Por Juan Manuel Otero.-

Sr. Presidente de la República Argentina

Ing. Mauricio Macri

Una de sus promesas de campaña fue la finalización del «curro de los derechos humanos» y esa supuesta decisión suya motivó que millones de Argentinos le diéramos su voto, esperanzados también en que la Justicia y la Concordia hagan finalmente pie en nuestra Patria.

Pero parece que nuestra democracia no logra ponerse de pie. Su absoluto silencio sumado a la designación del Sr. Claudio Avruj en la Secretaría de Derechos Humanos, parece reeditar las palabras del Dr. Menem cuando, cumplidos sus mandatos, afirmó con seriedad que «si en campaña hubiera dicho lo que realmente iba a hacer nadie me habría votado».

Sr. Presidente, siguen muriendo en la cárcel valerosos militares, integrantes de fuerzas de seguridad, civiles y hasta sacerdotes cuyo «crimen» fue ganar o adherir a la guerra contra los terroristas que, cobijados en rojo pendón y foráneas ideologías, se alzaron en armas contra la Patria, sembrando la muerte de inocentes a su paso.

Y quienes finalmente ganaron aquella guerra que permitió la vuelta de la democracia y, por supuesto, su ascensión a la primera magistratura, hoy son vituperados, calumniados y encerrados en miserables calabozos a la espera del llamado de Dios.

Una cosa es finalizar las graciosas indemnizaciones a los terroristas o sus deudos, otorgadas en juicios que rozan lo ridículo y que han llevado a prisión a miles de argentinos.

Y otra muy distinta es que una comisión de juristas notables e independientes, analice la legitimidad del «curro», revisando esos mal llamados «juicios de lesa humanidad» instruidos por jueces prevaricadores, falsos testigos y fiscales arrodillados, amparados por una corrupta dirigencia que lucró con tal farsa en beneficio propio.

Y conforme fuera su dictamen se tomen las medidas que corresponda contra quienes violaron las leyes, tratados y hasta la propia Constitución. El elemental principio de inocencia, fue vergonzosamente barrido bajo la alfombra, la irretroactividad de la ley penal desconocida por los «juzgadores», encerrando argentinos sin más pruebas que los titubeantes y dudosos dichos de militantes entrenados por fiscales sobre hechos de cuatro décadas de antigüedad.

Si Ud. afirma que realmente se acabará «el curro» es su obligación ordenar la revisión de dichos juicios mamarrachescos y tomar las resoluciones que corresponda sin que tiemble su pulso.

La presunción de inocencia, la prescripción de delitos, las amnistías, la excarcelación por edad o por años de detención sin sentencia o la obligatoriedad de atención médica, aunque Ud. no lo crea, también son DERECHOS HUMANOS.

Dios acompañe su gestión, y no olvide nuestro voto ni sus obligaciones como primer mandatario ni como cristiano.

Saludo al Sr. Presidente con todo respeto.

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