buitre, al arrebatarle casi 12 millones de euros de la cooperación al desarrollo en Congo ha abierto el camino con la adopción, en enero de 2008, de una ley que tiene como artículo único una disposición clara para luchar contra estos fondos: «Las sumas y bienes destinados a la cooperación internacional belga, así como las sumas y bienes destinados a la ayuda pública belga al desarrollo -y las demás que conciernen a la cooperación internacional belga-, son inembargables e intransmisibles».

Como vemos, pues, los fondos buitre actúan de manera inmoral. La Fragata Libertad, buque escuela argentino, o el dinero de la cooperación internacional para un país necesitado son pasibles de embargo ante ese accionar. Estos grupos viven entonces de invertir con altos riesgos amparándose a su vez en legislaciones que protegen inversiones y, como generalmente se trata de inversores con domicilio en Estados Unidos, realizan una política de lobby en el Ejecutivo, pidiendo sanciones oficiales, y en el Parlamento, buscando la sanción de leyes que permitan su accionar o impidiendo la sanción de aquellas que juzgan su desempeño, alegando que el país deudor no cumple sus compromisos frente a “ciudadanos” y “contribuyentes” americanos. También estos fondos buitre operan buscando juzgados afines, como el del juez Thomas Griesa en Nueva York. Y cuando no operan a nivel local en Estados Unidos a partir de todos estos estamentos encuentran en organismos como el CIADI un ámbito de presión de carácter internacional. Efectivamente el CIADI, un tribunal arbitral creado en 1965 con sede en Washington y dependiente del Banco Mundial, se dedica a resolver controversias entre países e inversores extranjeros, pero básicamente pretende dar garantías a los inversores frente a las “arbitrariedades” de los gobiernos de los países que reciben estas inversiones. De esta manera, se transforma en el reflejo legal del concepto de seguridad jurídica. Es que el CIADI funcionó desde la crisis como un gendarme de los intereses de las multinacionales y no como un árbitro imparcial para dirimir diferencias sobre inversiones extranjeras. Por ejemplo, de los 123 juicios que seguía en 2008, 122 eran de empresas contra Estados y sólo uno de un Estado contra una empresa. Y de ese total, la mitad correspondían a demandas contra naciones latinoamericanas. En este sentido, nuestro país posee una particular situación ante este organismo, dado que resulta ser la nación más demandada en el mundo ante el CIADI, con 49 casos.

¿Quiénes están detrás de los Fondos Buitres?

Los principales ‘holds out’’ (fondos buitres) que vienen intentando carroñar sobre los bonos de deuda Argentina comprando por poco para intentar cobrar por millones pueden ser identificados en dos grandes fondos financieros. Uno de ellos es el denominado NML Capital y es el fondo que logró el embargo de la Fragata Libertad, demorada en el Puerto del país africano de Ghana. Su representante más visible del mismo es un tal Paul Singer. Este personaje de la finanzas de Estados Unidos suele constituir fondos de inversión “de riesgo”, como es el caso de NML Capital y otras firmas creadas ad hoc para litigar en estos temas”. Su accionar es comprar deudas de naciones de economías agonizantes, por valores muy bajos, para luego recurrir a los tribunales a fin de exigir el pago del valor nominal de un título que, en realidad, posee una valuación real de un 10 por ciento o menos. En el caso específico de este fondo, le exige a la Argentina el pago por “deudas” de 650 millones de dólares, por los cuales en realidad pago bonos en default por un décimo de su valor. Sin embargo, Paul Singer, mientras lleva a cabo estos trabajos ‘sucios, al mismo tiempo, mantiene por separado el fondo Elliott Management, que posee un gran prestigio financiero en Wall Street y que actualmente maneja unos 12 mil millones de dólares. Su fama en ese entorno financiero surgió como consecuencia de la buena previsión que tuvo Singer con los productos financieros “derivados” que provocaron la gran crisis de 2008 en los Estados Unidos y que él supo anticipar. Sus antecedentes en el mercado de los holds out (fondos buitres) también son amplios: compró por monedas deudas soberanas próximas al default en Perú en 1995 (se estima que pagó 5 millones de dólares títulos de valor nominal por 20 millones y luego de sucesivos juicios cobró 58 millones). También atacó a Congo-Brazzaville (se hizo de deuda de valor nominal por 32,6 millones de dólares pagando sólo 2,3 millones y se llevó más de 100 millones en los tribunales británicos, incluso con exportaciones de petróleo del país africano). A nivel empresas, intervino en el intento de bloquear con ánimo chantajista ciertas fusiones y adquisiciones, como es el caso de la compra de la mayoría de acciones de la alemana Wella por la estadounidense Procter & Gamble, comprando un puñado de acciones que quiso cobrar a altísimo valor a cambio de no oponerse a la OPA (Oferta Pública de Adquisición).

Sin embargo, en esta oportunidad un tribunal alemán se opuso a dicho accionar y el fondo buitre debió huir. Lo más relevante de Paul Singer, no solo es su perversa intervención sobre los países que se encuentran en problemas financieros, sino la modalidad con la que opera en el terreno político, principalmente, en la esfera política de Estados Unidos En los ’90, resultó ser el principal financista de la campaña del alcalde neoyorquino republicano Rudolph Giuliani, al que acompañó también en su precandidatura presidencial. También es el mayor donante de la policía de Nueva York. De este modo, queda en evidencia que Singer es uno de los mayores financistas del Partido Republicano por lo que sus lazos políticos y financieros son claros. A tal punto, que por estos días está registrado como uno de los pocos donantes de la cifra máxima de un millón de dólares a la campaña del precandidato Mitt Romney en las próximas elecciones presidenciales de noviembre de 2012. También, ha donado dinero al gobernador de Nueva 8 Jersey, Chris Cristy, y al senador estrella de Florida, Marco Rubio, ambos considerados posibles candidatos a vicepresidente en cualquier fórmula republicana. Otros vínculos relevantes en el ámbito político es a través del financiamiento de think-tanks (usinas de pensamiento) conservadores como el Manhattan Institute, que él mismo preside, el Hudson Institute, de Washington DC, y en especial, la revista cofundadora del movimiento ‘neocon’ Commentary Magazine, cuyo director emérito es el conocido ideólogo Norman Phodoretz, un acérrimo enemigo del presidente Barack Obama y suegro del “halcón” Elliot Abrahms; quien fue responsable del área de Derechos Humanos del ex presidente Ronald Reagan y, en su momento, reconoció que su país estaba al tanto de Plan Sistemático de apropiación de bebés por parte de la última dictadura.

GREENaP-cdi.mecon.gov.ar

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