Por Rodolfo Patricio Florido.-

Los argentinos trabajamos más de 200 días del año para pagar impuestos. Vamos a mostrar y demostrar que, antes y ahora, nuestro país es extremadamente proteccionista y deposita una carga tributaria exagerada sobre todos los argentinos. El supuesto liberalismo o neoliberalismo tantas veces declamado como causal de las desgracias nacionales, es una falacia, una mentira. La realidad es que, así como en el artículo 1 de la Constitución Italiana dice que Italia se funda en el Trabajo, en nuestra Constitución real, el artículo 1 debería decir que Argentina se funda en una recaudación enajenante.

Lo cierto y concreto es que tenemos una de las cinco economías más cerradas del mundo, somos uno de los países con más presión tributaria y ninguna de las obligaciones constitucionales del Estado es satisfecha. Seguridad, Educación y Salud, son un desastre. ALGO ESTAMOS HACIENDO MUY MAL. Y, encima, a muchos, no se les ocurre mejor respuesta que ampliar la presión tributaria y cerrar más la economía. Esto es tan absurdo como pensar que si a un cuerpo con 40 grados de fiebre lo llevamos a 45 grados, va a mejorar.

La situación es tan ridícula que provincias con similares si no idénticas conformaciones, como son Chubut y Santa Cruz. Una está ordenada y el 50% de su población paga ganancias, mientras que la otra está absolutamente quebrada, deben meses de sueldo y piden dinero al gobierno nacional mientras no se cansan de nombrar nuevos empleados públicos y reciclar funcionarios nacionales del gobierno pasado en múltiples cargos creados para pagarles sueldos superiores a los 100 mil pesos. ALGO ESTAMOS HACIENDO MUY MAL

Al 13 de noviembre del 2016 las exportaciones de Argentina representan el 11,1% del tamaño de su economía. Hay sólo ocho países en el mundo con una participación de sus exportaciones en el PBI más baja que Argentina; estos son: Sudan, Burundi, Afganistán, República Centroafricana, Sudan del Sur, Etiopía, Paquistán y Kiribati. Los nombres eximen los comentarios.

Los datos duros, salen de un ranking que Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI (Desarrollo de Negocios Internacionales), elaboró a partir de cifras del Banco Mundial. «La Argentina es una de las cinco economías más cerradas del mundo», dice Elizondo tomando en cuenta la participación de importaciones y exportaciones en el PBI. Lo más llamativo es que el propio Elizondo es una figura muy importante para el Presidente de la República. http://www.lanacion.com.ar/1854052-marcelo-elizondo-el-encargado-de-macri-para-atraer-dolares-de-inversiones-y-del-aumento-de-las-exportaciones

El país exporta hoy el mismo volumen de productos que hace diez años luego del pico 2010-2011. Según el Banco Mundial, las exportaciones eran 18,8% del PBI en 2010 pero entonces comenzaron a caer y en 2014 descendieron a 14,3%. En 2015 equivalieron a 11,1%. La Argentina en los últimos años redujo su inserción en el comercio internacional. En 2010 las ventas externas eran 0,46% de las exportaciones globales. En 2015 fueron 0,35%.

Argentina es la economía más cerrada de Sudamérica. Hay distintas explicaciones sobre por qué la economía Argentina es más cerrada que en otros países. Una sostiene que si el Gobierno abriera las fronteras con el dólar a $16, los sectores sensibles no podrían competir. Otra dice que el problema es la estructura impositiva y la falta de infraestructura.

Elizondo en su informe marca que las economías cerradas no son las que más reciben Inversiones Extranjeras Directas (IED) como el Gobierno aspira o dice que desea recibir.

«Los principales receptores de IED en el mundo son países que ingresan en una de tres posibles categorías: son grandes economías por el tamaño de su mercado, grandes exportadores o importadores en términos absolutos, o países con un grado elevado de integración internacional». Corresponden a las primeras dos categorías Estados Unidos, China o la Unión Europea y a la tercera Malasia, México o Sudáfrica. «Argentina tendrá que aumentar su participación de exportaciones e importaciones para ingresar en la lista de beneficiarios de IED».

«El país firmó acuerdos comerciales con países que representan sólo el 10% del PBI global mientras que Chile se asoció a economías que manejan el 90% de la producción global», explica Miguel Kiguel Director Ejecutivo de la consultora de economía argentina EconViews. «Esto significa que por ejemplo vinos argentinos tienen que pagar impuestos en EE.UU. o Japón mientras que los chilenos no».

El Gobierno estima que las exportaciones este año serán u$s58.326 millones. Elizondo calcula que rondarán los u$s57.000 millones. En 2017 el Gobierno proyecta un aumento a U$S64.278 millones.

Dejemos entonces la ficción. Uno de los problemas de la economía es precisamente la descomunal presión tributaria sobre los argentinos que trabajan en blanco. Más del 50% del precio de un automóvil se conforma por impuestos. El 40% del precio de los comestibles también corresponde a impuestos. Una persona que trabaja en blanco termina entregándole al Estado más del 50% de sus ingresos en impuestos directos e indirectos. El Gobierno sabe que ninguna economía funciona con semejante presencia estatal en el bolsillo de los ciudadanos, sean éstos empresarios o trabajadores.

Todos los sectores demuestran que todo esto es cierto. Un estudio de la UIA de diciembre del 2016 (Unión Industrial Argentina) señaló que en la Argentina los impuestos representan el 34% del PBI, diez puntos por encima de la región.

De acuerdo al documento la presión total en la Argentina, incluyendo las tasas de los municipios, llegó a fines de 2015 al 34% del PBI, un nivel similar al de los países más ricos del mundo, sin que las contraprestaciones del Estado en servicios e infraestructura sean comparables.

El estudio de la UIA explicó que la presión impositiva afecta al consumo y apuntala la inflación: un 40% del precio final de los alimentos son impuestos, en los combustibles la mitad del precio minorista son impuestos, al igual que en las bebidas cuyo valor al público se explica en un 50% por la carga impositiva. Es por eso que el anuncio del Ministro Dujovne sobre un nuevo modelo impositivo toma preponderancia. Si la presión tributaria disminuye, es posible que se incremente el consumo, crezca la producción y disminuya la inflación.

O sea, la presión tributaria es brutal en la argentina. Lo dice el gobierno, lo dicen las consultoras, lo dicen las entidades productivas y ahora también lo dice el informe Internacional del World Economic Forum que detectó que la carga impositiva en el país llega a borrar las ganancias corporativas y que es entonces la argentina uno de los países que integra la lista de las 19 naciones menos competitivas desde el punto de vista fiscal.

Para medir esto, el Foro utiliza la medición de «la tasa impositiva total» que calcula el Banco Mundial en base a la cantidad total de impuestos, en la que suma de cinco tipos diferentes de contribuciones que se pagan tras deducciones y exenciones. Estos impuestos son Ganancias o el impuesto sobre la renta; contribuciones sociales y laborales a cargo del empleador; impuestos sobre transmisiones patrimoniales; impuestos sobre el volumen de negocios, y otros pequeños impuestos. Es decir que se contemplan gravámenes que recaen sobre el empleador y no el empleado. En esta evaluación, Argentina encabeza el ránking de presión tributaria del World Economic Forum,

Así, según el criterio de análisis del informe del World Economic Forum, la tasa impositiva total alcanza el 137,3%. Asombrosamente es más del 100% de ganancias corporativas. El impuesto sobre el volumen de negocios (turnover tax) de las empresas por sí solo absorbe casi el 90% de los beneficios, antes de añadir impuestos sobre salarios y transacciones financieras.

Estudios comparados con otros países

Bolivia. La carga tributaria es 83,7%. El impuesto del 3% que aplica el país vecino sobre transacciones borra el 60% de las ganancias de las empresas, aún antes de tener en cuenta otros impuestos.

Tajikistán (80,9%). El país del Asia central tiene una tasa impositiva estatutaria del 2% sobre todo el volumen de ventas, que saca un pedazo significativo de las ganancias promedio de una empresa.

Colombia (75,4%). El gobierno de Juan Manuel Santos aplica un nuevo impuesto de riqueza que es el cuarto más alto en el mundo en su tipo, aunque en la tasa impositiva total Colombia es el tercer país de la región.

Argelia (72,7%). Tiene la tasa impositiva total más alta de cualquier país africano, aunque curiosamente, es casi la mitad que la tasa argentina.

Mauritania (71,3%). En 2013, esta nación africana, dependiente de la agricultura, estableció un impuesto deducido del salario del 15% para el movimiento de pagos a no residentes.

Brasil (69%). El año pasado la economía más grande de la América latina eliminó un impuesto del 20% sobre nóminas de negocios como parte de un esfuerzo del gobierno de Dilma para reformar su sistema fiscal.

República de Guinea (68,3%). La mayor parte de los impuestos a la renta de esta nación de África Occidental son pagados por un impuesto de tasa de interés fijo sobre el volumen de ventas declarado en el año anterior.

Francia (66,6%). Es el país con presión impositiva más elevada de Europa, aunque el gobierno de Francois Hollande haya prometido reformar el sistema con un recorte de impuestos a la renta.

Nicaragua (65,8%). En 2012 el Fondo Monetario Internacional (FMI) sugirió que el país centroamericano debería reducir su complejo sistema de impuesto a la renta.

Venezuela (65,5%). El gobierno bolivariano intentó consolidar un modelo alta presión fiscal a partir del dramático incremento de impuestos para la actividad de las petroleras extranjeras durante la presidencia de Hugo Chavez.

Italia (65,4%). La nación europea arrastra hace décadas una de las tasas impositivas más altas.

China (64,6%). Como muchos otros países a la lista, el gigante asiático optó por imponer algunos impuestos sobre el volumen de ventas de las empresas antes que sobre sus beneficios.

India (61,7%). El ministro de Finanzas hindú Arun Jaitley prometió reducir el nivel de impuesto a la renta en cinco puntos porcentuales, debajo del 25%, en un plazo de cuatro años.

España (58,2%). Aunque ocupa el tercer lugar en Europa en el listado de presión impositiva, aún se mantiene como un país con altas tarifas para concretar negocios.

Todos quieren su parte. Ranking de las provincias con mayor presión tributaria

Un estudio efectuado por el Iaraf (Instituto Argentino del Análisis Fiscal), muestra cómo durante los últimos dos años las alícuotas del Impuesto a los Ingresos Brutos sobre la actividad económica en general, y sobre algunos sectores en particular, vienen aumentando de manera considerable en varias jurisdicciones.

En los últimos años, un 74% de la recaudación propia de las provincias está explicada por el Impuesto a los Ingresos Brutos, frente a sólo un 9% que proviene del impuesto inmobiliario un 8% de Sellos, y un 6% del automotor (el 6% corresponde a otros tributos menores). Por el contrario, en el año 1998, el IIB representaba un 56% de los recursos tributarios propios de las provincias, es decir unos 18 puntos porcentuales menos.

Analizando la carga tributaria provincial sobre los principales grupos de actividades económicas, se advierte que el de la intermediación financiera (compuesto por bancos y seguros) es sobre el cual recae la mayor presión, que en promedio para todas las jurisdicciones asciende a un 3.3% de los ingresos. Le sigue el grupo de comercio, restaurantes y hoteles, con una carga del 2.5% sobre sus ventas. En el otro extremo, figuran el sector primario y la industria manufacturera (local) y construcción, con una presión del 0.6% y del 1%, respectivamente. Con relación a la industria, cabe destacar que es distinto el tratamiento tributario que este sector recibe, según si el contribuyente tienen una planta radicada en la provincia o no.

Las jurisdicciones que mayor carga tributaria promedio ejercen son Misiones y CABA, con un indicador del 2,9% y del 2.7%, respectivamente, sobre las ventas brutas netas de IVA. En el otro extremo, se ubican San Luis y Chubut (IIB Municipal) como los de menor presión sobre el promedio de la economía. En el caso particular de San Luis es importante aclarar que, si bien según la normativa aparece como la provincia con menor carga tributaria (producto de menores alícuotas y de la promoción a la industria local), en la práctica la provincia ha adoptado criterios restrictivos a los efectos de gozar de dichos beneficios, que han derivado en elevados niveles de tributación para ciertas empresas industriales.

En resumen, las provincias más pujantes y con mayor nivel de inversiones son aquellas con menor presión tributaria sobre sus sectores productivos.

Una buena noticia. Según el Gobierno se va a hacer una reforma tributaria inmensa para dar alivio fiscal

Tras cerrar el año con el acuerdo por los cambios en el impuesto a las Ganancias, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, adelantó que el Gobierno prepara para el año próximo una reforma tributaria «integral». «Heredamos una presión impositiva de las más altas del mundo y de nuestra historia. Lo que necesita la Argentina es alivio fiscal», afirmó en diálogo con Radio 10.

El funcionario adelantó que el oficialismo aspira a que «a partir de marzo» la Comisión Bilateral de Reforma Tributaria inicie una discusión seria en torno a «una reforma integral de los impuestos».

Ojalá sea el comienzo de una nueva era.

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