Por Rodolfo Patricio Florido.-

Están todos a los empujones. El kirchnerismo no quiere que Massa se incorpore a la discusión sobre el rearmado del PJ, mientras que los gobernadores peronistas (su gran mayoría) quieren extender el certificado de defunción del kirchnerismo cristinista. De este conflicto pueden suceder varias cosas y una de ellas es que el peronismo termine partido en tres como pasó con la UCR cuando se fue Stolbizer, Carrió y Cobos con el kirchnerismo. Incluso hay algunos que le dijeron a Massa que él podía regresar pero no con De la Sota porque éste había sido el artífice del triunfo de Macri. Otra auténtica locura. Unos no quieren a Massa, otros no quieren a De la Sota y casi todos no quieren a Cristina, pero, patológicamente le temen.

Comentaristas políticos como Rosendo Fraga que vive opinando como si estuviese enamorado de las estrategias de Cristina Fernández de Kirchner, se equivocan profundamente cuando afirman que todos los últimos desplantes de la ex Presidente son la construcción de un futuro liderazgo opositor cuando en realidad son los últimos gritos de una mujer desbordada por la percepción del síndrome de abstinencia del poder. Quizás enamorados de un poder sin chequera que es como un día sin sol, interpretan permanentemente las maniobras de Cristina como si fuese una Estadista brillante, siendo que solo es una muy buena oradora con signos de fabulación que cuenta con la cobardía de un séquito de aplaudidores seriales que le tienen pánico y no encuentran el valor suficiente para pensar por sí mismos.

Cristina es muchas cosas menos sonsa. Su mayor problema no es la falta de inteligencia sino su visión megalómana de sí misma. Esta sobrepreciació, sumada a subestimación de los demás, es la que le ha hecho cometer grandes errores como imponer a Zannini y a Aníbal Fernández en una decisión que se llevó puesto a todo el Justicialismo haciéndolo perder una elección nacional y provincial que tenía casi asegurada. Gran parte de los Gobernadores peronistas del norte y el propio Das Neves de Chubut, lo saben y no quieren repetir el cristinismo en la conducción del PJ para que luego se los lleve puestos a todos. Saben, que una de las primeras acciones que ejecutará Mauricio Macri para las elecciones del 2017 será el voto electrónico y una muy posible revisión integral de los padrones. Esto acabará con los acarreos y los votos traídos desde el exterior. Incluso se está previendo que en el padrón se exija un domicilio en el lugar del voto a los efectos de evitar el acarreo de extranjeros con doble nacionalidad que solo llegan para votar a quien les da dinero y planes a cambio de votar por lo que los punteros les exijan. También habría una revisión de los planes sociales que cobran muchos “argentinos” que residen en el exterior de manera tal que se les solicitará a sus países de residencia (en su gran mayoría de Bolivia y Paraguay) que se expidan sobre si esas personas están residiendo en sus países y trabajando en los mismos, mientras que cobran dinero argentino de los contribuyentes argentinos.

Pero volviendo al tema de origen, lo cierto es que el cristikirchnerismo quiere quedarse con el peronismo. Una suerte de… el peronismo es mío o lo rompo. Esto se desprende claramente de las palabras del propio Máximo Kirchner quien afirmó… «Al PJ lo conduce Cristina, esto se vio en la Plaza el 9″… «hay que trascenderlo, si no, van a hacer un peronismo chiquito»… al Partido Justicialista “lo conduce Cristina (Fernández)” porque “para conducirlo hay que trascenderlo”, a la vez que advirtió que si no es así, “van a hacer un peronismo chiquito”.

Es más que claro. O lo conduce Cristina o el kirchnerismo se separa. Una de las usinas periodísticas del kirchnerismo duro (la agencia Paco Urondo) dijo… “El balance autocrítico no implica sacar los pies del plato. Reafirmamos nuestra adhesión al kirchnerismo y a la conducción de Cristina, y discrepamos con los dirigentes que apuestan a generar un peronismo sin kirchnerismo como así también con quienes pretenden que el kirchnerismo resurja sin el peronismo.”

El cristikirchnerismo quiere que Massa y De la Sota queden fuera de la revisión interna del peronismo. Saben que no pueden evitar que Massa vuelva, pero lo quieren condicionar para que acepte el rechazo del gallego cordobés De la Sota. Ya se lo dijo Diego Bossio a José Luis Gioja… “Te queremos a vos otra vez adentro, pero al Gallego no. Nos traicionó. Por él perdimos las elecciones”. A Sergio Massa la propuesta de la liga de gobernadores peronistas no lo sorprendió. Lo que sí le molestó fue lo de De la Sota. “Si vuelvo lo hago con él. Fue el único que me bancó cuando ustedes me dejaron solo”. Cuenta un periodista cercano a esta negociación que; “José Luis Gioja miró a Diego Bossio y le pidieron tiempo para consultarlo. Ya antes le habían hecho la misma pregunta a Juan Manuel Urtubey, de Salta, y a José Alperovich, de Tucumán, dos de los tantos que están buscando la reconstrucción del peronismo después del vendaval kirchnerista. Hasta el mismísimo Scioli fue a consultar al ex intendente de Tigre para medir sus ganas de regresar a sus orígenes y librar la batalla final por el poder interno.

Massa, el único que tuvo las agallas para enfrentar a Cristina”.

“¿Tan necesario es Massa en esta operación de resucitación peronista? Sí, porque es el único que tuvo las agallas para enfrentar a Cristina. Lo necesitan para encabezar una rebelión. El temor a la ex presidenta es reverencial. Saben que, por ahora, el poder de la oposición pasará exclusivamente por ella hasta que junten valor o encuentren a alguien dispuesto a inmolarse en la pelea interna.

El Pichichi del equipo de La Ñata todavía duda entre romper o no con CFK.”

Pero el Pichichi del equipo de La Ñata todavía duda entre romper o no con CFK. Él quiere manejar el PJ bonaerense pero bancando el liderazgo de Cristina a nivel nacional. De no lograr ese consenso preferiría volcarse a su Fundación DAR y esperar que las cosas se ordenen naturalmente.” O sea, el mismo Scioli de siempre. Hace la plancha y espera que el mar no lo ahogue antes de llegar a la costa. Todavía no se dio cuenta que ya se ahogó y que Cristina lo mima porque lo necesita como el mascarón de proa de sus propias ambiciones para luego ningunearlo como siempre lo hizo. Al respecto no son pocos los rumores que hasta su propia esposa se está hartando de la falta de carácter de su consorte.

En resumen, todo indica que el cristikirchnerismo se está empezando a agotar y que le sucederá un destino similar al que corrió la izquierda peronista setentista (1975) cuando creó el Partido Peronista Auténtico de la mano de Bidegain y los Montoneros y terminó disuelto, aislado del peronismo y con algunos cuadros que reflotaron de la mano del cristikirchnerismo. Cristina así lo prefiere y hacia eso se dirige. O controla el peronismo con la misma actitud que tuvo durante sus 8 años de gobierno, o lo estalla llevándose lo que le quede, que; por cierto, será poco. Algunos legisladores, unos pocos senadores, algunos partidos transversales (MILES, KOLINA, etc.) y un destino tribunalicio agravado por el abandono del partido que la vio nacer y ahora solo la quiere ver desdibujarse de la misma manera que ella los desdibujó cuando aprovechando sus miserias, sus faltas de carácter y sus necesidades financieras, los manejo a su arbitrio exigiéndoles relaciones de vasallaje.

Mientras esto suceda el peronismo no será un problema para el Presidente Mauricio Macri. Todavía deben restañar sus heridas, encontrar una nueva conducción y recién ahí podrán -con el estilo que surja de una nueva o vieja conducción- diseñar una política de oposición.

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