Por Hernán Andrés Kruse.-

La Marcha Federal fue contundente, masiva. Desde la mañana del viernes 2 de septiembre la ciudad de Buenos Aires se fue poblando con columnas que llegaban desde diversos sitios del país. Miles y miles de manifestantes habían partido de su terruño el miércoles. Ayer se reagruparon en La Matanza y Avellaneda. A la Marcha Federal se le sumaron organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles, políticas y de derechos humanos. También dijeron “presente” pymes, cooperativas, fábricas recuperadas y trabajadores de la economía popular. Estaban unidos en torno a la consigna “un pueblo movilizado para terminar con el tarifazo, los ajustes y los despidos”. Participaron hombres y mujeres, ancianos y niños, unidos en torno a un objetivo en común: protestar contra la política económica del gobierno nacional. La movilización fue convocada por las dos CTA, la de los Trabajadores (Yasky) y la CTA Autónoma (Micheli). Contando con un buen olfato político, varios gremios de la CGT hicieron su aporte. Se vio marchar a trabajadores de Comercio Capital, de Dragado y Balizamiento (Schmid), de la Unión del Personal Superior de Empresas Aerocomerciales, de la Manufactura del Cuero y afines, y del Peaje (Facundo Moyano). Flamearon banderas de Suteba, La Cámpora y el Movimiento Evita. Marcharon militantes de Nuevo Encuentro, Kolina, Martín fierro, la Militancia, La Bancaria, OUCRA, CETERA, Suterh, ATE, MST, Asociación de Mujeres Meretrices y centros de estudiantes de todo el país. El palco era una palpable demostración de la heterogeneidad de la Marcha. Se hicieron presentes, además de Yasky y Micheli, Facundo y Pablo Moyano, Omar Plaini (Canillitas), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Roberto Baradel (Suteba), Víctor Santa María (Suterh), Eduardo López (UTE), Sergio Palazzo (La Bancaria), Edgardo Depetri y Jorge Ferraresi (intendente de Avellaneda). Estuvieron presentes, como no podía ser de otro modo, las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Daniel Catalano (ATE) fue el primer orador. Se dedicó a contestar a quienes habían acusado a la Marcha de “destituyente”: “los que estamos desestabilizados somos los laburantes, nos desestabilizaron la vida. No hay nada más democrático que los trabajadores peleando por sus derechos”. Cinco militantes femeninas se encargaron de leer un documento elaborado por las organizaciones que convocaron a la Marcha. Se hizo un crudo diagnóstico de la situación del país y se hizo referencia a la “unidad de articulación popular” y “confluencia” contra el macrismo. “Por cada minuto de tregua habrá un desocupado más”, afirmaron las militantes antes de reclamar a las centrales sindicales la convocatoria a un paro nacional. Micheli fue el penúltimo orador. “Más temprano que tarde vamos a construir el paro nacional”, enfatizó. También se hizo tiempo para hacer un llamado a la unidad: “hay que dejarnos de joder con el sectarismo. Sin perder la identidad, porque cada uno tiene su historia. Las discusiones hay que darlas en la calle codo a codo. O hay unidad y vencemos o nos desunimos y nos derrotan”. También le respondió al ministro Triaca: “Sí, los trabajadores tenemos ideología, pensamos, sentimos y luchamos por una patria liberada, no queremos ajustes, esa es nuestra ideología. El equipo económico debate si ajuste violento o gradual: ajuste las pelotas”. El último orador fue Yasky. Dijo que “este acto fue solo fue posible con esa unidad. No hubiera sido igual sin los compañeros de la CGT. Este acto marca un nuevo momento de la confluencia del movimiento sindical con los movimientos sociales, con el movimiento estudiantil, con los organismos de derechos humanos, los pequeños productores, los trabajadores informales. Unidad con organizaciones de izquierda, con los cooperativistas. Este es el mapa del campo popular que el neoliberalismo quiere roto, dividido. Pero si construimos unidad para la lucha, por la justicia social y la emancipación, somos invencibles. Y hoy es ese día. Somos protagonistas de un cambio profundo porque este pueblo no se arrodilla ante el poder económico y la represión”. Y agregó: “el mercado interno se está retrayendo. Hay recesión, no tenemos plata para ir a comprar, compramos lo mínimo, las empresas cierran, los empresarios echan a trabajadores, no tenemos plata para comprar y al final cierran la persiana. Ellos creen que a largo plazo los precios van a bajar si bajan los salarios, pero eso es querer curar la presión metiendo a una persona en el freezer: la presión baja, pero la persona se muere. No queremos eso para el mercado interno” (fuente: Victoria Ginzberg, “Es un nuevo momento en el movimiento sindical”, Página 12, 3/9/016).

La Marcha Federal contó con un amplio respaldo del grueso del espectro político. Jorge Taiana, titular del Parlasur y referente del Movimiento Evita, expresó que “estamos participando de esta marcha que tiene un enorme valor porque expresa el espíritu y pensamiento federal, partiendo desde distintos puntos del país que se unen en Plaza de Mayo para reflejar que el pueblo no se resigna a perder derechos”. Otro referente del Movimiento Evita, el diputado Leonardo Grosso, consideró que “la marcha muestra también el tendal que va dejando la política económica del macrismo: aumenta la desocupación, aumenta la pobreza, hay más despidos cada día, el pueblo pierde derechos y los únicos que ganan son un puñado de empresarios”. Daniel Scioli, vicepresidente del justicialismo, dijo que “siempre voy a estar junto a los trabajadores y los humildes”, mientras que el presidente del Partido justicialista, José Luis Gioja, había adelantado el jueves su apoyo a la movilización. Por su parte, el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, aseguró que “un pueblo organizado y movilizado es el mejor antídoto contra un modelo económico que cercena derechos y excluye argentinos”. Para el diputado de La Cámpora Andrés Larroque “lamentablemente hay que volver a movilizarse y recuperar movilizaciones como la Marcha federal o como la semana pasada la Marcha de la Resistencia. Movilizaciones que tenían que ver con los años 90 y con épocas que pensamos haber dejado atrás”. Sostuvo que estas movilizaciones “son muy importantes en la memoria popular para frenar este tipo de políticas que agreden al pueblo”. Daniel Santoro, miembro del MNA-Forja, sostuvo que “resulta increíble que tangamos que utilizar las mismas prácticas y las mismas consignas que en los noventa, pero es inevitable ya que estamos frente a un proyecto político neoliberal. Es necesario alertar que si vamos por el mismo camino es obvio que vamos a llegar al mismo destino que entonces”. También estuvo presente Martín Sabbatella quien reivindicó “las conquistas conseguidas a partir de los gobiernos transformadores de Néstor y Cristina”. Luego embistió contra la derecha: “Si creía que podía atacar los derechos recuperados y conquistados en estos 12 años y medio sin que los argentinos y argentinas salgan a la calle y se movilicen para defenderlos, estaba profundamente equivocada”. Con movilizaciones como la Marcha Popular se va a “volver a una Argentina en la que los trabajadores y trabajadoras sean protagonistas de la historia y no víctimas”. Sergio Massa expresó que “es tiempo de ponerle plata en el bolsillo a la gente. Los jubilados perdieron 14 por ciento por la inflación, también quienes cobran planes sociales. Es muy importante que la gente recupere su poder de compra para que las pymes recuperen su capacidad de producción y generen trabajo”. Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete durante el kirchnerismo, calificó de “impactante” la movilización y consideró que el gobierno “debería tomar nota”. “Si el gobierno no cambia el descontento va a seguir creciendo”, sostuvo. La única voz oficial que hizo referencia a la Marcha Federal fue el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien reconoció “dificultades” que padecen algunos sectores sociales. Respecto a la Marcha Federal sostuvo que estuvo cargada de política e ideología. Dijo que “en la Argentina se permite el disenso”. “Creemos que es un momento de dificultad, pero estamos yendo de una transición a un escenario mejor”, prometió (fuente: “Con mucho respaldo y una sola crítica”, Página 12, 3/9/016).

Tiene razón el ministro al afirmar que los argentinos estamos pasando por un momento de turbulencias y dificultades. En las últimas horas la AFIP dio a conocer números de la economía muy preocupantes. En agosto la recaudación impositiva ascendió a los 165.763 millones de pesos, lo que equivale a un incremento del 25,1 por ciento respecto a agosto de 2015. En los primeros ocho meses de 2016 la tributación sumó 1.276.825 millones de pesos (aumento del 27,7 por ciento interanual). Lo recaudado por el Estado en agosto cayó más de 20 puntos porcentuales, si se toma en consideración la inflación estimada por el centro estadístico de la CABA en 47 por ciento en los últimos doce meses. La merma en la recaudación repercute sobre el resultado fiscal, que registra un incremento del déficit en relación con los niveles de 2015 pese a que la obra pública está paralizada y a la decisión del gobierno de ajustar el gasto público. La caída de la recaudación impositiva se debe a la contracción del mercado interno. Las importantes caídas de ventas y producción junto con la rebaja de retenciones al campo, la industria y la minería, configuraron un coctel explosivo para la salud fiscal del país. La recaudación de IVA DGI permite registrar el movimiento de las ventas en el mercado interno. Pues bien, dicha recaudación anotó 34.807 millones de pesos el mes pasado, lo que implica un aumento del 22,3 por ciento en relación con agosto de 2015. Durante los últimos meses las empresas se vieron afectadas por la baja de las compras. Pero las más perjudicadas fueron las pequeñas y medianas empresas ya que, además de perder demanda, sufrieron un fuerte impacto en su estructura de costos que no pudieron trasladar a los precios. Por su parte, el IVA DGA, vinculado con el ingreso de importaciones, registró una recaudación de 16.379 millones de pesos, un 47,7 por ciento más que en agosto del año pasado. El resultado global del IVA marcó un incremento del 29,6 por ciento interanual (50.845 millones de pesos). Los aportes personales a la seguridad social sumaron 17.346 millones de pesos, lo que implica un avance del 29,5 por ciento. Por su parte, las contribuciones empresarias subieron un 34,9 por ciento (25.879 millones de pesos). Sin embargo, la recaudación conjunta estuvo bastante por debajo de la inflación (47 por ciento interanual), lo que provocará un duro impacto en el cálculo del incremento de las jubilaciones y asignaciones familiares para el próximo año (fuente: “La recaudación va al ritmo de la recesión”, Página 12, 2/9/016).

La realidad se encarga diariamente de contradecir los pronósticos esperanzadores del gobierno en materia económica. Según el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) en agosto la suba en los supermercados fue de 2,1 por ciento contra el mes anterior, registrándose un alza de la canasta básica alimentaria de 5,6 por ciento. Estas estadísticas chocan con las afirmaciones de los funcionarios, plagadas de buenos augurios e intenciones. El viernes 2 el Ministro de Producción, Francisco Cabrera, y el ministro del interior, Rogelio Frigerio, estuvieron en Rosario para participar de un encuentro organizado por el instituto empresario IDEA. Cabrera dijo muy suelto de cuerpo que “la inflación ha tomado una tendencia a la baja muy importante y junto con un Brasil que ha dejado de caer tendremos un cuarto trimestre esperanzador”. Por su parte, Frigerio dijo que “agosto será el mes con una de las inflaciones más bajas de los últimos 10 años. Una tasa alta es una restricción para la inversión”. Sin embargo, de acuerdo al informe del CESO los supermercados registraron en agosto una suba de 2,1 por ciento y en todo el año el incremento fue de 43 por ciento. Los mayores aumentos se registraron en marroquinería (15 por ciento), muebles (11,8 por ciento), gastronomía (9,7 por ciento), panificados (9,1 por ciento) y carnicería (6,2 por ciento) (fuente: “Los precios de los alimentos, sin techo”, Página 12, 2/9/016).

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