Por Oscar Edgardo García.-

Una de las frases célebres del Maestro Fontanarrosa dice: «No tenemos que copiar las cosas malas de ajuera. ¡Nosotros tenemos que crear nuestras propias cosas malas!»

Cristina Fernández ejecutó el mandamiento al entronizar al peor gobierno de toda la historia de la República Argentina.

Al margen de otros serios problemas coyunturales que no son atendidos debidamente por el gobierno nacional, ni por los legisladores integrantes de la alianza gubernamental, la inflación está castigando severa e ininterrumpidamente a los bolsillos de todos los argentinos produciendo irrecuperables pérdidas de su poder adquisitivo y sumiendo en la pobreza a un mayor número de ciudadanos.

El aumento anual del 102,5% del índice de inflación es el más alto que se registra desde setiembre de 1991.

Como es habitual cada semana, la vocera presidencial, en su monólogo mediático, brindó su versión acomodaticia de los hechos y, entre inconsistentes argumentaciones, manifestó que «el dato de inflación es malo, malísimo y además no era el esperado», que «el Gobierno sigue con su compromiso firme de terminar de avanzar en controlar los precios, la inflación, que vayan bajando» y que «los números de la macroeconomía no indican que tendría que haber estos niveles de aumentos porque las variables están contenidas».

Desde el cielo, el Maestro Fontanarrosa rememoraría otra de sus memorables frases: “Con la verdá no ofendo ni temo. Con la mentira zafo y sobrevivo, Cerruti”.

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