Por Alfredo Nobre Leite.-

Considero inaceptable que los dirigentes de la CGT, Juna Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña coaccionen al presidente Mauricio Macri que si el 12 del actual no tienen respuesta a sus exigencia de un bono a todos los empleados privados y públicos, como la exención del aguinaldo del impuesto a las Ganancias y mayor asistencia para jubilados y pobres, en cuyo caso el jefe de Gobierno sufriría el primer paro general.

Para esos sedicentes dirigentes, que no mencionan un aumento de productividad que justifique dicho bono, que pesará sobre el gasto público y el déficit fiscal, parecen desconocer -estarían en otro país durante el interregno kirchnerista- el estado calamitoso del país fundido, las cuentas públicas desbalanceadas, con un inflación anual del 30%, en estanflación durante cinco años, aumento de desocupación, sin reservas internacionales en el Banco Central que fueron «comidas» por el kirchnerismo para mostrar una falsa imagen de consumo, mientras el país de hundía en el desastre económico por las tropelías cometidas.

Nada se resuelve señores sindicalistas en 10 meses tras 12 años y medio de despilfarro, latrocinio, a pesar de que hasta 2008 sopló viento de cola y hubo ingresos fenomenales por las exportaciones de commodities que se esfumaron en el aires. Lo que tienen que hacer esos personajes es reclamar a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner dónde fueron a para esos ingresos extraordinarios de recursos, al tiempo que nos legaba el 30% de pobres, unas 12 millones de personas con necesidades insatisfechas.

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