Por Luis Américo Illuminati.-

Postal y metáfora oscurantista del kirchnerismo para todos los argentinos, de todos los sectores es el multiapagón que sufre la Ciudad de Buenos Aires y otros puntos. Con los intensos calores reinantes, la falta de electricidad (y agua) en muchas partes, el pasado temblor en Tucumán, la parafernalia de las vacunas antivirus y los canales de televisión abrumando todo el tiempo con el mismo tema, la gente desesperada por salir de su casa para «vacacionar» y los jóvenes agolpándose en multitud en las playas, uno recuerda a Amelita Baltar cuando a fines de la década de los 60 cantaba «Balada para un loco», hoy tendría que modificar la letra y cantar: «Ya sé que están piantaos, piantaos, piantaos…»

En fin… roguemos que pase pronto este tumultuoso mes de Enero, pues ya se sabe que en la Argentina los caranchos y los buitres se comen a las golondrinas en enero. ¿El infierno ha llegado como lo anunció Discepolín en su triste Cambalache cuando escribió «allá en el horno se «vamo’ a encontrar»? Esta ígnea metáfora del horno se ajusta a la actual coyuntura donde CABA con altas temperaturas y sin electricidad es un verdadero Infierno. La vocera Cerruti salió a recordarle a Macri el apagón del Día del Padre del 2019 como si esa circunstancia los eximiera a ellos del desbarajuste general de la República. La claridad es precisamente lo que les falta a todas luces. Los damnificados directos del apagón se preguntan agobiados quién es el responsable -mejor dicho el irresponsable sátrapa- que tiene a cargo los temas energéticos en la Argentina. El incordio de cortarle la luz a la Ciudad de Buenos Aires no sucedía con tanta frecuencia hace tres años…y ahora vuelve a suceder acorde a la «revolución ideológica-técnológica» que lleva adelante el gobierno «K» del insólito Alberto Fernández quien en su negativa de pagar lo que se adeuda al FMI, encarna a las mil maravillas aquella irónica frase de Oscar Wilde: «No me importa si me escuchan lo que digo porque soy tan inteligente que la mayoría de las veces ni yo mismo entiendo lo que digo». Asimismo, la impericia del gobierno para normalizar el sumimistro de energía eléctrica no se justifica con la excusa de que estamos en verano… Y si acaso fuese un vil «método de ablande» proveniente de un oscuro resentimiento tendiente a borrar a la clase media del país, empeñadas las primeras espadas del gobierno en lastimarla y hacerla vivir arrodillada, no les va a dar resultado porque vayan sabiendo que, con luz o sin ella, los argentinos hartos del descalabro general, tienen bien en claro que arrodillados… sólo ante Dios! Señores funcionarios de la electricidad ¡Qué los grupos electrógenos no les colapsen!

Share