Por Jorge Enrique Yunes.-

Jamás pensé que la genialidad de Chasman y Chirolita reviviera y cobrara tanta vigencia como hoy en día.

Lo triste es que éste paralelismo que trazo, se da en el ámbito de la política nacional y no en el del espectáculo, aunque por cierto, las alternativas que toman los sucesos políticos, que son de público conocimiento, podrían recrearse en una película de ficción y estaría entonces candidateada al premio Oscar con seguridad.

El kirchnerismo finalmente salió con los tapones de punta a blanquear el verdadero ejercicio del poder en las sombras. Ello en detrimento de la Democracia y la República.

La ciudadanía toda está viviendo con absoluto asombro la angurria por el poder político.

Un Presidente absolutamente desdibujado que se debate en refriegas palaciegas con su Vicepresidenta y que finalmente pierde la pulseada.

¿Era necesario todo éste cambalache político? Creo que no. El sincericidio de la Vicepresidenta no hace más que incorporar a la realidad Argentina un condimento inesperado, la inestabilidad institucional.

Sólo podemos esperar que el pueblo siga conservando la madurez y responsabilidad necesaria para no dar rienda suelta a su exasperación y hartazgo. Eso sí, el elenco gobernante no está a la altura de sus mandantes ni lo estuvieron nunca.

Share