Por Claudio Chaves.-

¿No debería agradecer el peronismo que esas derrotas abrieran la oportunidad de desprenderse de la progresía kirchnerista?

El peronismo no pudo, no quiso o no le interesó sacarse al kirchnerismo de encima. Claro… soy de la idea que el kirchnerismo es algo muy distinto al peronismo. No corresponde en este artículo abundar sobre el asunto.

Francisco de Narváez y Felipe Solá, junto a Macri, le infringieron la primera derrota en la provincia de Buenos Aires a Néstor Kirchner en el año 2009. La segunda fue en el 2013 a manos de Sergio Massa. Estos dos golpes más la muerte de Néstor Kirchner acabaron con la posibilidad de un kirchnerismo eterno. Finalmente Cambiemos los venció en el 2015. ¿No debería agradecer el peronismo que esas derrotas abrieran la oportunidad de desprenderse de la progresía kirchnerista?

En octubre se juega en la provincia de Buenos Aires la madre de todas las batallas. Las huestes de Florencio Randazzo lentamente se aproximan a Cristina. Es lógico, la señora tiene votos y además son progresistas como ella. El asunto es saber qué hará el votante de 1País. Y qué hará Sergio Massa.

En principio es preciso recordar que el dirigente tigrense, en la campaña que acaba de terminar, puso su sesgo negativo en el gobierno nacional: «Gobiernan para los ricos», afirmaba recurrentemente. Similar y parecido al discurso de Cristina Kirchner que colocaba en sus actos a los empobrecidos por «el gobierno de los ricos». Cuál era el sentido, entonces, para que los bonaerenses votaran por Massa. Si la cuestión era levantar votos con ese discurso, Cristina con 12 años de gobierno era más creíble. La campaña estuvo pésimamente orientada. El kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires no estaba derrotado y Massa quería ganarle a Macri en vez de acabar con la obra inconclusa del 2013.

Hoy Sergio Massa se encuentra en apuros. De alguna manera lo sabe y a su estilo lo dijo, según trascendieron declaraciones de él: «Soy joven, tengo 45 años».

Si sabe que debe esperar, hay que prepararse para ello. La política tiene tácticas y estrategias similares, en algunos casos, a las que un general proyecta para el combate, Massa debiera saber que no solo se planifica la victoria sino también la derrota, para que ella no ocurra en desbandada.

Para que el desgranamiento no sea de uno en uno sino orientado por sus jefes. Los que planificaron mal el discurso de las PASO deberán pensar mejor para las elecciones de octubre. El enemigo a vencer es Cristina y los progresistas que la rodean y la van a rodear si gana. Vencido, el peronismo se liberará de la malformación izquierdizante que buscará reorganizarse por fuera del justicialismo, al cual copó e infiltró. En definitiva, como corresponde a una corriente ideológica que tiene vigencia en la Argentina tanto como en el resto del mundo.

Los intendentes que la acompañan para salvar su gobernabilidad en los Consejos Deliberantes podrían haber buscado acuerdos con María Eugenia Vidal aunque fueran onerosos, si no lo hicieron, aduciendo su condición de peronistas, se equivocaron de cabo a rabo. No sólo Cristina no es peronista, sino que además abandonó el justicialismo. De modo que estos intendentes de peronistas no tienen ni un pelo.

Volviendo a Sergio Massa deberá hacer un esfuerzo para que Cristina pierda. ¡Un esfuerzo muy grande! Y ponerse rápidamente en contacto con el peronismo triunfante del interior del país.

En una democracia bien constituida no puede haber una sola alternativa de gobierno. A Cambiemos le puede ir bien o mal y frente a Cambiemos debe, entonces, levantarse un peronismo moderno, republicano, de honda raigambre popular que sirva a futuro de opción, en el caso que el pueblo argentino decida pegar un giro que nunca será tan abrupto. No es verosímil la idea que corre en ciertos ámbitos políticos e intelectuales de que si el gobierno de Macri expresa la derecha centrista liberal, el peronismo debería ocupar la centro izquierda estatizante. Eso fue el kirchnerismo y nos fue muy mal. No sirve esta clasificación para entender la política de los tiempos que corren. (Infobae)

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