Por Malú Kikuchi.-

Dentro de una semana, Argentina vota. Toda elección es importante, la del 25 de este mes, lo es más. Va a marcar el fin de un largo ciclo de 12 años. Un ciclo exageradamente largo que ojalá termine realmente. Existe la posibilidad que continúe a través del candidato del FPV, Daniel Scioli.

¿Será Scioli la continuación del kirchnerismo? Scioli es una incógnita. Nació a la política con Menem, fue duhaldista y luego K. Se sabe que tiene una voluntad de hierro, lo ha demostrado al superar su accidente. Es leal a la presidencia de turno, y lo es hasta el final. ¿Lo que piensa? Nadie lo sabe.

Puede que sea un títere del FPV, Cristina, Zannini y La Cámpora. O puede que se corte solo y sea capaz de implementar las políticas que le parezcan mejores para el país. Políticas que no se conocen. De ser así, vale la pena preguntarse si lo dejarán actuar o se lo impedirán de alguna manera. ¿?

Como sea, si llega a la presidencia, no se sabe qué es lo que le espera a la Argentina. Sus spots publicitarios son lindos, bien filmados y grabados, dicen lo que la gente espera que le digan. El “qué”, nunca el “cómo”. Y el “cómo es tanto o más importante que el “qué”. Sin “cómo”, no hay “qué”.

Y ha sido un mal gobernador de la provincia de Buenos Aires por 8 años.

De acuerdo con la mayoría de las encuestas (no demasiado creíbles en ningún lugar del mundo), le sigue en intención de voto, Mauricio Macri en representación del espacio Cambiemos. Ha sido durante los últimos 8 años un razonablemente buen jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Distrito que su partido, el PRO, ha mantenido, y Horacio Rodríguez Larreta asumirá el cargo el 10/12/2015. Macri no viene de la política, es ingeniero y tiene hambre de gestión. No la tiene fácil. Espera estar a menos de 10 puntos de Scioli, si es que este alcanza los 40 puntos, para que haya balotaje. Hoy parece complicado, pero los electores son impredecibles y nada está dicho.

Los spots publicitarios de Macri son lindos, bien filmados y grabados, dicen lo que la gente espera que le digan. Y el “qué” sigue sin aclarar el “como”. Los 3 candidatos más probables prometen más o menos lo mismo. Es difícil en cierto punto diferenciarlos. Prometen no ser Cristina. Prometen inversiones, no aclaran cómo van a convencer a los inversores.

Sergio Massa, del Frente Renovador, le pisa los talones a Macri. Ha sido en tiempos K: ANSÉS, Jefe de Gabinete, intendente de Tigre (buen intendente) y al separarse del FPV en las elecciones legislativas del 2013 y ganar, frenó la pesadilla de Cristina eterna y el cambio inevitable de la Constitución Nacional.

El también tiene spots publicitarios lindos, bien filmados y grabados, dice lo que la gente quiere escuchar. Muestra parte de su equipo, se explaya más sobre lo que quiere hacer y es el que toca los temas más urticantes, quizás porque tiene que subir en las encuestas, pero detrás de los “qué”, no hay “cómos”.

En cuanto a Macri y Massa, se destrozan mutuamente para salir segundos, en vez de sacarle votos a Scioli, se los sacan entre ellos. Un disparate que ayuda a Scioli y no asegura el balotaje.

Stolbizer sabe que no tiene chances y hace una campaña digna, como es ella. Adolfo Rodríguez Saa, hoy no hace campaña, dicen que ha cerrado con el gobierno. Dicen. Queda Nicolás Del Caño, de la izquierda, hoy diputado nacional. Tampoco tiene chances, pero algunos de sus spots son de antología.

Giacobbe sostiene que las chicas jóvenes lo van a votar porque “es lindo”. Lo que se dice un voto pensado. En uno de sus spots promete empleos inamovibles, bien pagos y que no respondan a las corporaciones del poder, contra las que hay que luchar. Y de ser así, ¿de dónde sale la plata?

Según Del Caño, el capitalismo está muerto o acabado. ¿Nunca se enteró que el 9/11/1989 cayó el muro de Berlín y la URSS empezó a desaparecer? Lo que murió y está acabado es ese loco sueño que proponía un mundo de iguales, regidos por un estado donde sus funcionarios eran mucho más iguales que el resto de la gente y la libertad una mala palabra.

El capitalismo goza de buena salud. La suficiente como para dar trabajo y pagar sueldos a obreros y empleados. Suficiente salud como para pagar impuestos que a su vez mantienen al gobierno, con sus 3 poderes y todo lo que de él depende: policías, maestros, médicos, FFAA y de seguridad y todo aquello que le compete. Sin impuestos, no hay estado. Nadie lo mantiene.

El capitalismo, utópico y mal informado Del Caño, permite que el mundo siga andando. Esas “horribles corporaciones” a las que se refiere, generan riqueza. Esa riqueza da trabajo y con los impuestos que paga, paga su sueldo de diputado y sus sueños de llegar a la presidencia. Del Caño, como el resto de los argentinos, vive gracias al capitalismo.

Y gracias a Dios, los candidatos con chances, no declaran muerto al capitalismo. Saben, como decía una antigua frase griega, que algunos atribuyen a Aristóteles, que “la verdad es la única realidad”. Y el capitalismo es verdadero y real.

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