Por José M. García Rozado.-

Aunque el tema korrupción o corrupción es algo tan viejo como la raza humana, desde el pasado 22 de noviembre la sociedad argentina optó -no eligió- por “acabar de una buena vez con la c/corrupción”; y ese fue el mandato supremo que se le entregó al ganador de aquella contienda. La detención de Báez, y la de Jaime así como los videos de recuentos de dólares y euros en “la Rosadita” no alcanzaron la magnitud del asombro y perplejidad de la detención “in fraganti” del Ingeniero José López, Secretario de Obras Públicas de la totalidad de la era kirchnerista; desde aquel Río Gallegos y la intendencia Néstor, pasando por la Provincia de Santa Cruz (Presidente del IVSC) hasta llegar a su coronación en el ámbito nacional. Pero este verdadero “mamarracho” ejecutado por José López no atenúa el hecho de que para que exista K/Corrupción hacen falta como mínimo “dos actores” el corrompido y el corrompedor. ¡Tiemblan los empresarios de la obra pública argentina y de la CAC!

Panzada de noticias, notas y comentarios revuelan por estas horas distrayendo la atención del pueblo argentino de los verdaderos y acuciantes problemas que enfrentan casi a diario: inflación galopante (45% anual), pérdida de empleo (real o por mera sensación), pérdida del poder adquisitivo del salario, tarifazos inigualables, inseguridad instalada permanentemente, brutal aumento de la presión impositiva (desechando las promesas de campaña del presidente), emisión monetaria descontrolada del BCRA, un déficit fiscal desenfrenado y promesas de mejoramiento que se van corriendo día a día, pasando del segundo semestre al año 2017 y del primer trimestre al segundo… y la lista se podría convertir en casi infinita. Pero para suerte o beneficio del Gobierno Macri aparece este ejemplo de la más burda estupidez o hijadeputez -según se la quiera mirar- y entonces todas aquellas preocupaciones populares se trastocan en este vodevil armado por la prensa mediática y que desinforman al ciudadano común, casi como una costumbre cotidiana.

López, Jaime, De Vido, Recalde, Boudou, Micheli, Sbatella, Aníbal F., y en definitiva CFK integran una banda de facciosos y fascinerosos que se apropiaron del Estado para robarle al pueblo de la Nación cifras incalculables -algunos hablan de US$ 120 mil millones (Fariña), otros de más de US$ 10 mil millones (Carrió)- y que en definitiva hubieren posibilitado mejorar los muy bajos estándares de ingresos de los argentinos; pero si esto fuera una situación unívoca pasaría a ser un hecho casi anecdótico (no dejando de ser aberrante), pero que al ser casi una constante de éstos últimos 33 años de vida democrática, con sus momentos más o menos álgidos, terminan por apropiarse del sentimiento popular que llega a la estupidez supina de aceptarlo en aras del “roban pero hacen” o en otras situaciones no menos perversas en el “todos nos han robado”, como si el mandato constitucional de probidad y honestidad de funcionarios, empresarios, sindicalistas, dirigentes en general y del pueblo todo fuera apenas un espejismo utópico y fuera de toda realidad.

Mientras la deshonestidad y la antimoral se enseñorean en el pueblo y por lo tanto en el país, los trabajadores honestos, probos y morales, sienten que la justicia “no los representa ni los defiende” de la inmoralidad, la injusticia de ser explotados por venales y corruptos y de ser manoseados por verdaderos “degenerados”, en lo más profundo y literal del término. Porque algunos ya, comienzan a darse cuenta de que las desinformaciones maliciosas de cierta prensa, atentan contra sus necesidades más básicas de supervivencia, de ascenso social y de la real “libertad” como seres humanos. Y aquí, debemos realizar un alto, y ponernos seriamente a reflexionar sobre aquel mandamiento ya casi olvidado o de tan transgredido casi pasado de moda: “¡No robarás!” Y porque este mandamiento “no está pasado de moda, ni es una utopía y menos aún un espejismo” es que al volver la vista desde el hoy hacia el pasado nos debemos autoexigir el involucrarnos como ciudadanos y pueblo en defender la honestidad y probidad de quienes nos gobiernan desde el Estado, la empresa, la fábrica o desde la escuela y la universidad. Porque reencauzar el país para convertirlo en “nación” y más tarde en “Patria” nos exige que nos involucremos y que exijamos justicia, honestidad, probidad y capacidad de quienes nos gobiernan en cada uno de los estamentos en los que se divide una sociedad.

La política ha sufrido en las últimas horas un golpe político demoledor. La detención del ex secretario de Obras Públicas, José López, en circunstancias escandalosas, supone un montón de imprevisibles desencadenamientos. Entre ellos el más infausto para la oposición radicalizada: “ningún juez podría desde ahora hacerse el distraído respecto de la situación de Cristina Fernández y sus acólitos”. Es decir, una bala enfila hacia el corazón del debilitado sistema de los K. La afirmación no resulta caprichosa. El ingeniero tucumano López fue un hombre histórico del palo de los Kirchner. Desde que el ex presidente fallecido llegó en los 90 a la gobernación de Santa Cruz. ¿No hubo otros, acaso? Los hubo, aunque con distintas ponderaciones. De audiencia casi diaria. Como no pudo disfrutar De Vido. Lo unía a la ex presidente similar altanería. Formaba parte de un grupo selecto al cual le brindó protección cuando llegó la época electoral. El ex secretario de Obras Públicas es diputado por el Parlasur. Su hijo Máximo, diputado nacional. Diego Bossio, el ex jefe de la ANSeS, también entró al Congreso. Su ruptura fue posterior. Alicia Kirchner es mandataria de Santa Cruz. Ese primer círculo podría cerrarse con Ricardo Echegaray. En otro plano estarían los militantes de La Cámpora, también bajo un paraguas. Echegaray fue poco previsor. O aceptó la última imposición de su jefa. En vez de pelear por un lugar en el Congreso fue empinado en la Auditoría General de la Nación (AGN). Para bloquear todo intento de indagar en el último año de gestión kirchnerista. Sus defensores dicen que permitió la apertura de 13 informes. Puro humo. El estallido del caso de Lázaro Báez, a quien protegió según las indagaciones judiciales, lo dejó a la intemperie.

Los escondites de dinero en efectivo también constituyeron una pieza del esquema defraudatorio. Ahora no sonaría exagerada la determinación del fiscal Guillermo Marijuán, que dispuso la utilización de excavadoras para rastrear plata sin suerte en una de las estancias del empresario K. Incluso cobrarían vida los rumoreos sobre la inversión en joyas. El ex secretario de Obras Públicas fue pescado con un bolso repleto de relojes de alta gama. La imagen de López podría interpretarse como la de una banda en fuga desordenada. Tanto, que resulta difícil aceptar que resultó descubierto por un vecino con insomnio mientras arrojaba los bolsos a través del enrejado del monasterio bonaerense. La realidad podría haber recorrido otro andarivel. El viernes último el juez Julián Ercolini había dispuesto peritajes urgentes a raíz de una denuncia de Vialidad Nacional, que expuso la arbitrariedad de López para favorecer a Báez con rutas que ni siquiera se hicieron. Varias de ripio en Santa Cruz. Una filtración desde Comodoro Py le anticipó al ex secretario de Obras Públicas la cercanía de un allanamiento en sus propiedades. Eso explicaría su excursión despavorida. La caída de López podría provocar a futuro un efecto dominó. A De Vido le resultará difícil continuar amparándose en sus fueros para ocultar lo que posee. A Casanello, que sustancia la ruta del dinero K, y a Ercolini, a cargo de Hotesur, la empresa que administra una cadena hotelera de los Kirchner en El Calafate, también les será difícil seguir evadiendo la conexión de los asuntos que investigan con la punta del ovillo que quedó a la vista: los sobreprecios de la obra pública como herramienta central de la corrupción. Los K votaron la semana pasada en contra del dictamen de la Comisión de Asuntos Constitucionales que, por 15 votos contra 10, autorizó al magistrado Luis Rodríguez a allanar un departamento de De Vido en una causa por enriquecimiento ilícito. El macrismo decidió guardar el dictamen para debatirlo en el recinto recién después del fin de semana extra largo. No desea que interfiera en la aprobación del blanqueo de capitales y la reparación histórica para 2,5 millones de jubilados.

La preocupación de Cristina tendría motivos para multiplicarse. La ruptura del pacto de silencio de la familia Báez -al menos de sus hijos- podría significar quizás una nimiedad en comparación con la caída de López. Si el ex secretario de Obras Públicas hablara se produciría la implosión del kirchnerismo que sobrevive. Marijuan sigue obstinado en lograr que el empresario K se acoja a la figura del arrepentido. ¿Podría suceder lo mismo con López? La ex presidente, pese a todo, continúa disponiendo de algunas trincheras en el mundo judicial. La Sala I de la Cámara Federal, con los votos de Eduardo Freiler y Jorge Ballestero, aceptó su inclusión como querellante contra Claudio Bonadio en la causa por la compra de dólares a futuro. El juez tiene procesada a la ex presidenta. Ella lo acusa de damnificarla. Curiosidad argentina. Tales resguardos, luego del vergonzoso episodio de López, parecen haber ingresado definitivamente en zona de riesgo. Hay una sociedad dolida por el ajuste económico que, al mismo tiempo, exigiría un rápido resarcimiento ante tamaña impunidad

La Oficina Anticorrupción (la misma de la “militante del PRO” Laura Alonso que se apresuró -contra su propia función a desligar al Presidente Macri de los Panamá Papers-) se presentó ayer a la mañana en el Juzgado Federal N° 11, del juez Claudio Bonadío, y solicitó determinar si el dinero decomisado al ex Secretario de Obras Públicas José Francisco López en el operativo de antes de ayer “está relacionado con el ex ministro de Planificación Julio de Vido”. De confirmarse esto, para la OA ese dinero deberá formar parte del embargo a De Vido por la causa de la tragedia de Once. La presentación de la OA en la causa 1710/2012, caratulada “De Vido Julio Miguel y otros s/Descarrilamiento, naufragio u otro accidente culposo”, sostiene que por el vínculo entre De Vido y López el dinero encontrado en el día de ayer en General Rodríguez podría estar ligado al ex ministro. “Que ante los recientes hechos de trascendencia pública relativa a la detención del ex Secretario de Obras Públicas de la Nación, José Francisco López, en circunstancias en que intentaba ocultar una muy importante suma de dinero en dólares y otras monedas en un predio de Gral. Rodríguez; y habida cuenta la íntima y directa relación personal y funcional que mantuvo públicamente», dice el escrito del organismo que conduce Laura Alonso. La Secretaria de Ética Pública, Transparencia y Lucha contra la Corrupción (?) nombre pomposo y de muy poca implicancia en lo ético y lo moral, señaló: «Esto se enmarca en el compromiso de la Oficina Anticorrupción por recuperar el dinero de la corrupción para que sea destinado a fines específicos y devuelto a la sociedad de manera tangible en bienes y servicios como podría ser la construcción de establecimiento escolares o de salud, mejoramiento de trenes y/o rutas».

El secretario del Presidente entró ayer a la reunión de Gabinete, celular en mano. “Es la gobernadora, dice que es urgente” señaló. Macri tomó el celular. Los ministros le escucharon decir “No, no… no puede ser, no se puede creer, no…” y poco más. Fin de la comunicación. El Presidente, que disfruta ser el que manda, les dijo a los demás, que desbordaban ansiedad: “Terminamos la reunión de gabinete y les cuento”. Y los hizo seguir hablando 10 ó 15 minutos más hasta que dio por cerrada la sesión y les reveló lo que María Eugenia Vidal le había dicho: la detención de José López, mano derecha de Julio De Vido en el negocio de la obras públicas, mientras trataba de esconder millones de dólares en un convento de monjas de General Rodríguez. Que López fuese pescado de modo flagrante hizo que adquirieran sentido definitivo las denuncias sobre la hipercorrupción kirchnerista, la plata negra viajando en bolsos, los sobreprecios, la mentira edificada acerca de los verdaderos fines de la camarilla que gobernó durante doce años y la propaganda abusiva y abrumadora destinada a tapar y distraer la atención de semejante latrocinio. ¡Un hecho así no tiene antecedentes! Es más y peor que el video de los millones que contaban el hijo y el contador de Lázaro Báez en La Rosadita, que difundido en marzo por Telenoche produjo una conmoción social, política y judicial que aún resuena. Esto no es una filmación de tiempo atrás y con personajes secundarios, que pueden intentar algún tipo de defensa para explicar lo que a todos resulta evidente. Acá hay un actor directo de la corrupción sistémica del kirchnerismo el que cae con parte del tesoro acumulado. Ni la mejor ficción podría imitar fácilmente a esta realidad. El efecto político de semejante hecho hoy es incalculable.

Así como en el Gobierno había ayer una sensación de alivio y desahogo después de muchas semanas de sinsabores y asperezas sociales y económicas, el kirchnerismo transmitía la sensación de un hormiguero pisado y zapateado. “Todo el mundo disparando adonde podía, en un sálvese quien pueda que pretende antes que nada poner a resguardo la propia ropa así fuese a costa de prenderle fuego a la del vecino”. En la escapada angustiosa del hormiguero zapateado, hubo dirigentes y ex funcionarios que aprovecharon para pintar con colores fluorescentes a los otros, a los que señalaron como el grupo que operaba con López -siempre bajo el paraguas generoso y facturador de Julio De Vido- para incrementar su propia cosecha. Por supuesto, lo hacían en nombre del modelo, el relato y el proyecto. Ex funcionarios expulsados del paraíso kirchnerista cuando sobrevino la desgracia, recuerdan ahora que José López fue secretario de Obras Públicas colocado directamente por Néstor Kirchner, a quien finalmente reportaba. “Josesito” era formalmente el segundo de De Vido, pero se manejaba con autonomía por su relación directa con Kirchner. Aseguran que Kirchner solía decirle a los jefes territoriales, después de establecer algún acuerdo: “Andá a verlo a Josesito que él se va a ocupar de lo tuyo”. Bajo esas condiciones, no resultaba extraño que la relación entre De Vido y López pasara por momentos de alta tensión. “Manejaba su propio quiosco y no lo compartía”, dicen de López. Apuntan que De Vido tenía un entendimiento más afiatado para operar en un dúo temible con su subsecretario de Coordinación, Roberto Baratta y que López “se cortaba solo”, al punto que quiso ser candidato a gobernador de Tucumán hasta que lo bajaron desde la Casa Rosada.

En la historia, siempre circular, General Rodríguez vuelve a ser el escenario. Allí cayó López, con bolsos y valijas repletas de dinero que buscaba escamotear del alcance judicial, sabiendo que una causa por irregularidades en Vialidad Nacional avanzaba sobre él. Las monjas del convento de clausura donde quiso refugiar su tesoro dijeron a las funcionarios judiciales que López iba por allí “una o dos veces al año”. Entre tantos millones de dólares, entre euros y relojes de alta gama, las autoridades encontraron también copia del comprobante de una operación bancaria en Beijing. Recuérdese el deleite y el fervor con que De Vido y sus hombres defendían las inversiones de China, que tenían en Cristina Kirchner a su principal auspiciante. Ese recibo chino, tanto como los millones que le capturaron a López, obligan a buscar el origen del dinero. Los que hoy cuentan la historia aseguran que “si De Vido hizo 100, José hizo 400”, quizás sin advertir que por 100 o por 400 se puede terminar igualmente preso, si es que hay Justicia en esta tierra. ¡Hasta aquí la crónica policial del delito y las coimas! ¿Pero de los coimeros alguien habla… o existen solo los coimeadores y los korruptos del lado del Estado o de un gobierno?

Porque así como realizáramos un listado de korruptos de la era K, podríamos realizarlo de otras épocas y gobiernos de diferente laya política -radicales, conservadores, peronistas o seudo peronistas, liberales, progresistas, socialistas y desembocaríamos en el PRO irremediablemente-, pero así y todo nos seguimos olvidando “quizás exprofeso” del otro componente porque como dice el dicho popular “para bailar el tango hacen falta dos” y para que exista la k/corrupción también debe existir una contraparte que lo permita y lo acepte. ¡No importa si es para ganar una obra o para robar dineros públicos a través de sobreprecios! Y en ese listado entran los empresarios de la Cámara Argentina de la Construcción, los de las empresas más significativas del país (industria, petróleo y gas, minería, automotores, siderurgia, energía -generación, transporte y distribución- y hasta el agro) sumadas a varias extranjeras como Skanka, IBM, Odebrech (hoy su CEO preso en Brasil por el petrolao o el lava jato), Nidera, British Petroleum, Shell, Impregilio, Telefónica, Iberia, Marsans, Agip y tantas pero tantas otras más que nos llevaría un libro contabilizar. Pero a los Lázaro y los López del cristikirchnerismo, podemos incorporar a las María Julia y las telefónicas del menemismo, o a los bancos extranjeros y nacionales de la fuga de capitales delincuenciales del 2001 con la complicidad de De la Rúa y Cavallo, o los pollos de Mazzorin en el alfonsinismo, o a los mucho más actuales funcionarios K y macristas que se enriquecieron con la “compra de dólares a futuro” de fines del año pasado.

Para finalizar la corrupción al desnudo, hará falta una justicia independiente y proba, y un pueblo verdaderamente comprometido con el futuro nacional. Mientras esto no sea así pasaremos de una korrupción a otra corrupción de signo diferente o parecido. ¡Es muy cierto que la korrupción de los últimos 12 años deja pequeñitas a todas las anteriores y hasta quizás a algunas ya presentes! Pero eso no puede ser motivo de desinterés y desentendimiento popular… porque nuestro futuro y el de nuestros hijos está verdaderamente en juego. ¡O Argentina cambia sobre los valores de la ética y la moral, o nuestro futuro se tornará muy incierto!

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