Por Oscar Edgardo García.-

La historia que nos tocó vivir verdaderamente a todos los argentinos durante los años 70 no es precisamente la que proyecta ficticia y elusivamente la película Argentina 1985 que ha sido galardonada y distinguida por la crítica cinematográfica, que juzga al film y a sus actores pero que no abre juicio sobre la realidad de los hechos porque no tiene la obligación de hacerlo.

No puede ignorarse que al comienzo de los años 70 los subversivos terroristas, con entrenamiento recibido en el extranjero principalmente en La Habana y Moscú, bajo un sistemático plan guerrillero y dotados con moderno y poderoso armamento de todo tipo generaron una situación caótica en el país llevando a cabo asesinatos y secuestros en procura de imponer el comunismo, sin miramientos y aún a costa del derramamiento de sangre de personas inocentes.

Ello motivó a que las Fuerzas Armadas, por imperio de las órdenes de un gobierno peronista democrático y con la anuencia del pueblo, se vieran obligadas a salir a combatir a los guerrilleros para salvar al país del caos, los crímenes, los atentados a personas y edificios y el comunismo.

Posteriormente, la CONADEP tuvo a su cargo la confección del inventario de las presuntas víctimas y los terroristas sobrevivientes que habían huído cobardemente del país regresaron para ser beneficiados con importantes indemnizaciones económicas y con cargos públicos.

Asimismo, los herederos o descendientes de los subversivos muertos o “desaparecidos” recibieron significativas compensaciones dinerarias, circunstancias ambas que no registra antecedentes iguales en ningún otro país del universo.

El argumento de la película omite todos estos hechos y muchas otras consideraciones por lo que está lejos de cumplir con objetivos históricos, quizás porque sus noveles guionistas no experimentaron personalmente el caos del terrorismo y las razones que originaron su represión por las Fuerzas Militares en defensa de la Patria y han limitado su fuente de información al falaz relato del kirchnerismo para elaborar la trama del film.

Sus justificadas razones debe tener el Doctor Julián Strassera, abogado e hijo del Fiscal Julio, para afirmar que «el peronismo se quiere apropiar de la película y en aquel momento fue absolutamente funcional a los genocidas», así como también para asegurar que «los dirigentes justicialistas no quisieron integrar la CONADEP ni apoyaron el juicio de ninguna manera», resaltando que «no hicieron nada a favor de que se esclarecieran los hechos que ocurrieron durante la dictadura militar».

Memoria, verdad y justicia en todos los órdenes es lo que es imprescindible instaurar en este país para lograr un futuro pacífico, esperanzador y sin grietas que impidan su desarrollo.

Oscar Edgardo García
osedgar@yahoo.com

Jorge Joaquín Martínez
jorgejoaquinmartinez@gmail.com

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