Por Manuel Lichtenstein.-

Los argentinos en general, estamos inmersos en la acción de ser virtuosos y al mismo tiempo anti virtuosos ante el mismo problema o ecuación política.

Somos. por otra parte, una comunidad que se nutre de valores humanos de gran inspiración y conocimientos emparentados al desarrollo de la sociedad en su conjunto.

De manera que la experiencia vivida me obliga a discernir que desde lo más intimo de nuestras creencias y convicciones sobre nuestro devenir político somos coherentes con el contorno y entorno de cualquier color de gobierno que nos toque por nuestra elección o de la de los otros, y que supuestamente nos conduzca.

De manera que ¿quién se atrevería a dudar de los valores morales, intelectuales y profesionales de tantos hombres y mujeres que de una manera u otra, adornaron las inimitables páginas de nuestra historia?

Por lo tanto en este cambalache discepoliano en que se ha mezclao la vida, tuvimos gente que pasaron como trapos viejos por nuestro espectro político, y hombres como el legendario flaco, el Dr. Arturo Frondizi, correntino de pura cepa, que le puso moñitos de vivos colores a nuestra controvertida política.

Don Arturo no fue un héroe ni un prócer de figuritas de chocolatines, fue mucho más que eso, ya que en su paso por la historia de nuestro tan controvertido país, dejó una impronta que vaya uno a saber porque las crónicas periodísticas y los medios en general, no las supieron definir en su contexto.

Es más, no lo supimos o no lo quisimos entender en toda su magnitud, al punto tal que cuando fuera destituido de su cargo de Primer Magistrado por militares que fueron argentinos de nacimiento, pero que no valorizaron la empresa emprendida por el único estadista en serio que gobernara la República, y lo que es inadmisible, es que contaron con el apoyo de políticos que no sabían nada de los valores que intentaban destruir al apoyar este criminal golpe de estado que lo sacó al flaco Frondizi del Sillón de Rivadavia, en aquellos días del 29 de Marzo de 1962.

Pero lo que no termino de digerir, es que la ciudadanía en general, nada hizo por cuidarlo y defenderlo de la jaurías de anti patrias que impidieron que el país estuviera a la vanguardia de los países altamente desarrollados.

Hoy se nos brinda lo que en mi opinión es la única oportunidad de desandar lo mal andado desde Arturo Frondizi en adelante, inspirados por las ideas desarrollistas de un visionario como Arturo Frondizi y su colaborador incondicional como lo fue Rogelio Frigerio, el abuelo del actual Ministro del Interior del gobierno del Ingeniero Mauricio Macri.

Un detalle de suma importancia que tenemos la obligación de tener en cuenta y analizarlo debidamente, es que Frondizi dio vuelta sus opiniones nacionalistas impresas en el libro que escribiera antes de llegar a la Primera Magistratura, Petróleo y Política, ya que en un gesto de gran valor como estadista, logró el auto abastecimiento de la energía, de la cual hoy estamos penando vaya uno a saber hasta cuándo.

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