Por Juan José de Guzmán.-

Nuestro país está envuelto en un mar de inequidades (la brecha entre los que más y menos tienen no para de crecer) e inseguridades de todo tipo; personal (nadie puede asegurar que va a regresar del trabajo sin haber sufrido un hecho de inseguridad), jurídica (nadie puede asegurar que las condiciones que imperaban cuando instaló su empresa se mantendrán en el tiempo), institucional (nadie puede asegurar que los organismos que deben ejercer el control de transparencia en los contratos y/o licitaciones del Estado lo harán), o patrimonial (nadie le garantizará la posesión de terrenos a sus legítimos dueños, ya que podrán perderlos ante una toma ilegal que se instale en los mismos mientras el Estado negocia con los usurpadores qué les ofrece a cambio para que desalojen los terrenos usurpados.

Encima, la prioridad máxima en la agenda del gobierno no pasa por encontrar la solución a alguno de los flagelos mencionados sino por encontrar el resquicio dentro de la justicia que le asegure a Cristina no ir presa.

Como si fuera poco, Mauricio Macri pretende jugar de periodista de opinión comentándonos a los ciudadanos sus pareceres respecto a si Cristina es quien conduce al gobierno o no.

Un mínimo sentimiento de culpa haría que quien nos defraudó con un cambio (alimentado en promesas de campaña incumplidas) tuviera la dignidad de guardar silencio, ya que por respeto al soberano no debería aspirar a tener una segunda oportunidad. Lo suyo fue en extremo malo y perjudicial para el país. Y de eso tomó registro la mayoría que lo rechazó en octubre pasado.

Si bien suena a reiterado (porque todos los gobiernos en sus comienzos hablan de refundar), la Argentina necesita refundarse, con dirigentes que tengan verdadero espíritu patriótico, con valores morales fuertes y discursos de barricada archivados. Con verdades, jubilando a todos aquellos que hayan sido parte de lo viejo, esos dirigentes que nos condujeron al pozo en el que nos encontramos hoy.

En la última marcha hubo muchos carteles que rimaban así; Argentina sin Cristina… habría que agregarle una línea a los mismos; pero también sin Macri.

Share