Por Ricardo Bustos.-

El exsecretario de comercio Guillermo Moreno, quien según parece se ha convertido en vocero de la ex casi reina y alardea de ser «amigo» de su santidad el Papa Francisco, no descansa, criticando de manera socarrona desde cualquier ángulo a la política actual. En su última aparición ha tratado de «oligarca» al gobierno de Mauricio Macri, es decir que para Don Guillermo todos aquellos que votaron por el actual presidente, pertenecen a esa clase de ciudadanos, por lo tanto quizá deberíamos incluir en ese grupo a una extraordinaria y bondadosa mujer como es Margarita Barrientos, por mencionar a un nuevo oligarca.

El término oligarca se utiliza en el lenguaje «lunfardo» como adjetivo calificativo de ciertas personas que pertenecen a las clases altas de la sociedad, a las oligarquías, y que poseen una importante parte del poder político, económico y quizás hasta cultural también. El término oligarca es de uso informal y proviene del concepto de oligarquía, que se transforma y se usa entonces de este modo con un sentido negativo o despreciativo.

Guillermo Moreno, nefasto personaje de la anti política, cerró las puertas del INDEC y por ende hizo desastres en la economía, destruyendo por regiones todo lo que tocaba a su paso y precisamente, pertenecía a una élite que gobernó la nación durante 12 años. En todo ese tiempo, se rompió la cadena de valores, morales, intelectuales, sociales, económicos y políticos.

Ese fue un tiempo de oligarquía oculta, aquella que le mostraba a los pobres una cara de la verdad y la otra debían buscarla todos los días detrás de algún plan que cada mes esperaban como el maná.

El día que los argentinos nos enteremos quienes son los políticos que nos gobernaron con mayor cantidad de dinero acumulado en bienes o cuentas bancarias, ahí si el señor Moreno podrá acusar de oligarca al pueblo que eligió otro camino en las elecciones, siempre que «sus cuentas y sus bienes» no sean incluidos en la larga lista de delincuentes que se hicieron dueños del país. Rumores hay muchos, sólo faltan las pruebas, pero a este paso y viendo como van cayendo muchos como moscas, será cuestión de tener fe y creer en la justicia. Ojalá no sea la misma que nos juzgó en los últimos doce años.

«Podemos observar en la república de los perros que todo el Estado disfruta de la paz más absoluta después de una comida abundante, y que surgen entre ellos contiendas civiles tan pronto como un hueso grande viene a caer en poder de algún perro principal, el cual lo reparte con unos pocos, estableciendo una oligarquía, o lo conserva para sí, estableciendo una tiranía.» Jonathan Swift (1667-1745), político y escritor irlandés.

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