Por Enrique Piragini.-

Cuando todavía no se acallaron los ecos del homicidio/suicidio del Fiscal Alberto Nisman, un nuevo hecho conmociona a la opinión pública argentina: el asesinato en el Country de Pilar de una señora por parte de su ex esposo, a la sazón CEO de una firma multinacional de origen francés.

Se trata del lamentable suceso que tuvo por protagonista a Fernando Farré, quien en forma brutal degollara a su ex esposa y madre de sus tres hijos menores, en el residencial barrio cerrado Martindale de Pilar, Provincia de Buenos Aires.

Ese hecho pudo haberse evitado si no hubiesen fracasado los asesores letrados de ambos miembros de la pareja que discutía por el reparto de sus bienes, pues los pusieron en situación de riesgo, casi un verdadero abandono de persona, facilitando la comisión del feroz asesinato, tan sangriento como imprevisto, aunque ahora comiencen a conocerse algunos supuestos correos electrónicos que le atribuyen a Farré haber buscado ayuda y asesoramiento legal a dos letrados.

Pero no ha quedado en claro qué fue lo que sucedió en el escenario de los hechos, ni en qué condiciones psicológicas obró el femicida, ignorándose todavía de dónde fueron obtenidos los cuchillos con los que se causo la muerte. Sería sumamente interesante saber quiénes eran los abogados presentes en el momento del luctuoso suceso, además de la madre de Farré y personal policial que estaba, supuestamente, para garantizar que no hubiese ningún incidente.

Hoy Farré está a punto de ingresar a una cárcel común, donde seguramente no se le brindará la asistencia médica que amerita su dolencia psicofísica, habida cuenta que se trata de un paciente psiquiátrico a quien se le ha retirado la medicación recomendada por quien lo asistiera, lo cual realmente agravaría las condiciones de su detención brindándole un tratamiento inadecuado.

Pero lo que llama la atención es que se haya hecho cargo de la defensa de Farré un abogado que habrá de garantizarle una condena a prisión o reclusión perpetua, como aconteciera con algunos sus anteriores clientes como Mangieri, y esto beneficiaría a la empresa de cosméticos Coty, a la que perteneciera el homicida y muy probablemente les daría una mano a todos aquellos que necesitan acallarlo, pues el CEO conoce muchos secretos de la empresa empleadora, que importa precursores químicos para fabricar sus productos, además de tener contactos con importantes funcionarios públicos de primer nivel en el área de salud, siendo sumamente peligroso que declare sobre las vinculaciones de la empresa con aquellos, con negociados con el gobierno y especialmente la millonaria evasión tributaria y fiscal de la empresa francesa con ramificaciones internacionales vinculadas con importantes matrices y subsidiarias que manejan miles de millones de euros al año, no descartándose aportes a planes del gobierno nacional como el Plan Qunita, en la mira de la Justicia por sobreprecios.

Entonces, es muy probable que Farré termine “suicidado” como el Fiscal Alberto Nisman, pues ello sería muy conveniente para muchos y muchas.

Share