Por Rodolfo Patricio Florido.-

Somos el único país del mundo en donde un candidato a Vicepresidente elige su candidato a Presidente y luego todos hablan, calificando de renunciamiento y de decisión estratégica lo que es una soberana estupidez. Nos comportamos como los políticos que escuchaban a John Gardiner en la película “Desde el Jardín” y reinterpretaban una sarta de estupideces sin sentido dándole un sentido político que no tenía. Si Cristina dijera algo así como “hay que intentar que los tulipanes broten antes de septiembre” no faltarían los exegetas que interpretarían que se estaba refiriendo al tiempo electoral a 30 días de la votación… o si dijera… “los malvones no crecen en el frío” la reinterpretarían y dirían que ella hace un renunciamiento porque viene de la Patagonia. Ávidos de Poder y con un más que obvio síndrome de abstinencia de este, cualquier nave los lleva a cualquier puerto.

Hace años que las calles están tomadas porque todas las partes de un todo creen que su derecho es un absoluto y que los demás no tienen ningún derecho.

Por cuarto mundial consecutivo somos el país con más expulsados de una fiesta del futbol. Acoso sexual, golpear en patota a otros hinchas, reventa de entradas etc. Joyitas. Hace años que las familias no pueden ir a una cancha de futbol porque lo que era una fiesta se transformó en una tragedia administrada por patoteros y narcotraficantes.

Hace años que un partido político de signo cuasi anarquista se ha apropiado de las entrañas de la ciudad de Buenos Aires y somete a millones de usuarios a su voluntad de hacer la revolución soñando con paredones “progresistas”.

Hace años que ni siquiera se puede entrar a una cancha como visitante porque la intolerancia sepulto la fiesta.

Hace años que la Escuela Pública es un depósito de niños que estudian mal o no estudian, que solo van a comer y que los docentes son agredidos por alumnos y padres.

Hace años que la distancia entre los trabajadores y los empresarios es un abismo creciente donde nadie quiere ceder y por lo tanto se corre hacia el destino de que la soga se rompa.

Hace años que se llama “los Movimientos Sociales” a una serie de estructuras político partidarias en general radicalizadas de izquierda, pretendiendo asumir la conducción de toda la sociedad, siendo que no representan ni el 3% de la misma.

Hace años que existe una malsana predisposición de una parte significativa del periodismo de regodearse en advertir desastres, crisis y significativos problemas, obviando brutalmente cualquier buena noticia como si hacerlo supusiera una mala praxis y de esta manera ayudan a envenenar el aire de cualquier posible reacción positiva…. Es como si nuestros errores fueran siempre los peores y los errores de otros países fuesen solo una pausa entre aciertos.

Hace años que el periodismo militante ha alcanzado otra categoría, la del periodismo necrológico. No existe la más mínima disposición a advertir un acierto y, si lo hubiese, se encargarán de marcarlo como un error de interpretación.

Hace años que habla del peronismo como si fuera una construcción político ideológica, siendo que carece de toda ideología… o más bien la muta según la necesidad de cada momento. Esto no sucede en ningún lugar del mundo. Hoy el mundo habla de la muerte de las ideologías, pero aquí, hace décadas que murieron. Se puede ser peronista y liberal… peronista y nacionalista… peronista y de izquierda… peronista y socialdemócrata. También se puede ser Radical y liberal… radical y socialdemócrata y radical y kirchnerista.

Hace años que los mejores economistas, los que nos advierten del desastre por venir, están en la oposición…, hasta que pasan a ser oficialistas y ahí, como por arte de magia, se transforman en los peores economistas mientras que los peores economistas del otrora oficialismo pasan a ser los mejores economistas. Así , es imposible.

Hace años que todos los argentinas financiamos Universidades Públicas y gratuitas de las que luego no egresan ni el 20% de los que ingresan y que el 40% del alumnado aprueba una o dos materias por años… pero eso sí, hay que financiar a esos alumnos porque eso es “progresista”. Progresista sería si en lugar de mantener vagos les pagáramos a aquellos alumnos de extracción humilde que queriendo estudiar no pueden comprar sus libros ni los apuntes y que además deben acercarle unos mangos a sus padres para que puedan comer.

Hace años que tenemos el boleto escolar, incluyendo a aquellos chicos que van a escuelas privadas cuyas cuotas mensuales superan los 10 mil pesos por mes. Una locura. Subsidiamos a familias que gastan todo ese dinero porque el boleto escolar no debe “discriminar”.

Hace años que el mundo no entiende como los argentinos tienen más de 120 mil millones de dólares en el exterior y después piden préstamos a los mismos países o bancos en donde esa plata está depositada. Mucho menos comprenden porque pedimos inversores de afuera si los que están adentro invierten afuera.

Y así podríamos seguir con nuestra profunda enfermedad… no aceptamos nuestros errores y santificamos los errores anteriores como si estos no hubiesen existido. En pocos meses nuestro país decidirá si quiere o no repetir errores o darse una oportunidad de realmente cambiar sin volver a saltar de la olla a la sartén. ¿Valdrá la pena todo este sacrificio de ordenar las cuentas, hacer infraestructura donde no se ve pero rinde, recuperar vías y trenes, pagar la mitad por rutas que se hacen cuando antes se pagaba el doble y no se terminaban, profundizar la lucha contra la corrupción y enfrentar el narcotráfico? Veremos entonces cuan maduro está el pueblo argentino o si solo sigue siendo una masa dispuesta a comprar espejitos de colores aunque le hayan robado en el pasado y le quieran seguir robando el futuro. ¿O alguien cree por ventura que se puede pasar del infierno al cielo o viceversa sin pasar por el purgatorio?

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