Por Juan Manuel Otero.-

Eufórico se lo veía al Secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Licenciado Claudio Avruj, exhibiendo los papers de “documentos desclasificados” entregados por el Gobierno de Estados Unidos sobre el “accionar represivo” de la última dictadura militar. La documentación comprende desde 1977 a 1982…

Con sólo ver el quinquenio que ofrecen se comprende la nueva burla que sufrimos los argentinos… La HISTORIA TUERTA y los Derechos Humanos para los terroristas siguen más vivos que nunca.

Con esta farsa pretenden hacernos creer que una fresca mañana de otoño, un grupo de militares, luego de desayunar planearon metódicamente el asesinato de miles de jovencitos que recorrían las calles de nuestra Patria divulgando el Evangelio… Y que no pararon hasta llegar a la eliminación de 30.000 inocentes… recién ahí se dieron por satisfechos.

Eso es lo que pretende, ante el cobarde silencio de nuestras más altas autoridades, hacernos creer el Sr. Avruj.

Desconoce tal vez, o se hace el ignorante, que ya en los ’60, los “jóvenes idealistas” comenzaron su cruel cacería humana asesinando inocentes en su peregrina idea de tomar el poder.

(“Creo que para lograr la Patria Socialista vamos a tener que matar a no menos de un millón de personas”. Carta de Mario Roberto Santucho a su Hermano Asdrúbal, capitán del ERP).

Ante tan grave situación social, en Mayo de 1971 por Ley 19.053 se creó la Cámara Federal en lo Penal de la Nación para el juzgamiento de los delitos guerrilleros, crímenes hasta entonces desconocidos en nuestra legislación. Se logró así una justicia ágil y de excelencia adelantada en el tiempo a las similares de España por crímenes de la ETA y las BRIGADAS ROJAS de Italia.

(“Los pueblos tenemos el derecho a la violencia si queremos una revolución. Ya lo dijo Fidel: una revolución sin armas no es una revolución, es una cagada. El pueblo estará feliz cuando la revolución esté en marcha.” Hebe de Bonafini)

Bajo este novedoso sistema judicial se juzgaron con rapidez y eficacia, los crímenes terroristas que tenían por fin destruir las instituciones de la República, alentados y entrenados por Cuba, la URSS y satélites soviéticos y financiados con el producto de robos, desfalcos y secuestros.

La Cámara estaba compuesta de tres Salas conformadas por tres jueces y un secretario cada una, además de personal judicial. Ante ellas actuarían tres fiscales. No había “desaparecidos”, todos eran juzgados bajo absolutas garantías de defensa en juicio.

(“El 17 de junio volví a entrar a la casa. A las 18:40 horas pedí permiso para ir al baño donde puse en marcha el mecanismo de tiempo de la bomba. Después entré al dormitorio de los padres de María Graciela y la coloqué debajo de la cama, del lado que ocuparía el Jefe de Policía. Pero al salir volví sobre mis pasos y la corrí un poco hasta ubicarla justo donde apoyaría la cabeza; a ver si todavía fallaba!”, Ana María González, 18 años, terrorista montonera, al relatar a una revista española el asesinato del General Cesáreo Cardozo.)

Desde su creación en julio de 1971 hasta mayo de 1973 se dictaron casi 600 sentencias condenatorias y otras tantas absolutorias. Al 25 de Mayo de 1973 a la noche había 500 detenidos esperando su resolución.

Ese mismo día había asumido la primera magistratura el odontólogo Héctor J. Cámpora quien no tuvo mejor ocurrencia que encargar a su flamante Ministro del Interior, el joven Dr. Righi -a la sazón novio de su propio hijo- para que abra las puertas del penal de Devoto, libere a todos los allí encarcelados y les devuelva armas y “status” cívico.

Y ahí mismo se abrieron las puertas del infierno.

Su mandato duró un mes y medio y el propio General Perón que lo había designado como su sucesor, debió -viejo y enfermo- volver a la Patria, echarlo a patadas en el culo, llamar a elecciones y alentar a las fuerzas armadas a combatir a los asesinos, terroristas traidores a la Patria

Señor Secretario Claudio Avruj, ¿desea Ud. que le recuerde lo que sucedió a continuación?

No hará falta recurrir a documentos desclasificados de Estados Unidos, y usted lo sabe muy bien, pese a la hipócrita postura que asume.

Espero su respuesta…

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