Por Rodolfo Patricio Florido.-

«¿A qué debemos temer en la Argentina?», preguntó Carlos Pagni. «A ustedes mismos», contestó Fernando Henrique Cardoso. Y tiene razón.

Nuestra capacidad de autodestrucción, de mentirnos patológicamente, de excusarnos y de construir relatos falsos pero que satisfagan nuestros prejuicios… es sublime. Nuestra capacidad para auto flagelarnos o para encontrar responsables en todos menos en nosotros mismos es inconmensurable.

Veamos algunos ejemplos o si se quiere… no ejemplos:

Tenemos un empresariado que prefiere pagar sobornos antes que pagar un bono de 5000 pesos. Epaaa… como dice eso caballero. No todos son iguales. Obvio. Pero seamos realistas, decenas de empresarios están procesados, otros tantos son “arrepentidos” (solo en la causa de los cuadernos hay 17 empresarios arrepentidos) y procesados y todos estos, que pagaron millones y millones de dólares no quieren darle a sus empleados -por única vez- 5000 pesos que son 90 dólares. Ahhh claro; es que estos 5000 pesos no pueden sobre facturarse al Estado Nacional cuyos funcionarios se robaban el dinero mientras que los contribuyentes honestos pagaban el sobreprecio para que el Empresario sobornador no la saque de su ganancia.

Tenemos Intendentes y Gobernadores que distribuyen dinero que no se tiene y luego de haber ganado sus elecciones, salen desesperados a pedirle a los Gobernadores o al Estado Nacional que paguen la fiesta de su distribucionismo.

Y como si esto fuese poco, los diarios más representativos de las clases medias argentinas, o sea Clarín y Nación, solo se pueden leer suscribiendo una cuota mensual. Abandonaron intelectualmente a la clase media y… ¿Qué es lo que sucede? Que la Clase Media no puede seguir pagando ahora lo que entendía que era gratis. En conclusión hay que leer lo que se puede, perdiendo en consecuencia a editorialistas de primer orden nacional e internacional y regalando el espacio a otros medios, en su mayoría favorables al Frente de Todos. Ya lo decía Lenin… nos van a regalar la cuerda con la que los vamos a ahorcar

Por su parte, las mal llamadas “Organizaciones Sociales” son todos o casi todos, frentes de Partidos de Izquierda, estructuras minoritarias que condicionan absolutamente a las mayorías y mayorías que; al usarlas para correr del poder a los que están, han creado un monstruo que hoy se los devora o se los devorará mañana. Se legitiman con solo ser llamadas “Organizaciones Sociales”, como si esto las abuenara y las hiciese carentes de objetivos político partidarios. Una ingenuidad… millonaria por cierto.

Fernández pide para él, todo lo contrario del porque antes los animaban a actuar contra el Gobierno. Fernández les pide ahora que se replieguen. Imposible, no lo harán. Su propia subsistencia depende de la revolución permanente. La movilización es su forma de disciplinar sus cuadros. Pérsico o el “Chino” Navarro no alcanzarán para frenar estas decenas de grupos. Sus propias bases migrarán si no tienen nada que ofrecerles. Como decirles ahora, que Macri se va y que Alberto no les va a dar nada sustancioso. Como explicarles que todo esto solo sirvió para sacar al gobierno que estaba sin solucionarles a ellos ninguno de los problemas que afirmaban tener y aún tendrán…, como explicarles que la situación económica será desesperante y que las promesas de recomposición salarial, laboral y los millones de puestos de trabajo, son hoy una quimera tan falsa como falsa fueron las promesas de hambre cero. Como explicarles que a la gran mayoría de la clase política les interesa más los diagnósticos que los tratamientos.

Mientras tanto, la CTEP, “organización social” preferida del Papa Francisco y supuestamente conducida por el asesor Papal, Juan Grabois, comienza a sufrir un desprendimiento radicalizado, o debería decir… más radicalizado que el propio Grabois que; a fuerza de dar fe Kirchnerista se ha transformado en más papista que el Papa, aunque debería decir más Kirchnerista que Cristina.

Así, tuvo que salir a explicar que la movilización sobre los shoppings no fue idea de él ni él la autorizó. ¿Quién entonces? Un supuesto desprendimiento no desprendido de la CTEP (CONFEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE LA ECONOMIA POPULAR), conducido por Rafael Klejzer que allá por el 2017 creó con el Movimiento Popular la Dignidad y la Corriente Villera Independiente un Partido llamado Izquierda Popular. Claro que manteniéndose siempre dentro de la CTEP y está dentro del Frente de Todos. O sea, un auténtico dislate con riesgos ciertos y reales de desborde por su violencia ideológica y su frentismo clasista.

Cuando el periodismo le preguntó a este seguidor de Grabois… -¿Qué es Izquierda Popular y porque ahora cree en integrarse al Frente de Todos? Klejzer respondió… “Si nos quedamos en nuestro sector no alcanza, porque no alcanza con pretender ver en cada movilización una futura insurrección, nosotros queremos trabajar para la insurrección, pero no nos sirve mentirle a la gente de que en cada marcha, en cada lucha hay una insurrección en puerta. Hay que saber que hay que salir a la calle, hay que tener propuestas políticas. Todo eso se hace con una plataforma política, queremos aprovechar el paréntesis electoral que se abre en la Argentina y nosotros intervenir políticamente. También es una cuestión defensiva porque los viejos manuales de intervención territorial ya no sirven en esta nueva relación de dominación que hay en el territorio, ya hay que ir con formas nuevas de intervención, y una de las formas es la visibilidad, la forma es la unidad, es trabajar en red, ya no se puede trabajar con el viejo método de «me enfrento al gordo del PJ en mi territorio y podemos pasar en esta esquina, y en esta manzana vos y en la otra yo no”, ya no es mas así.

La mesa está servida. Sectores “sociales” radicalizados y enrolados en la lucha de clases. Un Empresariado prebendario que prefiere los sobornos re calculables a distribuir algún peso en la emergencia. Un futuro Presidente que transita entre mostrarse moderno y decir que para que queremos el petróleo de Vaca Muerta si las ganancias se las van a llevar los empresarios extranjeros. Un sector del periodismo que se enamoró de escucharse así mismo con expresiones “políticamente correctas”, auto referencial y vengativo cuando no converso de última hora. Un Gobierno que no sale de su sopor y se siente incomprendido por una sociedad que lo abandonó porque una heladera con electricidad no sirve si está vacía. LA MESA ESTÁ SERVIDA. A nadie debería llamarle la atención si en algún momento de este coctel, la muerte se hace presente y como suele suceder toma las vidas de los más jóvenes o más ingenuos, mientras los armadores del coctel se repliegan para, con lágrimas en los ojos, lamentarse por los muertos que ellos ayudaron a matar. ¿Y después qué? Nadie lo sabe. La violencia y la muerte tienen lógicas que no se construyen racionalmente y no conviven con las lógicas republicanas.

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