Por Alfredo Nobre Leite.-

«El teniente general César Milani hoy está preso. ¿Lo está por haber faltado a sus juramentos como militar? No. ¿Por haber deshonrado a su Ejército, camaradas y compatriotas? No. Está privado de libertad por haber cometido un «pecado de juventud». Cumplió órdenes. Cuando tenía sólo 22 años, sus superiores le ordenaron defender el «orden constitucional», en un país desintegrado por un terrorismo demencial. El motivo por el cual debió ser felicitado se constituyó en razón para sancionarlo con la pena mayor a la que puede ser sometido un hombre, la pérdida de su libertad, a 41 años de aquellos sucesos trágicos y reiterados. Incongruente es un país cuyo Poder Judicial sanciona «a destiempo» a soldados que, en su juventud, obraron conforme a los principios de «subordinación y valor» y premia a «terroristas» que desataron un baño de sangre al amparo de la falacia de «luchar por un mundo mejor». Me resisto a aceptar que, en la Argentina, se comprueba que el sentido común es el menos común de los sentidos».

(Texto de la carta «Causa eficiente», firmada por Héctor Julio Álvarez, Vicealmitante (RE) (hectorpuchiavarez@gamail.com) publicada por el diario «La Prensa», en la fecha 5 de marzo de 2017).

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