Por José M. García Rozado.-

La autodefinición de CFK nos libra de mayores comentarios, lo que seguimos sin entender es por qué abandona al candidato que ella “eligió”. Que se encuentre frustrada y hasta derrotada por su elección no convalida el hecho de abandonar ahora al elegido, cuando no lo hizo con personajes nefastos y corruptos como Boudou y hasta con Aníbal (que era su esperanza para preservar a su tropa más obsecuente y ¿leal?) o Kicillof, el gurú del desastre económico a heredar.

Cristina, como gran parte de la sociedad argentina, confunde grosería con sinceridad; y así cree equivocadamente que la autenticidad se revela con la guarangada, o sea, que cuanto más brutal sea el gesto o la palabra, mayor será la dosis de verdad contenida en ella. Lo opuesto -la cortesía, lo educado o lo delicado- es visto como una suerte de hipocresía propia de tilingos y pitucos (¿qué feo y antiguo que suena?) entregados a militar en la falacia. Esta misma línea de ideas emparienta la formalidad con el fariseísmo, consagrando lo informal como “indudable gesto de genuino”, de donde se desprende el extendido desprecio por el cumplimiento de las normas y las leyes de todo tipo, siendo éste un ejercicio multitudinario del mundo K responsable de la enorme mayoría de nuestras desdichas y equivocaciones… todo ello en nombre de una “juvenil y ligera espontaneidad transgresora”. Este conjunto de tristes estupideces se ha terminado instalando en el poder con el cristinismo y le ha regado a la sociedad por casi una década el despotismo no ilustrado, el maltrato y la ordinariez.

Por expresa directiva de Cristina Fernández, Aníbal y La Cámpora se aislaron, no por casualidad, el domingo 25 en ese hotel de San Telmo, para no compartir, a primera vista, ningún escenario con “el candidato”, porque su verdadera y única apuesta estaba centrada en dos únicos lugares: las provincias de Buenos Aires y de Santa Cruz, la suerte buena, mala o regular del candidato K era una cuestión aleatoria y de segundo o tercer orden. La gran pregunta entonces es: ¿Cristina Fernández quería perder? O más suavemente. ¿CFK estaba preparada para perder? Algunos creen que esto no es así, porque las encuestas de la última semana y media anterior al 25-O remarcaban que Scioli iría sin remedio a la segunda vuelta, aunque con una muy clara ventaja y que el contendiente -a gusto particular de ella- iba a ser Mauricio Macri; pero aún en esa hipótesis Aníbal y los camporistas se afianzaban en territorio bonaerense generando un “espacio de dominio y control propios”. Sólo si esto se verificaba, “la Reina” permitiría, es más induciría alegremente, a que “La Morsa y La Cámpora” se trasladaran y coparan el Luna Park.

Los deseos íntimos de Cristina era que Daniel no tuviere, como verdaderamente no tuvo, nada para festejar; pero la realidad esbozó otro paisaje muy distinto y torció el esbozo de “mensaje” que ella pretendía enviar. Algo existía en el ánimo de Scioli cuando se enteró que Aníbal estaba realizando un rancho aparte, aunque es cierto que Daniel estuvo en contacto con Cristina telefónicamente casi hasta cuando los malos presagios se convirtieron en hechos, y eso sucedió al unísono en que La Jefa ordenara dar a luz los resultados del escrutinio que ella ya tenía como información privilegiada, y que vedara por orden directa suya a la ciudadanía. Desde ese momento Cristina no le volvió a atender el teléfono al candidato hasta bien entrado el miércoles 28 y en forma parca y al borde del desplante. Durante la tarde de aquel domingo 25-O, Scioli no entendía el porqué de la insistencia presidencial por conocer los datos de la provincia por sobre los de la nación. Ella privilegiaba los datos de las intendencias disputadas por los jóvenes camporistas, y recién lo entendió cuándo, días después, conoció los festejos de Cristina con Wado de Pedro por la victoria de su hermano adoptivo, Juan Ustarrioz, en Mercedes.

La sorpresa en Scioli, trasmutó en bronca -al estilo de Daniel- al enterarse de que ese candidato del FpV articuló discretamente su boleta a intendente con la fórmula de Cambiemos a provincia y a nación. Debemos mencionar que de 6 intendencias disputadas La Cámpora sólo se alzó con 2. Hasta aquí los hechos muestran que Cristina ungió a Daniel candidato único sólo por obligación, al ser incapaz e impotente para construir un sucesor a su gusto y con reales posibilidades; imposible totalmente con una conducción tan autoritaria y personalista, “destino inmodificable de ese sistema”, Venezuela, Ecuador y Bolivia constituyen espejos difíciles de ocultar. Esta real resignación de La Jefa explica las razones reales del cerco tendido en torno al candidato; Zannini, Aníbal, De Pedro, Máximo, Axel y Alicia estaban llamados a ser “guardianes” en caso de que el Gobernador se convirtiere en presidente. ¡Todavía lo puede ser, matemáticamente… faltan aún tres semanas para el balotaje!

La realidad, contra la estrategia del FpV, La Cámpora y hasta el mismo PRO, fue que la joven María Eugenia Vidal provocó (mucho más que Macri mismo) una “marea de votos” que arrasó con las estrategias cristinistas y camporistas, pues hasta último momento (bien entrado y hasta el cierre el mismo domingo 25-O) todos registraban 3% a favor de Aníbal, llevándolos a éstos -Aníbal y La Cámpora- a celebrar antes de tiempo con la imprudente frase: “Yo ya gané. El problema ahora lo tiene Daniel”, divorciando las cuestiones, algo que ahora él y Cristina deben estar sufriendo profundamente por quedarse sin el reaseguro que generaba la Gobernación de Buenos Aires. Con la victoria o la derrota de Scioli, los ultra cristinistas planteaban convertir a Buenos Aires en su “fortaleza y desde allí sostener a Cristina como jefa indiscutida y el proyecto de un regreso en 2017 y el sueño de un “retorno” dos años más tarde en 2019”. ¡Y el sueño se truncó…aún si Scioli gana el balotaje!

El mensaje, discurso, amenaza del pasado viernes 30 llevado adelante por CFK en Casa Rosada mostró a una Presidente desencajada, más Cristina que nunca donde a fuer de grosera reconoció: “Podré ser brutal, soberbia, demasiado pagada de sí misma…” pero agigantada su grosería atacó a Michetti al amonestarla: “Después no podés decir “me arrepiento”, porque te arrepentís vos, pero se jodieron los argentinos”. Existe la dignidad de la investidura y refiere al respeto que debe guardar, en fondo y forma, quien ejerce un cargo público, y cuanto más alto, más cuidadosamente… pero Cristina Fernández adolece de ella y el libro de Diego Biogongiari “Guarangadas K” lo antologiza con esmero. Barbaridades, diatribas, ofensas, desplantes, guarradas, violaciones del protocolo y faltas a la historia cometidas por los K en sus años presidenciales pero, muy especialmente los cometidos por Cristina Fernández, como el hacer que su hija Florencia le colocare la banda presidencial en vez de quien verdaderamente correspondía.

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Las respuestas a la pregunta de Polldata/Celia Kleiman suponen una advertencia a lo que Daniel Scioli ensaya ahora para deskirchnerizar o descristinizar su proselitismo.

Solamente Néstor Kirchner podía ponerle un freno a Cristina Fernández de Kirchner, y las anécdotas al respecto no dejan bien parado a una Administración que tanto incorporó a su discurso la cuestión de la igualdad de género… Pero sin Néstor, el ego de Cristina colma todos los espacios. Lo ha padecido Daniel Scioli pero lo está lamentando mucho más hoy día. ¿Qué hacer con Cristina en estos días del balotaje? Si ganara, él tiene en claro por dónde comenzaría la mordaza. Pero el actual escenario… es el peor. Cualquiera día de los que vienen, el oficialismo pasará de la comedia de enredos a la tragedia sin cortapisas. La derrota en Buenos Aires, abrió una grieta inconveniente en medio de la campaña, entre los ultra cristinistas y el sciolismo, hubo intercambios densos, que la política y muy especialmente la Justicia en el futuro cercano deberán indagar. ¿Randazzo quedó en un lugar delicado pensando en su porvenir? La respuesta puede contener dos posibilidades: de ganar Scioli, éste y los ultracristinistas convergerán en el reproche por no haber competido como candidato provincial, pero de perder ¿cuál será la realidad de su futuro luego de haber enfrentado y desafiado a La Jefa?

La relación de Scioli con Cristina y con Aníbal ha quedado verdaderamente rota más allá de fotos y frases de ocasión; las declaraciones ácidas de Carta Abierta, Hebe de Bonafini y de Estela Carlotto fogoneadas desde la Casa Rosada muestran que el clima perdurará, más allá de disimulos, hasta después incluso del balotaje. ¡El candidato cristinista se encuentra en una trampa! Tuvo una estrategia de campaña equivocada al cristikirchnerizarse y aún más luego de las PASO, ahora cavila algún cambio aunque este se dará en medio de un fuego cruzado. El gran interrogante que boya en su entorno y en el de los gobernadores del PJ interpela sobre si no será ya demasiado tarde. Daniel escucha y anota cada consejo aunque la mayoría de ellos lo aterra. Es tan obvio lo que está pasando que el mismo titular de la UCR, Ernesto Sanz, cargó el viernes (30/10) Cristina Fernández y el candidato presidencial del cristikirchnerismo, Daniel Scioli, al asegurar que «son unos hipócritas y se detestan”. “Ayer se vio a Scioli en Tucumán y a Cristina en Casa de Gobierno. Son unos hipócritas y se detestan”, aseveró Sanz en declaraciones a la AM 950.

Y abundó sobre la jefa de Estado: “La vi desajustada de la realidad. No alcanza a comprender que se está yendo, que ya no forma parte de la estructura de poder real”. “Fue perdiendo la legitimidad política, el de ayer fue un discurso lleno de contradicciones. Por un lado, arengaba a sus militantes de respetar a sus adversarios y por el otro, criticaba a sus adversarios”, fustigó respecto al acto que encabezó ayer por la tarde Cristina Fernández en la Casa Rosada, en lo que fue su reaparición pública tras los comicios nacionales. Además, se refirió a los resultados de las elecciones e indicó que “la ciudadanía no es tonta. Demostró el domingo pasado un grado de autonomía, independencia y racionalidad impresionantes. Cristina y Scioli los están subestimando”. En relación a la posible devaluación que nombró el gobierno, Sanz indicó que “es una estrategia de desesperación que no tiene nada que ver con la realidad. No hay peor devaluación que la actual”, aseveró el radical. En este sentido, el presidente de la UCR aclaró: “No hubo gobierno más devaluador que el de Cristina Fernández, que recibió un dólar a $ 2,90 en 2003 y hoy lo entrega en un valor de $ 10.” “Hoy con 100 pesos no se compra ni la décima parte de lo que se compraba hace diez años”, afirmó el integrante de Cambiemos y subrayó que “las economías regionales dejaron de generar empleo hace 4 años”, aseguró.

Llama la atención el desdén que trasunta Cristina por Scioli, personal y político, durante su mensaje del viernes pasado no rescató nada de él, convocó a votar a los suyos por la “supuesta defensa del modelo: ¡Que sería ella!” Por momentos pareció colocarse como la gran protagonista del balotaje que viene, aunque el candidato real sea Scioli. Suplicó a la ciudadanía, en alusión a las promesas del macrismo, que no se deje confundir por el árbol que estaría tapando el bosque. Exactamente lo que le sucedió a ella desde que heredó el poder y se murió Néstor Kirchner.

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