Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del jueves 16 de febrero Página/12 publicó un aleccionador artículo de Mempo Giardinelli titulado “Corrupción y desastre educativo”. Dice el escritor chaqueño: “Es reiterado-y perverso-el accionar del Gobierno y su sistema comunicacional tapando corruptelas con dizque noticias, frívolas y negadoras. Distorsionan la realidad y la vida colectiva, y así mantienen a la sociedad entre azorada y confusa, sin capacidad de respuestas. A todo lo cual contribuye, y esto es quizás lo más grave, la lenta y debilucha reacción de la oposición política. O de lo que debería ser la oposición. La semana pasada fue paradigmática en este sentido: el escándalo del Correo Argentino… se morigeró con las distracciones maquiavélicas que mantiene el sistema multimediático acerca de Nisman y los fiscales chirolitas, más el enorme espacio dedicado a los premios Grammy y otras tonterías. Todo lo cual oculta de hecho el desguace de la educación en la Argentina. Nada menos. Y es que casi no hay información ni análisis acerca del vaciamiento del Ministerio de Educación de la Nación, que desde finales de 2015 viene discontinuando todas las políticas pedagógicas implementadas desde 2003, las cuales, aun con fallas e imperfecciones-que también hubo, sin dudas-pusieron el acento en la inclusión social, acabaron con el analfabetismo, establecieron un plan nacional de lectura ejemplar y pusieron en marcha el extraordinario y nunca bien ponderado Conectar Igualdad, programa que cerró la brecha digital a favor de millones de estudiantes, además de que generó tecnología y trabajo argentino” (…).

“Como si no pudieran soportar que en los últimos años la educación ensanchó la base inclusiva, considerada y tratada como un derecho colectivo, ahora desde el gobierno macrista-radical se acelera el reemplazo de pedagogos por gerentes, así como se introducen empresas e instituciones transnacionales en el sistema educativo” (…) “Estos tipos, digan lo que digan, están transformando al Ministerio de Educación en una organización burocrática que deja de pensar la educación por niveles y modalidades (con lo que ignora la realidad específica de miles de escuelas que hasta ahora contaron con equipos técnicos de especialistas para situaciones pedagógicas concretas) y la sustituye por una lógica que desresponsabiliza al Ministerio de la vida cotidiana de escuelas, maestros, profesores y estudiantes que pasan a ser meros sujetos de una modalidad de evaluación que en realidad es de control, como ha denunciado El Manifiesto Argentino la semana pasada en un documento en el que proponemos volver a un sistema educativo nacional único” (…) “La parafernalia de la corrupción de este gobierno, que es infinitamente superior a la del kirchnerismo-cuando sin dudas la hubo y es también repudiable, dicho sea de paso para los que todavía ven la realidad con un solo ojo, y miope-al ser negada y protegida mediáticamente impide toda reacción popular, con lo que se fortalece la vigencia de un sistema de gobierno (el macrista) que ya es considerado en muchos países como uno de los tres más corruptos del mundo”.

“El daño educativo que viene ejecutando el macrismo es de una vastedad y perversión ilimitadas, y aunque no sale en los diarios ni la telebasura lo menciona, existe y será de consecuencias atroces. Baste mencionar que el actual ministerio ya liquidó todos los programas de educación sexual y de prevención de la violencia escolar; el plan nacional de lectura; las orquestas infantiles y juveniles, y una variedad de programas que abarcaban la memoria de la historia reciente, la visión crítica de los medios y la educación por el arte. Y también liquidaron el sistema de formación docente virtual, gratuito y en servicio, que comenzó con la iniciativa “Nuestra Escuela”. En medio de tanta mentira y frivolidad, y tanta vacación del presidente, el sistema educativo argentino hace agua por todos lados y su perspectiva más probable es hoy un mix de arancelamientos, intereses empresarios y copias de experiencias transnacionales con criterios desnacionalizantes” (…) “Todo esto está siendo tapado por el periodismo servil que padecemos, que oculta y distorsiona lo que pasa. “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”, sentenció hace unos años el gran comunicador polaco Riszard Kapucinsky. Pues aquí y ahora cabe agregar que, además de perder importancia, en la Argentina de Cambiemos la verdad es para algunos apenas un vil negocio”.

Vinculado con el artículo de Giardinelli es el artículo de Paul Krugman titulado “En la cima del poder, un temible vacío de cerebros”, publicado por La Nación el miércoles 15. Dice el Nobel de Economía: “(…) Lo que hemos visto durante las últimas tres semanas, por el contrario, es un despliegue impresionante de la más burda ignorancia en todos los frentes. Y lo que es peor, nadie en la Casa Blanca ni en sus fuerzas en el Congreso parece verlo como un problema. Parecen creer que el saber o incluso los rudimentos de cualquier tema son para los mequetrefes. La ignorancia es de los fuertes. También puede verse en las cuestiones legales: en un análisis que ha sido ampliamente citado, el experto legal Benjamin Wittes describe el infame decreto sobre los refugiados como “maldad atemperada por la incompetencia”, y señala que al leer el decreto “la sensación es que no pasó por las manos de un solo asesor legal competente”. Lo vemos también en cuestiones de seguridad nacional, donde el presidente sigue confiando en un jefe de asesores sospechosamente cercano al Kremlin y que parece extraer su información estratégica de las teorías conspirativas” (…).

“Y en lo económico, aunque ahí directamente no hay nadie. El Consejo Asesor Económico, supuesto encargado de aportar asesoramiento técnico, ha sido rebajado de rango en el gabinete, pero eso poco importa ya que no han nombrado a nadie a cargo. Pero no quiero ser demasiado duro con nuestro “tuitero en jefe”: el desprecio por el saber y la experiencia es generalizado en el partido al que pertenece. Los más influyentes economistas republicanos no son académicos serios de tendencia conservadora, que los hay y en cantidad, sino consabidos chapuceros que cuentan con los dedos, literalmente” (…) “Y, por supuesto, ése es el punto: cualquier abogado competente habría dicho que la exclusión de los musulmanes es inconstitucional, cualquier científico competente habría dicho que el cambio climático es real, cualquier experto electoral les habría dicho que no había millones de votos inválidos y cualquier diplomático competente habría dicho que el acuerdo nuclear con Irán es razonable y que Putin no es nuestro amigo. Por lo tanto, la competencia debe quedar afuera”.

“A esta altura, alguien podría decir: “Si son tan sordos, ¿cómo es que ganaron?”. Parte de la respuesta es que ese desprecio por los expertos tiene eco en buena parte del electorado. La única fuerza oscura que operó durante estas elecciones no fue el fanatismo, sino el antiintelectualismo, la hostilidad hacia las “élites” que se atreven a decir que las opiniones deben sustentarse en la razón y el estudio. También es cierto que hacer campaña y gobernar son dos cosas muy distintas, algo especialmente cierto en tiempos en que los medios de noticias dedican mucho más tiempo obsesionándose con los pseudoescándalos de los contrincantes que indagando sobre las políticas concretas que piensan implementar. Pero ahora la cosa es real y todo indica que la gente que quedó a cargo no tiene idea de lo que está haciendo, y en ningún frente. De alguna manera, esa desorientación podría ser una ventaja: la incompetencia bien podría atemperar la maldad. Y no hablo sólo de la derrota judicial por el decreto sobre inmigración: la ignorancia de los republicanos ha convertido la que prometía ser una guerra relámpago contra el Obamacare en un embrollo, para beneficio de millones de personas, y el derrumbe del índice de aprobación de gestión de Trump tal vez ayude a aminorar la marcha hacia la autocracia. Pero, mientras tanto, ¿quién está a cargo? Las crisis se presentan sin avisar y en la cima del poder hay un vacío de cerebros. Es de temer, realmente es de temer”.

La sesión extraordinaria convocada el miércoles 15 en la Cámara de Diputados para debatir las reformas al régimen de ART, fue aprovechada por la oposición para criticar al gobierno por el polémico acuerdo entre Macri y su señor padre e intentar aprobar una iniciativa para que el presidente de la nación y los funcionarios involucrados rindan cuentas delante de los legisladores. La intención opositora finalmente naufragó pese a contar con el apoyo de la mayoría porque el oficialismo logró trabar el debate programado. Héctor Recalde, presidente del bloque del FPV, advirtió que “el Congreso tiene la obligación de hacer algo, pero con la mayoría que generan el oficialismo y sus aliados es difícil” y apuntó sus dardos contra quienes suelen acompañar las propuestas macristas: “ya llegará el día en que se den cuenta de que tienen que ejercer una posición en serio porque se están robando el país”. Al comienzo de la sesión fueron presentadas varias cuestiones de privilegio (más de treinta), muchas de ellas referidas al polémico acuerdo celebrado entre el presidente de la nación y su señor padre. Hubo diputados que portaron carteles en sus bancas con leyendas como “choreo argentino” y “Mauricio es Macri”. El presidente del bloque K colocó sobre su escritorio un pequeño buzón rojo que le fue obsequiado por los trabajadores del Correo como agradecimiento por la defensa que en su momento hizo de sus fuentes de trabajo durante el menemismo. El diputado explicó ante página/12 que decidió llevar “el buzón como un símbolo. A mí los trabajadores me lo regalaron, pero Macri ahora nos quiere vender un buzón a todos los argentinos, nos quiere engañar”. Y agregó: “ofenden a la inteligencia del pueblo cuando quieren sostener que uno puede comprar hoy con un peso lo mismo que compraba en 2001”. Soledad Sosa, diputada del FIT, fue la primera en plantear una cuestión de privilegio. Expresó a viva voz que su intención era la de denunciar al presidente de la nación por el acuerdo sellado con su señor padre por el Correo, al que comparó con casos de corrupción acaecidos durante el kirchnerismo: “desde las bolsas de López a la condonación presidencial, hay un régimen político que se sirve de utilizar las finanzas del estado para el enriquecimiento personal”. Como la moción no estaba incluida en el orden del día, su tratamiento obligaba contar con el apoyo de dos tercios de los presentes. 103 diputados se pronunciaron a favor de someter la iniciativa a debate. Si embargo, ese número resultó insuficiente ya que el oficialismo logró reunir, con la ayuda de sus aliados, 79 votos en contra de la iniciativa. Recalde señaló que su bloque insistirá con la interpelación cuando quede inaugurado el período de sesiones ordinarias del Congreso y efectuó críticas sobre la invitación efectuada al ministro Aguad y otros funcionarios por la Comisión de Comunicaciones de la Cámara-. “Es una invitación amigable, que no sirve. Se debe hacer una interpelación en el recinto con las bandejas de público habilitadas para que el pueblo vea las discusiones y participe, con cordialidad y sin violencia, para que escuche las explicaciones del gobierno. Queremos que a la luz de todos nos digan por qué intentaron hacer esto, aunque sabemos que no tienen nada que explicar. Es de conocimiento de todos que la familia Macri estuvo de los dos lados del mostrador”, expresó. Diana Conti criticó a Cambiemos por “impedir al Congreso el control constitucional”. Su colega Rodolfo Tilhade describió la negociación de los Macri como “una secuencia delictiva que terminó en un acuerdo espurio” y criticó a aquellos legisladores que “en su desfile por los medios de comunicación para explicar lo inexplicable, hicieron lo mismo que el Gobierno: echarle la culpa a gobiernos anteriores. El neuquino Darío Martínez comparó el acuerdo de Macri con Macri con un buzón: “está claro que los argentinos en las elecciones han comprado un buzón. Es el momento de ponerle freno a este Presidente”. Felipe Solá, ex gobernador bonaerense y referente del Frente Renovador, consideró que el acuerdo es “vergonzoso”, y refiriéndose al presidente, señaló que “los bien educados creen que pueden hacer cosas que los maleducados no pueden”. Luego se preguntó cómo los diputados radicales “no pidieron todavía la renuncia del ministro Aguad” por la carencia de respuestas satisfactorias (fuente: “Nada de dar explicaciones en el Congreso”, Página/12, 16/2/017) (*).

En su edición del jueves 16 La Nación publicó un muy crítico y polémico artículo de Luis Majul titulado “El grave problema de Macri”. Dice Majul: “El presidente no tiene un pequeño problema de comunicación. Tiene un problema mucho más grave, complejo, profundo y abarcativo. Tiene un problema político. Y uno de los grandes” (…) “Mauricio Macri parece no terminar de entender cómo se mueven ciertos sectores de la Justicia, el ultrakirchnerismo, parte de la oposición, los medios y los periodistas. Es decir, el conjunto del sistema que influye sobre la mirada de buena parte de la sociedad” (…) “¿Qué debería haber hecho el jefe del estado para evitar el denominado Correogate? Debería haber confeccionado, antes de asumir, una lista de asuntos sensibles que podrían desatar potenciales conflictos políticos y administrativos durante su mandato. Debería haber incluido en la lista, por supuesto, los temas que podrían dar lugar a sospechas de corrupción o representar conflictos de intereses” (…) “Al principio, con la promesa de la formación de un fideicomiso ciego, dio la impresión de que Macri le había prestado debida atención al asunto de ser y parecer. Es decir, la decisión de entregar la administración de su fortuna a una organización sobre la que él no podrá influir. Pero la señal se detuvo con ese gesto. Y después ni Macri ni sus asesores siguieron pensando cómo podían hacer para evitar las repercusiones negativas de hechos como sus periódicas visitas a su amigo Joe Lewis en La Patagonia” (…) “Y ni qué hablar del espinoso asunto del Correo. La verdad es que Macri hizo mal en no poner sobre la mesa en cuanto asumió el conflicto de intereses con la empresa de su padre, para que fuera considerado por los organismos públicos correspondientes. Hubiera sido una inteligente y honesta jugada política. Anticipatoria de cualquier operación judicial o de prensa. ¿Por qué no lo hizo?” (…) “Porque el presidente siempre vivió este asunto con culpa. La culpa que le habrá endilgado el padre mientras el litigio permanecía abierto. Cristina Fernández, Julio de Vido y los incondicionales de la ex presidente siempre intuyeron esa debilidad de sangre. Ya habían olido el mismo perfume cuando impulsaron la denuncia de las escuchas y lograron el procesamiento del entonces jefe de gobierno de la ciudad, aunque al final el juez Sebastián Casanello le dictó la falta de mérito” (…) “Pero lo que deberían entender Macri y quienes lo rodean es que mañana irán por su primo Ángelo Calcaterra, su amigo Nicolás Caputo o cualquier vínculo que huela a favoritismo, aunque sus empresas funcionen dentro de la ley y sus contratos con el Estado sean inmaculados. Para eso, tendrán que mostrarlos antes o someterlos a consideración de organismos independientes insospechados. Y además deberán transmitir a los amigos y parientes que seguir haciendo negocios con organismos públicos les puede costar la reputación y eventualmente la cárcel. E incluso el propio Mari debería asimilar, como una regla de juego, que siempre habrá algún fiscal, un juez, un camarista y muchos políticos dispuestos a comérselo crudo para sacarlo de la cancha y ganar las próximas elecciones”.

(*) En la tarde del jueves 16, el presidente de la nación brindó una conferencia de prensa en la Casa Rosada donde puso en práctica una vez más la estrategia del ensayo y el error. Macri admitió “errores” suyos y señaló que lo importante es no persistir en el error. Respecto al acuerdo con la empresa Correo Argentino y los cambios en el cálculo de las jubilaciones, el presidente manifestó: “si me equivoco doy un paso atrás y me corrijo”. En relación con el polémico acuerdo con el Correo, el primer mandatario expresó que había instruido al ministro Aguad “para volver a foja cero. No hay ningún hecho consolidado, no sucedió nada, no se pagó ni se cobró”.Y agregó: “le dije que vayamos a la Cámara, a la Justicia y digámosle “empecemos de cero”. Queremos un acuerdo integral que heredamos de 14 años sin solución. Que los jueces dispongan de los expertos para terminar con este tema, que no resolverlo perjudica al Estado y mi tarea es cuidarlo”. “Además de la solución que nos propongan, le pedimos al Congreso de la Nación que la AGN (Auditoría General de la Nación) audite la propuesta que haga la Justicia y de su visto y conforme para que la podamos implementar, intentando la mayor transparencia posible a este hecho que la única buena intención que tuvo el ministro fue resolver algo que nunca se resolvió, porque el estado no cobró lo que tenía que cobrar”, sentenció. Sobre el juste a las jubilaciones, el presidente aclaró que “la resolución del aumento jubilatorio anunciada ayer (miércoles 15) se anuló y se liquidará como siempre”. Y añadió: “la solución no fue publicada en el Boletín Oficial, la orden se modificó. Este gobierno después de años y años de reclamos de nuestros abuelos hizo una reparación histórica. Una sociedad que no respeta a sus abuelos, a su trabajo y su tradición es una sociedad difícil de transitar” (fuente: “El gobierno ya anuló el cambio en las jubilaciones”, La Nación, 16/2/017).

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